Fernando II de Aragón

Rey de Aragón (1479-1516)

Fernando II de Aragón, llamado el Católico (Sos, 10 de marzo de 1452-Madrigalejo, 23 de enero de 1516),[7][8]​ fue rey de Aragón (1479-1516), de Castilla (como Fernando V, 1474-1504),[9]​ de Sicilia (como Fernando II, 1468-1516), de Nápoles (como Fernando III, 1504-1516), de Cerdeña (como Fernando II, 1479-1516) y de Navarra (como Fernando I, 1512-1515). Fue además regente de la Corona castellana entre 1507 y 1516, debido a la inhabilitación de su hija Juana I, tras la muerte de Felipe el Hermoso. Fernando y su esposa Isabel fueron los primeros monarcas de Castilla y Aragón en ser llamados «Reyes Católicos» y «Reyes de España».[10]

Fernando II de Aragón
y V de Castilla
Rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Nápoles, Navarra, Sicilia, Cerdeña y conde de Barcelona
Rey de Castilla iure uxoris

Retratado por Michel Sittow, c. principios del siglo XVI
Rey de Aragón, Valencia, Mallorca, y Cerdeña y Conde de Barcelona
20 de enero de 1479-23 de enero de 1516[1]
Predecesor Juan II
Sucesor Juana I y Carlos I
Rey de Castilla
15 de enero de 1475[2]​ -26 de noviembre de 1504[3]
Predecesor Isabel I
Sucesor Juana I
Información personal
Nacimiento 10 de marzo de 1452
Sos, Corona de Aragón
Fallecimiento 23 de enero[1]​ de 1516
(63 años)
Madrigalejo, Corona de Castilla
Sepultura Capilla Real de Granada
Religión Catolicismo
Apodo El Católico
Familia
Casa real Aragón[6]​ -Trastámara
Padre Juan II de Aragón
Madre Juana Enríquez
Consorte
Ver lista
Isabel I de Castilla (1469-1504)
Germana de Foix (1505-1516)
Hijos Véase Matrimonios y descendencia

Firma Firma de Fernando II de Aragón y V de Castilla

Biografía

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Primeros años de vida

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Hijo de Juan II el Grande y de su segunda esposa Juana Enríquez, nació por deseo de su madre en territorio aragonés, ya que ella se encontraba en Navarra el 26 de octubre de 1451 (en las disputas de sucesión entre su hijastro Carlos y su esposo Juan II) y se desplazó hasta el caserón de la familia Sada, en la villa de Sos, junto a la frontera.

Con solo seis años de edad recibió de su padre Juan II el título de duque de Montblanch y conde de Ribagorza con el señorío de la ciudad de Balaguer, el 25 de julio de 1458.[11]

Heredero de la Corona de Aragón y matrimonio con Isabel de Castilla

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Estatua de Fernando II de Aragón y V de Castilla, el Católico (1452–1516), en los Jardines de Sabatini, en Madrid (España). Esculpida en piedra blanca por Juan de León entre 1750 y 1753.

Reconocido heredero de la Corona aragonesa a la muerte de su medio hermano Carlos, príncipe de Viana (1461), fue coronado como rey heredero de Aragón en Calatayud; fue nombrado lugarteniente general de Cataluña (1462) y, en 1468, rey de Sicilia. Durante la guerra civil catalana (1462-1472), en la que tomó parte activa, se familiarizó con la administración del Estado a instancias de su padre.

 
Documento firmado por los Reyes Católicos

Al morir su primo segundo, el infante Alfonso de Castilla (1468), y ser reconocida como heredera de Castilla por la mayor parte de la nobleza la hermana de este, la infanta Isabel, medio hermana de Enrique IV de Castilla, su padre Juan II puso su empeño en conseguir el matrimonio de Fernando con la princesa castellana que se produjo en octubre de 1469 en el Palacio de los Vivero de Valladolid. Sin embargo, a la muerte de Enrique IV (1474) empezó una guerra civil entre los partidarios de Isabel y los de la hija de Enrique, Juana de Trastámara, apodada la Beltraneja, apoyada por el rey de Portugal, Alfonso V el Africano, que pretendía casarse con ella, uniendo las coronas de Castilla y Portugal. En este contexto de duplicidad monárquica, Fernando de Aragón será ordenado caballero de la Orden del Toisón de Oro por el duque Carlos el Temerario en 1473, celebrándose la ceremonia de investidura el 24 de mayo de 1474 en la iglesia de Santa María de la Asunción de Dueñas (Palencia) por el señor de Bièvres (Picardía), Jean de Rubempré.

