María Ana de Sajonia

princesa alemana del siglo XIX, casada con Leopoldo II de Toscana

María Ana de Wettin y Borbón-Parma (Dresde, 15 de noviembre de 1799-Pisa, 24 de marzo de 1832) fue princesa de Sajonia por nacimiento y gran duquesa de Toscana por su matrimonio con Leopoldo II de Toscana.

María Ana de Sajonia
Gran duquesa consorte de Toscana

Grabado de María Ana por Friedrich Eduard Eichens.
Ejercicio
18 de junio de 1824-24 de marzo de 1832
Predecesor María Fernanda de Sajonia
Sucesor María Antonieta de Borbón-Dos Sicilias
Información personal
Nombre completo María Ana Carolina Josefa Vicenta Javiera Nepomucena Francisca de Paula Francisca de Chantal Johanna Antonia Isabel Cunegunda Gertrudis Leopoldina
Otros títulos
Nacimiento 15 de noviembre de 1799
Palacio de Dresde, Dresde, Electorado de Sajonia
Fallecimiento 24 de marzo de 1832 (32 años)
Bandera de Toscana Palacio Gran Ducal, Pisa, Gran Ducado de Toscana
Sepultura Basílica de San Lorenzo, Florencia
Familia
Casa real Wettin
Padre Maximiliano de Sajonia
Madre Carolina de Borbón-Parma
Consorte Leopoldo II de Toscana
Hijos Véase Descendencia

Primeros años y matrimonio

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Leopoldo II de Toscana, su esposo.

María Ana fue la quinta hija del príncipe Maximiliano de Sajonia (hijo del elector Federico Cristián de Sajonia y de la princesa María Antonia de Baviera) y de su esposa, la princesa Carolina de Borbón-Parma (hija del duque Fernando I de Parma y de la archiduquesa María Amelia de Habsburgo-Lorena).

Por lo tanto, por lado paterno, era descendiente del rey Augusto III de Polonia y de la archiduquesa María Josefa de Austria, mientras por la rama materna era descendiente del emperador Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico y de la emperatriz María Teresa I de Austria.

 
María Ana en su infancia.

El 16 de noviembre de 1817, a la edad de 18 años, contrajo matrimonio en la Basílica de la Santísima Anunciación en Florencia con Leopoldo de Toscana, quien era príncipe de Toscana y tenía 20 años. Leopoldo era hijo del gran duque Fernando III de Toscana y de la princesa Luisa de Borbón-Dos Sicilias. Los esposos eran primos en segundo grado.

María Ana había llegado a Florencia acompañada de su hermana, María Fernanda, la cual dos años después se casaría con el gran duque Fernando III, dando la extraña particularidad de ser ambas hermanas madrastra e hijastra.

Gran duquesa de Toscana

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En 1824, al morir Fernando III, el gran príncipe subió al trono bajo el nombre de Leopoldo II. La gran duquesa y el gran duque se llevaban muy bien y tenían una hija de dos años: Carolina Augusta. Durante los tres años sucesivos tuvieron otras dos niñas: Augusta Fernanda, futura princesa de Baviera, y María Maximiliana.

Durante su corta vida mostró un interés especial por la pintura antigua y la poesía clásica, adquiriendo el Liber Interitus de Horacio por un precio desconocido pero altísimo. Se inspiró en los escritos gnósticos para escribir un breve poeta titulado Chuchotet d'Archont, publicado póstumamente. Junto con su marido, fue la patrona fundadora del Instituto Estatar de Santa Anunciada, el primer internado femenino en Florencia creado para educar a las jóvenes aristocráticas y nobles.

Enfermedad y muerte

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A pesar de sentir el amor de su esposo y de su pueblo, la gran duquesa María Ana tenía sobre sí el peso de no dar a la Toscana un heredero varón para el trono. La depresión, sumado a su pobre salud, la hicieron enfermar de los pulmones. Los médicos le aconsejaron que dejara Florencia y se trasladara a Pisa, ciudad que posee un clima más favorable para su salud.

En invierno de 1832, toda la corte se transfirió a Pisa, pero la gran duquesa no dio muestras de mejoría.

En marzo su condición empeoró y se volvió evidente que moriría dentro de poco. Debido a su enorme fe, María Ana esperaba la muerte con serenidad, aunque se resistía a abandonar a su familia. Pasó sus últimos días acompañada de su confesor y falleció el 24 de marzo de ese mismo año.

Leopoldo, muy afectado por la pérdida, hizo embalsamar el cuerpo de su esposa y lo hizo llevar a Florencia, donde fue enterrada en la Basílica de San Lorenzo. Su tumba, un espléndido sarcófago de pórfido rojo coronado por una corona, es una de las últimas obras maestras del Opificio delle Pietre Dure.

Debido a la falta de herederos masculinos, Leopoldo debió necesariamente volver a casarse, debido a que solo tenía hijas y la Toscana solo debía pasar a un hijo varón en parte por el acuerdo familiar de los Habsburgo, sino el Gran Ducado sería devuelto a Austria. La nueva esposa fue escogida por su rango y belleza, la elección recayó sobre la princesa de las Dos Sicilias, María Antonieta, hija del rey Francisco I de las Dos Sicilias y de la infanta María Isabel de Borbón, quien tenía entonces 18 años.

De las tres hijas de María Ana, la única sobreviviente fue Augusta Fernanda, la cual probablemente heredó de ella su enfermedad pulmonar. A través de su hija, sería la abuela del último rey de Baviera, Luis III.

Descendencia

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Títulos y tratamientos

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Distinciones honoríficas

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Ancestros

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Bibliografía

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Referencias

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  1. Kalendario manual y guía de forasteros en Madrid. Imprenta Real. 1826. Consultado el 10 de febrero de 2019. 
  2. Gazzetta di Firenze (en italiano). 1818. Consultado el 10 de febrero de 2019.