Dolores Correa y Zapata

escritora mexicana

Dolores Correa Zapata (Teapa, Tabasco, 23 de febrero de 1853-Ciudad de México, 24 de mayo de 1924), fue una profesora, escritora, poetisa[1]​ y defensora de los derechos de la mujer. Fundó, junto con Columba Rivera, la revista "Mujer Mexicana[2]​" (1902-1907).[3]

Dolores Correa y Zapata
Información personal
Nacimiento 23 de febrero de 1853
Teapa, Tabasco
Fallecimiento 24 de mayo de 1924 (71 años)
Ciudad de México
Nacionalidad mexicana
Lengua materna español
Información profesional
Ocupación educadora, poetisa y escritora
Años activa Porfiriato, Revolución Mexicana
Obras notables Estelas y bosquejos, Violetas del Anáhuac

Biografía

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Entorno familiar

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Sus padres fueron el político liberal y educador yucateco Juan Correa Torres (1825-1892) y la educadora tabasqueña María de Jesús Zapata Roig (1825-1909). Fue la tercera de al menos ocho hijos del matrimonio Correa Zapata, que incluyeron al educador y funcionario Alberto Correa Zapata (1849-1909), el escritor Juan Correa Zapata (1857-1846), el abogado Armando Correa Zapata (1862-1926) y la novelista Teutila Correa de Carter (1863-1938). Su tía materna fue la escritora feminista Catalina Zapata de Puig (1833-1892) y su abuelo materno, Manuel Zapata Zavala (1802-1868) fue un político liberal yucateco que se desempeñó como diputado al Congreso Extraordinario Constituyente de 1847.[4]

El hermano de su bisabuela fue el político e historiador yucateco Lorenzo de Zavala, quien posteriormente sería vicepresidente de la República de Texas. La nieta de Lorenzo, y por ello prima de Dolores, fue la poetisa y maestra Gertrudis Tenorio Zavala, fundadora junto con Rita Cetina y Cristina Farfán de la revista La Siempreviva y la Sociedad Científica y Literaria que llevó el mismo nombre.[5]

Primeros años

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Dolores Correa Zapata nació el día 23 de febrero de 1853 en Teapa, Tabasco. Por haber sido su padre desterrado a Cuba junto con otros liberales, Dolores vivió su infancia y parte de la adolescencia en la ciudad de Mérida, donde su padre llegó a desempeñar el cargo de Jefe Político en el año 1863. Para 1867 la familia Correa Zapata se encuentra de vuelta viviendo en el estado de Tabasco, esta vez en la ciudad de San Juan Bautista (ahora Villahermosa). En esta ciudad sus padres fundarían dos colegios: el "Instituto Ocampo" para varones, dirigido por su padre, y junto a él, el Colegio María, para señoritas, dirigido por Dolores y su madre,[6]​ primeros y únicos establecimientos particulares de aquella época en que la instrucción era solamente laica.[7]

En aquellos primeros años de docencia es que Dolores comienza a pulir sus habilidades como escritora, colaborando en "El Recreo del Hogar", periódico fundado por Cristina Farfán[8]

Laurena Wright de Kleinhans en la sección de “Biografías” en Violetas del Anáhuac afirmaba que desgraciadamente no correspondía su fortaleza física a su energía moral, por ser su constitución muy delicada por naturaleza, las asiduas tareas escolares quebrantaron de tal manera su salud, que tuvo que renunciar a sus clases, y en el año de 1884 vino a México en compañía de su hermano D. Alberto, editor actualmente del periódico infantil titulado El Escolar Mexicano.[9]

Vida profesional

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Para poder presentar examen profesional y ser profesora titulada, Dolores se mudó a la Ciudad de México en el año 1884. Poco después, el 19 de junio de 1884 presentó examen profesional en el Antiguo Colegio de la Encarnación donde "fue replicada en geografía cosmografía, aritmética y sistema métrico decimal, español y pedagogía".[10]​ El célebre geógrafo mexicano Antonio García Cubas fue uno de sus sinodales.[8]