Fernando, tras arduas discusiones con la recelosa nobleza castellana, consiguió ser proclamado corregente de Castilla con los mismos derechos que Isabel mediante la Concordia de Segovia (1475). Fernando participó activamente en la dirección militar de esta guerra, a cuyo resultado contribuyó de una manera definitiva, sobre todo en la indecisa batalla de Toro (1476),[12][13]​ convertida en victoria estratégica por el genio político de Fernando, y en la sumisión de ciudades rebeldes. De 1476 a 1477 fue administrador de la Orden de Santiago.

Rey de Aragón y Castilla

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Armas de Fernando II de Aragón y V de Castilla en el Palacio de los Reyes Católicos de La Aljafería (1488-1492). Se trata de un escudo cuartelado con las armas de Castilla, León, Aragón y Sicilia timbrado con la cimera del dragón, adoptada por Pedro IV el Ceremonioso y posteriormente usada como símbolo de dignidad del rey de Aragón.

La guerra terminó con la derrota de Juana. Por el Tratado de Alcáçovas (1479), Juana renunció al trono en favor de Isabel y se recluyó en un convento de Coímbra, convirtiéndose Isabel I en reina indiscutida de Castilla. Ese mismo año, (20 de enero de 1479) Fernando sucedió a su padre como rey de Aragón. Pero fue en el año 1475 cuando puede fijarse la unión de ambas coronas según los términos de la Concordia de Segovia, un tratado firmado el 15 de enero de 1475 en el Alcázar de Segovia,[14]​ por los cuales Fernando fue nombrado rey de Castilla como Fernando V, reinando junto con su mujer la reina Isabel I, uniendo así ambas coronas. Y aún más importante serán las Cortes de Toledo de 1480, donde en su ley 111 se dice: «Pues por la gracia de Dios los nuestros Reynos de Castilla y de León y de Aragón son unidos, y tenemos esperanza que por su piedad de aquí en adelante estarán unidos, y permanecerán en una corona Real: E así es razón que todos los naturales de ellos traten y comuniquen en sus tratos y facimientos».

Sin embargo, la reina Isabel I de Castilla no pudo ser nombrada de iure reina de Aragón, ya que al existir un varón legítimo (su esposo), ese sería el rey y por tanto Isabel sería reina consorte. Es antihistórico hablar de una ley sálica como la francesa en la Corona de Aragón, absolutamente inexistente en Código legal alguno en cualesquiera de los territorios de la Corona. El sistema de nombramiento era consuetudinario, entronando al varón legítimo de mayor edad, y el documento esencial era el testamento del rey. En cambio existía el llamado jure uxoris por el cual el varón consorte de la reina se convertía en rey por el imprescindible hecho del mando militar. Tampoco existió ley sálica en Castilla y León, como lo prueban Urraca y Berenguela.

Tras dictar las primeras medidas de ordenamiento interno de sus reinos (a partir de 1480 extendió la figura del corregidor; en 1481 se crea la Inquisición en Castilla; se sanciona a los nobles rebeldes y se reorganiza la hacienda real), los reyes emprendieron en 1481 la conquista del Reino nazarí de Granada. A través de las dificultades de esta guerra (1481-1492), fundamentalmente de asedio, el rey Fernando fue revelando sus dotes diplomáticas y militares. La guerra terminó con la capitulación de Granada el 2 de enero de 1492. La conquista del último reducto musulmán en la península otorgó a los reyes un prestigio que ayudó a consolidar la autoridad real. En los reinos de la Corona de Aragón, Fernando no modificó el sistema político tradicional (que dificultaba la concentración de poder en manos del rey), y puso fin en sus Estados al problema de los remensas catalanes mediante la abolición de los malos usos y la consolidación de los contratos de enfiteusis (sentencia arbitral de Guadalupe, 1486). Introdujo en Castilla las instituciones aragonesas de los consulados (como el Consulado del Mar, de Burgos) y los gremios, favoreciendo de este modo el desarrollo económico castellano, especialmente el comercio de la lana.

