Discusión:Sōka Gakkai Internacional
Estudio esencial
¿Porqué se publica material de estudio en la página de Discusión de wikipedia? Si se trata de la respuesta a una objeción de algún wikipedista, debería figurar la objeción. ¿La borraron? Y si no es así, ¿a qué viene este extenso texto de justificación sobre la postura de Gakkai respecto de otras enseñanzas budistas? ¿es éste el lugar apropiado para ese debate?
Las cuatro sentencias En los escritos de Nichiren Daishonin, él declara que la causa de la miseria de la gente es su adherencia a enseñanzas erróneas. Su refutación a las cuatro principales escuelas del Budismo en esa época, se resume en lo que se conoce como “Las cuatro sentencias”. En la serie de estudio “El mundo de los escritos de Nichiren Daishonin”, el presidente de la SGI Ikeda explica: “El Daishonin no se propuso, de ningún modo, atacar a los seguidores de determinadas escuelas budistas, ni tampoco expandir meramente su propia escuela religiosa. La esencia de la práctica del Daishonin yace en la lucha contra la naturaleza demoníaca del poder y de la autoridad, que propicia el desprecio y el maltrato del pueblo” Las cuatro sentencias denuncian a cuatro de las escuelas budistas más influyentes en el Japón –la escuela Tierra Pura (Jodo, también escuela Nembutsu), la escuela Zen, la escuela Palabra Verdadera (Shingon) y la escuela Preceptos (Ritsu). Basado en su comprensión de la supremacía del Sutra del Loto y su percepción de la calumnia que cometen estas escuelas al negar o menospreciar ese sutra, el Daishonin rechazó sus doctrinas y declaró como sigue: 1) “El Nembutsu conduce al infierno de sufrimiento incesante”, 2) “El Zen es una invención de demonios celestiales”, 3) “Palabra Verdadera es una doctrina perniciosa que arruinará a la nación”, y 4) “La escuela Preceptos es una traidora nacional”. Explicando el significado de las declaraciones, en la misma serie, el presidente Ikeda dice: “Las cuatro sentencias fueron surgiendo a medida que el Daishonin luchaba contra las funciones negativas, para conducir al pueblo del Último Día de la Ley hacia la felicidad. Por eso, cristalizan su sabiduría y su amor protector. No son comentarios excluyentes ni fanáticos, sino críticas basadas en argumentos lógicos. “Las cuatro sentencias, en esencia, expresan la sabiduría del Daishonin, quien identificó y desenmascaró rigurosamente el fanatismo de diversas escuelas religiosas de su época, y también la hipocresía de ocultar sus verdaderos móviles tras el manto de la autoridad clerical. No hace falta decir que, en la raíz de las cuatro sentencias, lo que palpita es el deseo humanitario y bondadoso de proteger al pueblo. “En otras palabras, sostener las cuatro sentencias significa manifestar la sabiduría de denunciar las filosofías y religiones que obstruyen la felicidad del pueblo en cualquier época. “Limitarse a repetir las cuatro sentencias tan sólo porque es algo que postuló el Daishonin, ignorando los sentimientos de la gente y los cambios de la época, es no tener en cuenta el espíritu del Buda original. En tal caso, quedan reducidas a un dogma. Este tipo de cosas es lo que da origen a los aspectos demoníacos de las religiones. “Lo que cuenta es el ser humano, el corazón... Las cuatro sentencias manifiestan la firme convicción del Daishonin de lidiar resueltamente contra las funciones destructivas que confunden al pueblo. Es extremadamente superficial perder de vista este punto clave e interpretar las cuatro sentencias de manera dogmática o superficial, concluyendo que el Budismo del Daishonin es excluyente o intolerante. “Las doctrinas de estas cuatro escuelas pueden resumirse de la siguiente manera: 1) salvación por medio del poder externo de un ser absoluto (Nembutsu); 2) logro de la iluminación sólo mediante la percepción directa de la propia mente, tomando esa iluminación personal e individual como el estado supremo (Zen); 3) obtención de beneficios en esta vida mediante medios ocultos (Palabra Verdadera); y 4) control externo de la vida, por medio de preceptos y mandamientos (Preceptos). “La enseñanza perfectamente equilibrada no sucumbe a ninguno de estos extremos, sino que expone la fusión del poder interno y externo como el medio de transformar la vida del individuo y las circunstancias que lo rodean. Combinar el poder interno y externo significa descubrir dentro del yo una fuerza superior a la del yo”. El presidente Ikeda señala luego que los cuatro arquetipos listados antes, vistos a la luz del poder que lo abarca todo del Budismo del Daishonin, pueden tomar una función positiva. Por ejemplo, con respecto a los arquetipos anteriores: 1) Si bien es poco lo que se gana con sólo observar un poder exterior imaginado para la salvación, como enseña la escuela de la Tierra Pura, existe un valor en apreciar correctamente la relación dinámica entre nuestra vida y nuestro medio ambiente exterior. Particularmente, cuando nuestra vida encuentra la naturaleza de Buda manifiesta en nuestro medio ambiente, nuestra naturaleza de Buda