Alfredo Volpi
Alfredo Volpi (Lucca, 14 de abril de 1896-São Paulo, 28 de mayo de 1988) fue un pintor italo-brasileño considerado por la crítica como uno de los artistas más importantes de la segunda generación del modernismo. Una de las características de sus obras son las bandeiritas y los caseríos.
Autodidata, comenzó a pintar en 1911, ejecutando murales decorativos. En seguida, trabajó con óleo sobre madera, consagrándose como maestro utilizador de témpera sobre tela.
Gran colorista, exploró a través de las formas composiciones magníficas, de grand impacto visual. En conjunto con Arcangelo Ianelli y Aldir Mendes de Sousa formó un trío de exímios coloristas.[1]
Trabajó también como pintor-decorador en residéncias de la sociedad paulistana de la época, ejecutando trabajos de decoración artística en paredes y murales. Realizó su primera exposición individual a los 48 años de edad.
En la década de 1950 evolucionó hacia el abstraccionismo geométrico, del que son ejemplos: las series de caseríos y fachadas coloridas, las séries de banderas y mástiles de las fiestas juninas que evolucionan hacia los años 70 a las banderitas en ojiva, en esta fase utiliza generalmente la témpera, preparada por él mismo a fin de poder obtener la textura deseada sobre tela. Recibió el prémio de mejor pintor nacional en la segunda Bienal de São Paulo, en 1953. Participó de la primera Exposición de Arte Concreta, en 1956.
Perteneció al Grupo Santa Helena, así llamado porque todos los participantes de ese grupo tenían su local de trabajo en un palacete con el mismo nombre, situado en la Praça da Sé, en el centro de São Paulo. Formaban parte del Grupo Santa Helena los siguientes pintores: Aldo Bonadei, Mário Zanini, Clóvis Graciano, Fúlvio Penacchi y otros.
Volpi nunca se naturalizó, pero su corazón era brasilero. Visitó su país de origen una única vez, en 1950.
En 1986 obtuvo el Premio Gabriela Mistral.
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ 3 Coloristas. Alberto Beuttenmüller Ed. IOB, julio de 1989.