En el aspecto religioso, creó la Inquisición Española en 1478 (no directamente heredera de la que existió en la Corona de Aragón desde 1249), decretó la expulsión de los judíos el 3 de marzo de 1492 (salvo bautismo) y la Pragmática de 14 de febrero de 1502 que ordenaba la conversión o expulsión de todos los musulmanes del reino de Granada. Esta Pragmática supuso un quebrantamiento de los compromisos firmados por los Reyes Católicos con el rey Boabdil en las Capitulaciones para la entrega de Granada, en las que los vencedores garantizaban a los musulmanes granadinos la preservación de su lengua, religión y costumbres.

En Italia

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Armas adoptadas por Fernando II de Aragón como rey de Nápoles en 1504 y que fueron usadas hasta 1512, cuando se incorporó el blasón de Navarra. En el segundo cuartel puede observarse, junto a las Barras de Aragón, el escudo del reino de Nápoles formado por los blasones de los reinos de Jerusalén y de Hungría.[15]

A partir de 1492, tras sufrir un intento de asesinato en Barcelona, Fernando centró su actividad en la tradicional expansión aragonesa hacia Oriente, a través del Mar Mediterráneo, principalmente hacia Italia y el norte de África. Mediante el tratado de Barcelona (1493), recuperó el Rosellón y la Cerdaña (ocupados desde 1463 por Francia). En Italia, para oponerse al intento francés de anexionarse el Reino de Nápoles, organiza la Liga Santa (1495), su primer gran éxito diplomático internacional. Los éxitos en las campañas militares (en las que el ejército del rey era dirigido por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán) y la astucia del rey permitieron expulsar a la dinastía reinante del Reino de Nápoles y, en 1504, a los franceses, con lo que Nápoles se sumó a las posesiones de la Corona de Aragón. El papa Alejandro VI, que a pesar de ser originario del Reino de Valencia en los territorios de la Corona de Aragón, no tenía buenas relaciones con él porque temía que en sus afanes territoriales quisiera incluir parte de los estados pontificios, les concedió el título de Reyes Católicos a Fernando y a su mujer, la reina Isabel I de Castilla mediante la bula papal Si convenit del 19 de diciembre de 1496.

Otro de sus frentes diplomáticos contra Francia reposó en una sabia política de alianzas matrimoniales, mediante la cual los reyes establecieron alianzas con otros países europeos (matrimonio de sus hijas Isabel y, a la muerte de esta, María, con el rey Manuel I de Portugal; de Juan, con Margarita de Austria; de Juana con Felipe el Hermoso, y de Catalina con Arturo, príncipe de Gales y, tras la temprana muerte de este, con su hermano, el futuro Enrique VIII de Inglaterra), aislando a Francia, a la cual hizo fracasar reiteradamente en sus intervenciones en Italia.

Expansionismo y sucesión

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En el norte de África, se mostró contrario a ocupaciones a gran escala y restringió sus acciones a la ocupación de algunas plazas litorales del Mediterráneo, como por ejemplo Orán (Véase Toma de Orán). Mientras todo esto ocurría en Europa, el descubrimiento de América y la rápida ocupación y explotación de las tierras americanas iban fortaleciendo la posición internacional de los Reyes Católicos.[16]

A la muerte de Isabel (1504), Fernando proclamó reina de Castilla a su hija y tomó las riendas de la gobernación del reino acogiéndose a la última voluntad de Isabel la Católica. Pero el marido de Juana, el archiduque Felipe no estaba por la labor de renunciar al poder y en la concordia de Salamanca (noviembre de 1505) se acordó el gobierno conjunto de Felipe y la propia Juana, como reyes, actuando Fernando como gobernador. Previamente, Fernando había neutralizado el apoyo francés a su yerno Felipe por el Tratado de Blois, y se había casado con su sobrina nieta Germana de Foix, sobrina del rey Luis XII.