interior puede ser estimulada y logramos hacerla emerger. Es por esta razón que invocamos daimoku al Gohonzon, la manifestación concreta de la vida iluminada de Nichiren Daishonin, y buscamos que hacer emerger ese mismo estado de vida que es innato en nosotros. Al mismo tiempo, el presidente Ikeda señala que podemos tener la convicción de que, haciendo emerger nuestra propia naturaleza de Buda, obtenemos “la capacidad de abrazar a los enfermos y agobiados con el estado de vida de la Budeidad y de brindar una sensación de absoluta paz interior” Respecto al segundo arquetipo: los maestros Zen negaban y menospreciaban los sutras, las enseñanzas del Buda mismo; en ese sentido, ellos veían sus propias mentes como superiores a las enseñanzas del Buda. Sin embargo, el Daishonin enfatizó la orientación hacia adentro del Budismo. Mediante la fe en la Ley Mística, despertamos a la realidad interior de que nuestra vida es la Ley misma, que la Budeidad es algo que abrimos desde adentro. Es por esto que el Gohonzon es considerado como el objeto de devoción para “observar la mente”, es decir, para observar y hacer emerger el estado de la Budeidad desde el interior. Este es el punto fundamental de los sutras, tal como lo cristaliza el Sutra del Loto, y Nichiren Daishonin lo manifestó en la realidad. Mientras que el Zen rechaza los sutras y enfoca enteramente la “mente”, el Budismo del Daishonin aclara y cristaliza el mensaje fundamental y la intención de los sutras: capacitar realmente a las personas comunes para que manifiesten la Budeidad desde el interior de sus vidas. Por esta razón, el presidente Ikeda dice que el valor de este arquetipo, cuando está basado en la Ley Mística, se compara a “la capacidad de creer y de realmente percibir que poseemos dentro de nosotros el poder de transformarnos y de cambiar” Respecto al tercer arquetipo: La escuela Palabra Verdadera, que era la principal ramificación del Budismo esotérico o tántrico japonés, enfatizaba ritos secretos y fórmulas mágicas para afectar las consecuencias mundanas. Nichiren Daishonin señaló claramente que buscar ganancias mundanas a través de medios ocultos no era el espíritu del Budismo. De otro lado, él enfatizó la importancia de la “prueba real”, el poder de una enseñanza budista para capacitar a sus practicantes para que demuestren sus principios en el mundo real. El Budismo de Nichiren Daishonin, entonces, enfatiza el poder de la oración para infundirle sabiduría y fuerza vital a nuestra vida y, de esa manera, posibilitarnos el logro de cambios positivos en nuestras circunstancias. De esta manera, a través de la fe y la práctica en el Budismo del Daishonin, este arquetipo corresponde a “la capacidad de luchar valientemente contra nuestras circunstancias” . Finalmente, en relación con el cuarto arquetipo: La práctica de preceptos en el Budismo, originalmente tenía la intención de inculcar disciplina y orden entre los monjes. La finalidad de los preceptos era infundir autocontrol y combatir los impulsos malvados. Eventualmente, sin embargo, las disciplinas y estilos de vida monásticos funcionaron para separar a los monjes de los creyentes comunes y alejarlos de los sufrimientos y preocupaciones de quienes viven en la sociedad. El Budismo orientado a los preceptos, de esta manera, perdió su poder para contribuir con la sociedad y mejorarla. Si bien Nichiren Daishonin refutó la práctica de los preceptos como un medio para alcanzar la iluminación, él enfatizó la importancia de la práctica diligente. El Budismo Mahayana enfatiza el dominio de los seis paramitas, o seis disciplinas para alcanzar la perfección, y Nichiren Daishonin dijo que los seis están contenidos dentro de la práctica de invocar Nam-myoho-renge-kyo. Uno de los seis paramitas es “preceptos”. En ese sentido, la invocación de Nam-myoho-renge-kyo, haciendo emerger la fuerza y la sabiduría desde el interior, nos capacita para dominar la autodisciplina que los preceptos alguna vez trataron de inculcarnos desde el exterior. Por consiguiente, dice el presidente Ikeda, el arquetipo de los preceptos, cuando está basado en la fe en la Ley Mística, representa “la capacidad de controlar los deseos mundanos y de eliminar el mal mediante nuestra sabiduría interior” . “El significado moderno de las cuatro sentencias no se limita a la simple refutación de las escuelas budistas japonesas, sino que se halla en desarrollar plenamente el poder positivo de la vida humana. Esta es la Ley Mística de simultaneidad de causa y efecto inherente a la vida del hombre; tener fe en dicha Ley es crear valor en forma ilimitada. “Cuando el Daishonin estableció y proclamó esta enseñanza perfecta, levantó el telón de una religión para toda la humanidad. Así, pues, reveló el camino eterno y fundamental que conduce a la iluminación de todo el género humano” .
El caso de Soka Gakkai de Venezuela
editar¿El caso de Soka Gakkai de Venezuela no es importante para incluirlo? — El comentario anterior sin firmar es obra de 190.229.177.242 (disc. • contribs • bloq).