Coloración disruptiva

tipo de camuflaje

La coloración disruptiva o patrón disruptivo es un tipo de camuflaje que oculta el contorno corporal de un animal, un soldado o incluso un vehículo militar, gracias a su contrastante patrón de colores.[1]​ A veces se combina con otras tácticas de camuflaje para que coincida con el color del entorno y las sombras. Es paradójico su nombre ya que, este hace que no te vean, mientras que una disrupción del contorno se produce por un alto contraste.

photo of a frogmouth in a tree
Papuan Frogmouth El Podargus papuensis, destaca por su plumaje de patrón disruptivo.

Los patrones disruptivos funcionan mejor cuanto más se asemejen a su entorno.

Algunos animales como las salamandras y la mariposa monarca cuentan con este tipo de coloración.

Uso animal

editar
 
Caprimulgus aegyptius, descansando sobre la arena, protegido por su coloración, inmóvil.

El patrón de coloración disruptiva realiza fuertes contrastes para permitir que una figura se camufle con el entorno, mediante el uso de líneas o puntos. Algunos depredadores, como el leopardo y presas potenciales, como el chotacabras egipcio, usan patrones disruptivos.[2]​ Los patrones disruptivos fueron definidos por A. Barbosa como «caracterizaciones por iluminación, contraste y parches oscuros, con patrones no repetitivos, que camuflan una figura haciendo irreconocible su forma y orientación», como el pez payaso.[3]

Caso opuesto: aposematismo

editar
 
Lo opuesto a la disrupción: la salamandra, es un claro ejemplo de colores llamativos, con parches que enfatizan su forma corporal.

Ciertos animales venenosos advierten de su presencia con colores llamativos (aposematismo), usando patrones que enfatizan su presencia, en lugar de camuflajes disruptivos. Por ejemplo, mofetas, salamandras y mariposas monarca tienen patrones con mucho contraste. Estos patrones explotan el objetivo opuesto a la coloración disruptiva, causando el efecto contrario: haciendo al animal lo más llamativo posible.[4]​ Algunos lepidópteros, como la parasemia plantaginis, son aposemáticos y usan coloración disruptiva al mismo tiempo; destacan ante el verde y los entornos vegetales por su coloración aposemática, pero el patrón de sus colores les permite camuflarse con otros elementos como hojas caídas secas o tierra.[5]

Una polémica: la jirafa

editar
 
Una jirafa madre, a pesar de ser llamativa, puede defenderse por sí misma, pero la cría de jirafa confía en su camuflaje

La presencia de manchas negras en un animal no indica que este lo use como sistema de camuflaje.[6]​ Según Mitchell, una jirafa adulta puede ser muy difícil de ocultar, por lo que concluye en que su patrón puede considerarse un camuflaje: cuando se encuentra entre árboles o arbustos sus camuflajes son efectivos incluso a unos metros de distancia.[7]: 70 

Las jirafas más jóvenes son mucho más vulnerables que las adultas: entre un 60 y un 75 % de crías mueren durante su primer año de vida.[7]: 70  Las madres ocultan a sus crías, que pasan gran parte del tiempo tumbadas. La presencia de la madre no afecta a su supervivencia , Mitchell sugiere que la cría se camufla extremadamente bien. Esta idea toma fuerza, ya que las marcas de su camuflaje están fuertemente arraigadas.[7]: 70  Por otro lado, lejos de esconderse, las jirafas adultas se mueven para ganar mejor visibilidad frente al posible depredador.[7]: 69 

Otros tipos de camuflaje

editar
 
Contorno irregular en una c-blanca, Polygonia c-album, que distorsiona la figura de la mariposa.

Los contornos del cuerpo de un animal se pueden camuflar mediante otros métodos, como un contorno ficticio irregular. Por ejemplo, la c-blanca, Polygonia c-album, cuando tiene sus alas cerradas, cuenta con colores disruptivos y márgenes irregulares que deforman su figura.[4]

Uso en plantas

editar
 
Algunas plantas del sotobosque tienen variegación con marcas pálidas que sirven de camuflaje.[8]

La capacidad de tener una coloración protectora ha sido motivo de estudio. T. J. Givnish y Simcha Lev-Yadun propusieron que la variegación con puntos blancos puede servir de camuflaje en las plantas del sotobosque. Lev-Yadun también dijo que algunas de estas coloraciones servían de advertencia en plantas autodefensivas en espacios abiertos, como aquellas que puedan tener espinas. Givnish encontró una correlación de hojas con puntos en hábitats cerrados. El camuflaje disruptivo tiene un claro avance evolutivo en las plantas: su objetivo es evitar ser comidas por herbívoros; y la hipótesis se puede comprobar.[9][10][8]