El 19 de octubre de 1505, a los 18 años de edad, Germana se casó por poderes con Fernando II de Aragón, de 53 años, viudo de Isabel la Católica desde hacía casi un año, celebrándose las velaciones de dicho matrimonio en la localidad palentina de Dueñas el 18 de marzo de 1506, en el palacio de los condes de Buendía, propiedad de su primo Juan de Acuña, III conde de Buendía. En los pactos, el rey de Francia cedió a su sobrina los derechos dinásticos del reino de Nápoles y concedió a Fernando el título de rey de Jerusalén, derechos que retornarían a Francia en caso de que el matrimonio no tuviese descendencia. A cambio, el rey Católico se comprometió a nombrar heredero al posible hijo del matrimonio. El matrimonio levantó las iras de los nobles de Castilla, ya que lo vieron como una maniobra de Fernando el Católico para impedir que Felipe el Hermoso y Juana I heredasen la Corona de Aragón. Con ella tuvo, en 1509, otro hijo, Juan, que de no haber muerto a las pocas horas de nacer, se habría convertido en rey de Aragón.

En 1506, llegó el matrimonio de Juana y Felipe a la península y pronto se manifestaron las malas relaciones entre el yerno (apoyado por la nobleza castellana, que formaron el grupo felipista) y el suegro (apoyado por los representantes de las ciudades, que formaron el grupo aragonés) de modo que por la Concordia de Villafáfila (1506), Fernando se retiró a Aragón y Felipe fue proclamado rey de Castilla en las Cortes de Valladolid, con el nombre de Felipe I. Pero el 25 de septiembre de ese año muere Felipe I el Hermoso, y ante la incapacidad de la reina Juana, el cardenal Cisneros tomó temporalmente la responsabilidad del poder como Presidente del Consejo de Regencia de Castilla hasta la vuelta de Fernando. Cuando este regresó, encerró a su hija de por vida en Tordesillas y gobernó como regente en Castilla, aunque no obstante, se centró en las cuestiones de Italia (tomando parte en la Liga de Cambrai contra Venecia en 1511) y dejó el gobierno de Castilla al cardenal Cisneros (Concordia de Burgos de 1507).

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Escudo posterior a 1512 tras la incorporación de Navarra. Originalmente Fernando el Católico había previsto agregar Navarra a la Corona de Aragón y ello explica que el emblema navarro figure partido con los palos de Aragón.[17][18]

Como hijo de Juan II intervino de forma activa en la guerra civil de Navarra, con la introducción de tropas castellanas en el interior del Reino de Navarra, hasta que en 1512 y en apoyo del bando beamontés realizó de forma abierta la definitiva incorporación o conquista de Navarra con tropas vascas, aragonesas y castellanas, al mando de su primo carnal el II duque de Alba de Tormes, Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez y tropas navarras Beaumontesas al mando de Luis III de Beaumont. Para controlar el reino y dentro de las medidas diplomáticas, se reunieron las Cortes de Navarra el 23 de marzo de 1513, en una asamblea a la que solo acudieron beamonteses, para que le dieran su apoyo, que consiguió, tras prometer respetar todos los derechos del Reino. Tras ello, los procuradores le juraron obediencia como «Católico rey don Fernando, rey de Navarra nuestro señor de aquí en adelante...».[19]

El 7 de junio de 1515, las Cortes castellanas reunidas en Burgos, sin presencia de navarros, aceptaron que cuando muriese Fernando II el Católico se incorporase el Reino de Navarra a los reinos de su hija Juana I, entonces reina de Castilla, lo que les fue propuesto por el propio rey Fernando.[19][20]​ No obstante, la guerra para controlar el reino se prolongaría hasta 1524, reinando su nieto, Carlos I.