En 1889 comienza a trabajar en la Normal de Profesoras como bilbiotecaria y en 1890 como sub-directora de la Escuela de Instrucción Primaria anexa a la Normal.[3]​ En la última década del siglo XIX publica el libro "Nociones de instrucción cívica, de derecho usual y de economía política", que se volvería texto oficial para las primarias de niñas (exceptuando la última parte).[10]​ El 27 de noviembre de 1896 fue nombrada maestra titular de la clase de Economía Doméstica en la Normal de Profesoras, y en el mismo año publica su segundo libro de texto "La mujer en el hogar" que sería premiado en la feria de Buffalo.[10]​ Otros libros de texto de su autoría incluyen "Moral e instrucción cívica" y "Memorias de una maestra"

Obra literaria

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Al mismo tiempo que realiza sus funciones del magisterio, la maestra Correa y Zapata se dedicó a cultivar la poesía publicando en 1886 su primer libro de versos dedicada a su madre titulado "Estelas y bosquejos". Su obra mostraba una gran inquietud social, como puede verse reflejado en "tipos sociales" donde reunió títulos como: "El poeta", "El esclavo", "La mujer cristiana" y "El ángel del hogar".[11]​ En 1917 publica su segundo libro de versos titulado "Mis Liras".

También fue frecuente colaboradora de la revista "Violetas de Anáhuac", donde junto a Laureana Wright, Mateana Murguía y otras escritoras, publicaría composiciones literarias que reflejan las inquietudes de las mujeres ilustradas de la época. Entre los poemas y ensayos que se publicaron en sus páginas se encuentran los siguientes:

  • A la Señora Baronesa de Wilson
  • La Rosa Reina
  • La Suicida (2-Nov-1888)
  • La Loca del Cementerio (7-Oct-1888)
  • Pinceladas (7-Oct-1888; dedicado a su tío Manuel Zapata Vera y su esposa María Dueñas)
  • Un Arroyuelo (30-Sep-1888; dedicado a su hermana María Correa de De Mucha)
  • No matar (Los egoístas) (18-Dic-1887; concluye el 25-Dic-1887)
  • El Ángel del Hogar
  • A Tabasco (4-Dic-1887)
  • México Libre (16-Sep-1888)
  • Cantarcillos (2-Sep-1888)
  • Adiós (26-Ago-1888)
  • Himno Infantil (12-Ago-1888)
  • Recuerdos de Puyacatengo (5-Ago-1888)
  • Las dos Liras (5-Ago-1888)
  • Mi inspiración (18-Nov-1888)
  • La Mujer (25-Dic-1887)
  • La Mujer Cristiana (05-Feb-1888)
  • La Mujer Científica (01-07-1888; continuado el 8-Jul-1888 y 15-Jul-1888; concluye el 22-Jul-1888)
  • Tormenta y calma (29-Ene-1888)
  • Los ambiciosos (12-Feb-1888; continuado el 26-Feb-1888; concluye el 4-Mar-1888)
  • Rosas marchitas (19-Feb-1888)
  • Desde el cielo (19-Feb-1888)
  • El Poeta (18-Mar-1888)
  • Al Grijalva, en la inundación de 1870 (25-Mar-1888)
  • Estelas y bosquejos (25-Mar-1888)
  • El recuerdo (22-Abr-1888)
  • La romántica (22-Abr-1888)
  • Bajo diversos prismas (6-May-1888; continuado el 13-May-1888; concluye el 17-Jun-1888)
  • Una azucena (20-May-1888)
  • Soneto (3-Jun-1888)
  • Un mendigo (10-Jun-1888)
  • Ya comprendo por qué! (17-Jun-1888)
  • Soneto (17-Jun-1888; lleva el mismo nombre que otra composición presentada unas semanas antes)
  • El cóndor y el pucuy (24-Jun-1888)
  • La mujer de gran mundo (24-Jun-1888)


Feminismo

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A finales del año de 1886 Dolores Correa publicó a través de la imprenta de Eduardo Dublán la composición por la que quizá sea más reconocida a la fecha "La Mujer Científica". Este poema fue bien recibido por la prensa, recordando que su objeto principal era demostrar que la ciencia "es un atributo que no debe negarse a la mujer del siglo XIX".[12]​ El poema en dos cantos tiene varias referencias que aluden al estándar de igualdad en el que de se deberían encontrar los hombres y las mujeres para el acceso a una educación científica como una forma de encontrar autonomía de pensamiento y decisión.


¿Quién ha dicho que al hombre solo es dado

Cruzar la senda de la ciencia vasta.

Para regar después en su camino

La luz fulgente que la ciencia mana?