Uso militar

editar
 
Un soldado aplicando un patrón disruptivo a su cara; el casco y su uniforme ya están camuflados con la misma técnica

La coloración disruptiva es muy común en el ámbito militar, para vehículos, para cubrir posiciones de fuego e incluso instalaciones, así como para soldados, donde los uniformes, equipo, casco e incluso pintura facial llevan características de coloración disruptiva.[11]​ La coloración disruptiva, sin embargo, no siempre logra su propósito, tanto en animales como en camuflajes militares, hay varios factores en juego, como la forma, el brillo y las sombras.[12][13]

 
Patrón de camuflaje árido del Ejército Español

Muchos patrones de camuflaje militares, desde los años 40, tienen coloraciones disruptivas, siendo una técnica y característica dominante en todos los uniformes militares.[14]

Ejemplos

editar

Referencias

editar
  1. Piéron, Henri (31 de diciembre de 1993). Vocabulario Akal de Psicología. Ediciones AKAL. ISBN 9788446002383. Consultado el 9 de diciembre de 2017. 
  2. Stevens, M.; Cuthill, I.C.; Windsor, A.M.M.; Walker, H.J. (7 de octubre de 2006). «Disruptive contrast in animal camouflage». Proceedings of the Royal Society B 273 (1600): 2433-2436. PMC 1634902. PMID 16959632. doi:10.1098/rspb.2006.3614. 
  3. Barbosa, A; Mäthger, L. M.; Buresch, K. C.; Kelly, J; Chubb, C; Chiao, C. C.; Hanlon, R. T. (2008). «Cuttlefish camouflage: The effects of substrate contrast and size in evoking uniform, mottle or disruptive body patterns». Vision Research 48 (10): 1242-1253. PMID 18395241. doi:10.1016/j.visres.2008.02.011. 
  4. a b Cott, 1940.
  5. Honma, Atsushi; Mappes, Johanna; Valkonen, Janne K. (Noviembre de 2015). «Warning coloration can be disruptive: aposematic marginal wing patterning in the wood tiger moth». Ecology and Evolution 5 (21): 4863-4874. PMC 4662304. PMID 26640666. doi:10.1002/ece3.1736. 
  6. Roosevelt, Theodore (1911). «Revealing and concealing coloration in birds and mammals». Bulletin of the American Museum of Natural History 30 (Article 8): 119-231.  Roosevelt ataca a Thayer en la página 191, diciendo que ni la jirafa ni la cebra está «adecuadamente distorsionada mediante sombras o patrones de coloración».
  7. a b c d Mitchell, G.; Skinner, J.D. (2003). «On the origin, evolution and phylogeny of giraffes Giraffa camelopardalis». Transactions of the Royal Society of South Africa 58 (1): 51-73. doi:10.1080/00359190309519935. Archivado desde el original el 23 de septiembre de 2015. Consultado el 10 de julio de 2021. 
  8. a b Givnish, T. J. (1990). «Leaf Mottling: Relation to Growth Form and Leaf Phenology and Possible Role as Camouflage». Functional Ecology 4 (4): 463-474. JSTOR 2389314. S2CID 5029364. 
  9. Lev-Yadun, Simcha (2003). «¿Por qué algunas plantas con espians recuerdan a cebras verdes?». Journal of Theoretical Biology 224 (4): 483-489. PMID 12957121. doi:10.1016/s0022-5193(03)00196-6. 
  10. Lev-Yadun, Simcha (2006). «Defensive coloration in plants: a review of current ideas about anti-herbivore coloration strategies». En Teixeira da Silva, J.A., ed. Floriculture, ornamental and plant biotechnology: advances and topical issues. Vol. IV (Global Science Books). pp. 292-299. ISBN 978-4903313092. 
  11. Department of the Army (30 de agosto de 1999). «Field Manual Headquarters No. 20-3». Camouflage, Concealment, and Decoys. 
  12. Sweet, K.M. (2006). Transportation and Cargo Security: Threats and Solutions. Prentice Hall. p. 219. 
  13. U. S. War Department (1944). FM 5–20, CAMOUFLAGE. 
  14. Christine O. Hardyman, ed. (1988). «Chapter 7: Support Services». Department of the Army Historical Summary FY 1981. United States Army Center of Military History. Archivado desde el original el 14 de diciembre de 2007. Consultado el 10 de julio de 2021. 
  15. Stirling, Robert (2012). SAS Ultimate Guide to Combat. Osprey Publishing. p. 181. ISBN 978-1-78096-399-0.