Testamento y muerte

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En su legado, consignó todas sus posesiones a favor de su hija, y en el puesto de ella debía asumir el gobierno y la regencia de los reinos de Castilla y Aragón, su nieto Carlos de Gante, futuro Carlos I y, hasta su llegada, nombró a su hijo natural Alonso de Aragón regente de los reinos de la Corona de Aragón y al Cardenal Cisneros, regente de Castilla. Murió el 23 de enero[1]​ de 1516 en Madrigalejo (provincia de Cáceres), cuando iba a asistir al capítulo de las órdenes de Calatrava y Alcántara en el monasterio de Guadalupe.

Aquejado de hidropesía durante un retiro en la villa de Aranda de Duero, otorgó testamento en 26 de abril de 1515; aunque más tarde redactaría otro la víspera de su muerte en Madrigalejo; en él dejó herencias a determinados sirvientes, a su esposa Germana de Foix, a su hijo natural Alfonso de Aragón y a su nieto Fernando. Expresó asimismo su voluntad de ser enterrado en la Capilla Real de Granada, junto a su primera esposa, Isabel de Castilla.[21]

Su muerte pudiera haber sido originada por haber hecho abuso de cantárida,[22]​ que en aquellos tiempos se utilizaba como un afrodisiaco, en un intento por lograr un heredero varón con su esposa Germana de Foix.

Matrimonios y descendencia

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“Yn Dey nomine. Amen. Manifiesta cosa sea a los que la presente verán en como en la muy noble villa de Valladolid jueves dies e ocho días del mes de octubre año del nasçimiento de nuestro Salvador Ihesuchristo de mil e quatrocientos e sesenta e nuevos años, e seyendo presentes los muy ilustres e exçellentes señores el muy exçellente e esclaresçido señor el señor don Fernando, rey de Siçilia, príncipe heredero de los reynos de Aragón, e la muy exçellente e esclarecida señora la señora doña Ysabel, fija del muy alto e poderoso señor rrey don Juan de gloriosa memoria, prinçesa heredera d’estos reynos de Castilla e de León... ellos estaban unanimiter conformes de contraher matrimonio en uno, segund que manda la Santa Madre Iglesia”.

Su padre negoció en secreto el matrimonio de Fernando con Isabel, recién proclamada princesa de Asturias y, por tanto, heredera al trono de Castilla y León. Las conversaciones fueron secretas debido a que Fernando estaba prometido con la hija de Juan Pacheco, favorito del rey castellano Enrique IV.[cita requerida] Isabel quería este matrimonio, pero había un problema canónico: los contrayentes eran primos (sus abuelos eran hermanos). Necesitaban, por tanto, una bula papal que autorizara los esponsales. El papa Paulo II, sin embargo, no llegó a firmar este documento, temeroso de las posibles consecuencias negativas que ese acto podría traerle (al atraerse las antipatías de los reinos de Castilla, Portugal y Francia, interesados todos ellos en desposar a la princesa Isabel con otro pretendiente).

Sin embargo, el Papa era proclive a esta unión conyugal, por los beneficios que le podía traer el estar a bien con la princesa Isabel.[cita requerida] Por ese motivo, ordenó al cardenal Rodrigo de Borja dirigirse a España como legado papal para facilitar este enlace.

Fernando, Isabel y sus consejeros dudaban en contraer matrimonio sin contar con la autorización papal. Finalmente, con la connivencia del cardenal Borja, presentaron una bula falsa, supuestamente emitida en junio de 1464 por el anterior papa, Pío II, a favor de Fernando, en la que se le permitía contraer matrimonio con cualquier princesa con la que le uniera un lazo de consanguinidad de hasta tercer grado.

Isabel aceptó y se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Cervera, el 5 de marzo de 1469. Ante el temor de que Enrique IV abortara estos planes, en el mes de mayo de 1469 y con la excusa de visitar la tumba de su hermano Alfonso, que reposaba en Ávila, Isabel escapó de Ocaña, donde era custodiada estrechamente por don Juan Pacheco. Por su parte, Fernando atravesó Castilla en secreto, disfrazado de mozo de mula de unos comerciantes.

 
Isabel de Aragón, primogénita de los Reyes Católicos y reina de Portugal.

