Nevo azul

lesión cutánea

Un nevo azul[1]​ (también llamado nevo cerúleo, nevo de Jadassohn) es una pequeña mancha o pápula pigmentada adquirida, de bordes definidos, que está constituida por acúmulos de células névicas cargadas de melanina. De naturaleza benigna y consistencia firme, se diferencia del nevo melanocítico, más común (lunar), por ser de color gris o azul oscuro, debido a su localización dérmica. Pueden localizarse en cualquier zona del cuerpo, aunque es más frecuente en dorso de manos y pies.[2]

Nevo azul
Especialidad oncología
dermatología

Epidemiología

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Aparecen con igual frecuencia en ambos sexos, pero algo más tarde (al final de la adolescencia) que los nevos melanocíticos.

Cuadro clínico

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Es de aparición gradual y asintomática. Suele tener menos de 10 milímetros de diámetro y en ocasiones presenta una pigmentación en diana (más claro en el centro). Suele permanecer sin cambios a lo largo de la vida del individuo, aunque a veces remiten espontáneamente.

Diagnóstico diferencial

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Debe hacerse un diagnóstico correcto, diferenciándolo de otras lesiones dérmicas similares como el dermatofibroma o el tumor glómico.

Tratamiento

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Al igual que los lunares comunes solo precisan ser extirpados si se produce en ellos algún cambio sugestivo de malignización.

Referencias

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Bibliografía

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  • Fitzpatrick TB, Johnson RA. (1994, 2ª ed.). Atlas de Dermatología Clínica. Mc. Graw-Hill. Interamericana, Madrid. ISBN 968-25-2046-0.