¿Por qué no tiene la mujer derecho

De abarcar con la luz de su mirada

Los misterios que al sabio se revelan

Y al ignorante la creación le guarda?

[...]

¿No dijo Dios también: yo doy al hombre

Otro sér de su sér, alma de su alma,

De su misma costilla la he formado,

Compañera le doy, y no vasalla;

—Correa Zapata, D (1886) La mujer científica. México: Eduardo Dublán y Comp. Impresores


El segundo canto relata los pesares de una mujer de la época que decide perseguir el conocimiento científico, señalando las incongruencias de los hombres de la época que avanzan las ideas del progreso sólo para ellos, sometiendo a la mujer a un estándar doble de luz moral del hogar y la sociedad, pero también mercancía de uso y descarte. Seguramente para Dolores, como para sus compañeras fue muy difícil navegar las expectativas de hombres y mujeres de la época sobre lo que es apropiado, dejando entrever sus propios pesares a través de los personajes presentados.


¡Ay, señor! Yo no sabia

Que ese. don precioso y bello,

De Dios divino destello

Que llaman sabiduría;

Don de preciosa valía

Que es del hombre el mejor don,

Fuera en la mujer baldón,

Como un estigma maldito

Que deja pronto marchito

Su sensible corazón.

¡Pobre de mí! Generosa,

Brindé mi sangre, mi vida,

Y como ofrenda ofrecida

En mi vía dolorosa,

Me hice á los hombres odiosa,

De las mujeres odiada,

Y ful tal vez envidiada

Por ceñirme esa corona,

Que ni el hombre me perdona

Ni es por ellas perdonada.

[...]

La condición de este siglo

Que de las luces se nombra,

Y deja á la oscura sombra

Condenada á la mujer,

Dando esos tristes ejemplos

Que palpamos en el dia:

Que es la mujer mercancía

Y el hombre su mercader.

Correa Zapata, D (1886) La mujer científica.

México: Eduardo Dublán y Comp. Impresores


Años más tarde, a partir del número 30 de la revista "Violetas del Anáhuac", correspondiente al 1° de julio de 1888, se comenzaría a reimprimir por partes este trabajo, llegando sus ideas aún a más personas.[13]​ En la introducción de su libro de 1896, "La mujer en el hogar", Correa refrenda sus posturas haciendo una defensa del feminismo:

Hay todavía quienes ignoren lo que significa feminismo y hay también quienes vean o finjan ver en él, una ridiculez, un disparate, suponiendo que el feminismo consiste en la necia pretensión de que las mujeres cambian su papel, por el de los hombres, obligando a éstos á que hagan papeles de mujer. No obstante entre la gente seria, el feminismo es el grito de la razón y de la conciencia, proclamando justicia, porque el feminismo consiste en levantar a la mujer al nivel de su especie, al de la especie humana.. Y esto sólo puede lograrse proporcionándole los medios de llenar sus necesidades físicas, intelectuales y morales, para lo cual es indispensable concederle el derecho de ejercitar su actividad, el derecho de trabajar, el de ser útil en proporción a sus facultades.
—Correa Zapata, D. (1906[1896]) "La mujer en el hogar. Segunda parte". México: A. Carranza y Comp Impresores

De acuerdo a la investigadora Rosa María González Jiménez, al tiempo de su publicación "Dolores Correa Zapata: Una profesora feminista del siglo XIX", esta referencia es la más antigua encontrada en donde una mujer mexicana utiliza el término feminismo en esta acepción, reivindicándolo.[10]

En 1904 formó parte de la primera asociación feminista de México que tuvo sus orígenes en la Escuela Normal de profesoras. Esta red de mujeres conocida como "La Sociedad Protectora de la Mujer" reunió a una generación de mujeres escritoras, maestras y mujeres atípicas para los roles que la sociedad de su época exigía como su presidenta María Sandova del Zarco (primera abogada titulada en México), y su secretaria Columba Rivera (segunda médica titulada en México), además de Mercedes Castorena, Severa Aróztegui, Luz F. Vda. de Herrera y Trinidad Orilles. Dolores tomó el papel de su primer vicepresidenta, proponiéndose -a diferencia de las sociedades literarias de la época- "formar una sociedad feminista".[10]