Finalmente el 19 de octubre de 1469, Isabel contrajo matrimonio en el palacio de los Vivero de Valladolid con Fernando, rey de Sicilia y príncipe de Gerona. Esto le valió el enfrentamiento con su hermanastro, que llegó a paralizar la bula papal de dispensa por parentesco entre Isabel y Fernando. Finalmente, el 1 de diciembre de 1471, Sixto IV emitió la bula que dispensaba al matrimonio de sus lazos de consanguinidad.

Casado el 19 de octubre de 1469, con Isabel tuvo siete hijos documentados:

  • Isabel (1 o 2 de octubre de 1470-1498), princesa de Asturias (1476-1480; 1498), contrajo matrimonio con el infante Alfonso, pero a su muerte se casó en 1497 con el tío del fallecido, Manuel, que fue rey de Portugal con el nombre de Manuel I, el Afortunado. Fue reina de Portugal entre 1497 y 1498, y murió en el parto de su primer hijo Miguel de Paz.
  • Aborto de un niño (31 de mayo de 1475), acaecido en la localidad de Cebreros.
  • Juan (30 de junio de 1478-1497), príncipe de Asturias (1480-1497). En 1497, contrajo matrimonio con Margarita de Austria (hija del emperador germánico Maximiliano I de Habsburgo); murió de tuberculosis poco después. Tuvo una hija póstuma que nació muerta. Margarita se fue de España y se encargó por un tiempo de su sobrino Carlos, futuro emperador Carlos V.
  • Juana I de Castilla (6 de noviembre de 1479-1555), princesa de Asturias (1502-1504), reina de Castilla (1504-1555), popularmente conocida como Juana la Loca. En 1496 contrajo matrimonio con Felipe el Hermoso de Habsburgo (también hijo del emperador Maximiliano I). Con él entró una nueva dinastía en España, la de los Habsburgo, que formaban la Casa de Austria. Su primogénita fue Leonor de Austria (1498-1558). En 1500 Juana fue por segunda vez madre, esta vez de su primer hijo varón, el futuro Carlos I, quien la sucedería y sería también emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V. En 1503, dio a luz a Fernando, sucesor de Carlos en el Sacro Imperio como Fernando I, y restauró la rama austríaca imperial de la Casa de los Austrias. Mentalmente afectada por la muerte de su marido, fue recluida por su padre Fernando en Tordesillas, donde murió.
  • María (29 de junio de 1482-1517), contrajo matrimonio en 1500 con el viudo de su hermana Isabel, Manuel I de Portugal, el Afortunado. Fue madre de diez hijos, entre ellos: Juan III, Enrique I de Portugal y la emperatriz Isabel, esposa de Carlos V.
  • Bebé mortinato (29 de junio de 1482), gemelo o mellizo de María; las fuentes no son unánimes con respecto a su sexo.[23][24][25]
  • Catalina (16 de diciembre de 1485-1536), contrajo matrimonio con el príncipe Arturo de Gales en 1501, que murió pocos meses después de la boda. En 1509 se desposó con el hermano de su difunto marido, que sería Enrique VIII. Por lo tanto se convirtió en reina de Inglaterra; fue madre de la reina María I de Inglaterra, María Tudor.
 
Firma de Fernando II de Aragón.

Con su segunda mujer Germana de Foix, sobrina de Luis XII de Francia, casado el 19 de octubre de 1505 en Dueñas (II Tratado de Blois):

  • Juan (3 de mayo de 1509 - murió unas horas después de nacer).

Con Aldonza Ruiz de Ivorra, noble catalana de Cervera, tuvo un hijo natural:

Con Juana Nicolás, una plebeya con la que tuvo un fugaz encuentro en la villa de Tárrega, tuvo una hija natural:

Con Toda de Larrea, noble vizcaína:

Con Juana Pereira, una noble portuguesa:

  • María Blanca (1483-1550), abadesa de Nuestra Señora de Gracia el Real de Madrigal, donde profesó y también fue abadesa su hermana María.[31]

Tras la muerte de su hijo Juan y la de Isabel la Católica, los nobles de Aragón le presionaron a que tuviera un hijo varón (ley sálica), lo que hizo que se tuviera que casar con Germana de Foix, sobrina de Luis XII de Francia. A esta le dijo que si no llegaban a tener un heredero varón, el tan ansiado Nápoles sería para él (Luis XII).[cita requerida]

