Cantabria es el nombre empleado para hacer referencia al territorio ocupado por los cántabros, un pueblo prerromano que habitaba en el norte de la península ibérica y que quedó integrado en el Imperio romano tras su conquista en el siglo I a. C. Ocupaba la mayor parte de la superficie perteneciente en la actualidad a la comunidad autónoma de Cantabria (salvo su extremo oriental) y porciones del oriente de Asturias, del occidente de Vizcaya, del norte de las provincias de Palencia y Burgos y del noreste de León.

Límites aproximados de la antigua Cantabria

Límites

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Si bien en la Edad Media y aun en la Edad Moderna se creía, bajo interpretaciones libres de crónicas medievales (como la Crónica Silense del siglo XII, la Crónica Tudense y el De rebus hispaniae del siglo XIII), que Cantabria habría ocupado los territorios del Reino de Navarra y de La Rioja, una larga serie de historiadores refutaron esta teoría a partir de Jerónimo Zurita. Este fue el primero que se remitió a las fuentes clásicas, especialmente las romanas, y, entre ellas, Plinio el Viejo, Claudio Ptolomeo y Estrabón, además de cotejar diversos topónimos con estas obras y de estudiar los poemas de Horacio y de Silio Itálico relativos a los cántabros y una serie de documentos epigráficos. Los estudios de Zurita se vieron casi enteramente aceptados en las obras de Perico de Sota, Enrique Flórez y Rafael de Floranes, entre otros. Lucio Anneo Floro y Paulo Orosio también ofrecen pistas para encuadrar geográficamente la antigua Cantabria.

Bibliografía

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