Dolores Correa fundó ese mismo año el periódico "La mujer mexicana" que se convirtió en el órgano informativo de la sociedad que influyó en las siguientes generaciones de feministas que participaron en eventos como el Congreso femenino de Baltimore en Estados Unidos en 1922 o la Convención Nacional de la mujer celebrado en la Ciudad de México en 1925.[14]​ Desde esta revista defendían los derechos sexuales de las mujeres, pedían una reforma al Código Civil de 1884 para que tuviera un carácter más equitativo para las mujeres.[2]

Después de realizar un viaje por Europa, escribió folletos de un carácter más progresista como: "El espíritu del pueblo mexicano", "De la escuela primaria a la normal", "La combustión", "El cinco de febrero", "La obra del señor Rébsamen", "La federación y la escuela", "La obrera mexicana", "El desayuno de la obrera Luz", "El trabajo", "El obrero mexicano" y "La guerra y la paz".

De ella se escribe en la sección de "Escritores Mexicanos Contemporáneos" de Biblos (Boletín semanal de información bibliográfica publicado por la Biblioteca Nacional) en el año de 1921: "su ideal predilecto ha sido la emancipación de la mujer libertarla de la tutela del hombre y enseñarla a vivir independiente, mediante sus propios esfuerzos; ella misma es un ejemplo vivo de sus teorías"[7]


Publicaciones disponibles en línea

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Referencias

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  1. Redacción (24 de mayo de 2012). «Efemérides del periodismo mexicano: Dolores Correa y Zapata». Cambio Digital. Consultado el 10 de marzo de 2016. 
  2. a b Castillo Farjat, Lizbeth (2002). «Historia Feminista Mexicana». PUEG-UNAM. Consultado el 12 de agosto de 2016. 
  3. a b Infante Vargas, Lucrecia. «Tabasqueña de Nacimiento, Dolores Correa Zapata». Marzo-Abril 2009. Archivado desde el original el 19 de septiembre de 2016. Consultado el 15 de agosto de 2016. 
  4. Rabasa, Emilio O. (2002). Historia de las constituciones mexicanas. Universidad Nacional Autónoma de México. ISBN 970-32-0360-4. OCLC 54031469. Consultado el 1 de febrero de 2020. 
  5. Peniche Rivero, Piedad,. Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas : una cuna del feminismo mexicano, 1846-1908 : orígenes de la educación femenina en Yucatán (Primera edición edición). ISBN 978-607-9419-47-9. OCLC 952578746. Consultado el 1 de febrero de 2020. 
  6. Alducin Teutli, Carla Lizbeth (2015). «Efigies de la realidad mexicana. Anécdota y escritos olvidados del "Bello Sexo" a través de la publicación "La mujer mexicana" (1904-1908)». Tesis. 
  7. a b Biblioteca Nacional (12 de marzo de 1921). «Dolores Correa Zapata». Biblios: boletín semanal de información bibliográfica publicado por la Biblioteca Nacional III (112). 
  8. a b Wright de Kleinhans, Laureana (1888). «Dolores Correa Zapata». Violetas del Anáhuac 1 (46). 
  9. Infante Vargas, Lucrecia (1 de enero de 1996). «Las mujeres y el amor en Violetas del Anáhuac. Periódico literario redactado por señoras (1887-1889)». Secuencia (36): 175. ISSN 2395-8464. doi:10.18234/secuencia.v0i36.554. Consultado el 8 de noviembre de 2019. 
  10. a b c d e González Jiménez, Rosa María (2005). «Dolores Correa Zapata: una profesora feminista del siglo XIX». Perspectivas docentes. doi:10.19136/pd.a0n30.1292. 
  11. Alvarado Martínez Escobar, Ma. de Lourdes (Diciembre de 2009). «DOLORES CORREA Y ZAPATA. Entre la vocación por la enseñanza y la fuerza de la palabra escrita». Revista Mexicana de Investigación Educativa. 
  12. «La mujer científica». La Crónica (21). 4 de diciembre de 1886. p. 3. Consultado el 5 de febrero de 2020. 
  13. Correa Zapata, Dolores (1 de junio de 1888). «La mujer científica». Violetas del Anáhuac (30). Consultado el 5 de febrero de 2020. 
  14. González Jiménez, Rosa María (2012). «The Normal school for women and liberal feminism in Mexico City, late nineteenth and early twentieth century». Resources for Feminist Research (34): 33. Consultado el 10 de marzo de 2016.