Ancestros

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Títulos y cargos

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Predecesor:
Carlos de Viana
 
Príncipe de Gerona

1461-1479
Sucesor:
Juan de Aragón y Castilla

Predecesor:
Juan II
 
Rey de Sicilia

1468-1516
Sucesores:
Juana I y Carlos II de Sicilia

Predecesora:
Isabel I
 
Rey de Castilla (Corona Castellae)
(consorte iure uxoris de su esposa Isabel I de Castilla)

1475-1504
Sucesora:
Juana I

Predecesores:
Alonso de Cárdenas
(en el Reino de León)
Rodrigo Manrique
(en el Reino de Castilla)
 
Administrador de la Orden de Santiago

1.er. periodo 1476-1477
2.º. periodo 1493-1516
Sucesor:
Alonso de Cárdenas
1477-1493 (en ambos reinos)
Carlos I
(en 1523 la Orden se incorpora a la Corona)

Predecesor:
Juan II
   
  
Rey de Aragón, Conde de Barcelona, Rey de Valencia, Rey de Mallorca y Rey de Cerdeña

1479-1516
Sucesores:
Juana I y Carlos I de Aragón

Predecesores:
García López de Padilla
(Maestre de la Orden)
 
Administrador de la Orden de Calatrava

1487-1516
Sucesor:
Carlos I
(en 1523 la Orden se incorpora a la Corona)

Predecesor:
Mohammed XII Boabdil
 
Rey de Granada
(junto a su esposa Isabel, incorporándolo a la Corona)

1492-1504
Sucesora:
Juana I de Castilla

Predecesores:
Juan de Zúñiga y Pimentel
(Maestre de la Orden)
 
Administrador de la Orden de Alcántara

1494-1516
Sucesor:
Carlos I
(en 1523 la Orden se incorpora a la Corona)

Predecesor:
Ocupación francesa
(Luis XII de Francia)
 
Rey de Nápoles

1504-1516
Sucesores:
Juana III y Carlos IV de Nápoles

Predecesora:
-No es necesaria la regencia al haber gobierno efectivo de un monarca-
(Isabel I de Castilla)
   
Gobernador del Reino de Castilla y
Regente del Reino de León

1.er. periodo 1504-1506
2.º. periodo 1507-1516
Sucesor:
Cardenal Cisneros
(Presidente del Consejo de Regencia)

Predecesora:
Catalina I
 
Rey de Navarra

1512-1515
Sucesores:
Juana III y Carlos IV de Navarra

Véase también

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Referencias

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  1. a b c Fueros, observancias y actos de corte del reino de Aragón. Autores: Penén y Debesa, Santiago; Savall y Dronda, Pascual; Clemente, Miguel (1866), pág 63.
  2. a b Por la Concordia de Segovia, Fernando II de Aragón adquirió poderes como co-soberano en Castilla.
  3. Por fallecimiento de la reina Isabel I.
  4. Tratado de Lyon.
  5. Saltus y Ager Vasconum. Cultura y política en Navarra (1870-1960). Autor: Iriarte López, Iñaki cap7: págs 27-28 Tesis doctoral Universidad Pública de Navarra
  6. Véanse J. A. Sesma Muñoz, El Interregno (1410-1412). Concordia y compromiso político en la Corona de Aragón,Zaragoza, Institución «Fernando el Católico» (CSIC), 2011, pág. 224 y Manuel Fuertes de Gilbert Rojo, «La Casa de Aragón: Genealogía de una monarquía mediterránea. (Sinopsis)», I Colloquio Internacionale de Genealogia, Roma, Senado de la Répública, 7-11 de octubre de 2003.
  7. Luis Suárez Fernández, Fernando el Católico, Barcelona, Ariel, 2004, pág. 18. ISBN 978-84-344-6761-3
  8. Edwards, John. La España de los Reyes Católicos, 1474-1520, Barcelona, Crítica, 2001, pág. 9 (Historia de España, 9). ISBN 978-84-8432-266-5
  9. Biografía de Fernando V de Castilla y II de Aragón, también llamado el Católico.
  10. Así lo dicen algunos cronistas de la época como mosen Diego de Valera que en su Doctrinal de príncipes de 1476 presagiaba a Fernando el Católico: «Habréis la monarquía de todas las Españas». Y Pedro Mártir de Anglería, en carta al arzobispo de Braga, escribe: Reyes de España llamamos a Fernando y a Isabel, porque poseen el cuerpo de España. Colección de las crónicas y memorias de los reyes de Castilla, Madrid, Imprenta de Antonio Sancha, 1783, vol. IV, p. XXV.
  11. Iglesias Costa, Manuel (2001). Instituto de Estudios Altoaragoneses, ed. «Historia del condado de Ribagorza» (pdf). Huesca. p. 274. ISBN 84-8127-121-7. Archivado desde el original el 11 de enero de 2012. Consultado el 1 de noviembre de 2011. «Ello hizo primero que el rey Juan II se negara a reconocer a su hijo Carlos, príncipe de Viana, sus derechos a la herencia y que este se levantase en armas contra su padre; y, segundo, que el rey el mismo día que juró como de costumbre los fueros y privilegios del reino de Aragón (25 de julio de 1458) en la iglesia del Salvador de Zaragoza «dio al infante Don Hernando su hijo título de duque de Montblanch y de conde de Ribagorza con el señorío de la ciudad de Balaguer»; contaba este tan solo 6 años de edad.» 
  12. “Su momento es la indecisa batalla de Toro. Unos y otros se atribuyeron el resultado victorioso de la jornada… Las cartas escritas por el soberano a las ciudades importantes se su Reino son un modelo de habilidad… Que portentosa descripción de la batalla! La nebulosa se convierte en luz, lo dudoso cobra perfiles de triunfo cierto. El político lograba los frutos de una victoria discutida”, el historiador Antonio Ballesteros Berreta- Fernando el Católico, el mejor Rey de España, Ejército, nr 16, pp. 54-66, Ministerio del Ejército, Madrid, mayo 1941.
  13. “… en la … batalla de Toro, que, aunque de resultado incierto, Fernando, con habilidad, supo explotar propagandísticamente. ”en Juan BATISTA GONZÁLEZ- España Estratégica, guerra y diplomacia en la historia de España, Sílex ediciones, Madrid, 2007, p.222.
  14. Cáceres Blanco, Francisco Ignacio de (1970). El Alcázar de Segovia, vida y aventura de un castillo famoso. Aldus Velarde. p. 93. 
  15. La moneda napolitana de Fernando el Católico, documento porpagandístico de la unidad de las coronas; De Francisco Olmos, José María. Universidad Complutense de Madrid (2001), pp. 156-158.
  16. * Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo (1854). Historia General y Natural de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano. Madrid: Real Academia de la Historia. 
  17. Faustino Menéndez Pidal y Navascués y Javier Martínez de Aguirre, El escudo de armas de Navarra, Gobierno de Navarra, 2001. ISBN 84-235-2016-1.
  18. Cfr. la descripción de este emblema en Faustino Menéndez Pidal de Navascués, «“Tanto monta”. El escudo de los Reyes Católicos», en Luis Suárez Fernández, Isabel la Católica vista desde la Academia, Real Academia de la Historia de España, (Estudios, 16), 2005, pág. 123.
    En estos territorios [Corona de Aragón], las composiciones armeras eran más flexibles. En Aragón y Cataluña Fernando el Católico usó, además de las armas descritas arriba, los palos solos de Aragón, un partido del cuartelado de Castilla-León y de Aragón, a veces en el orden inverso, y en la última época un terciado: 1. Aragón-Sicilia; 2, Aragón; 3, terciado también de Hungría, Anjou-Nápoles y Jerusalén. Finalmente, en Nápoles usó primero, viviendo doña Isabel, un cuartelado: 1,4, contracuartelado de Castilla y León; 2, Aragón partido de Jerusalén partido de Hungría; 3, Aragón partido de Aragón-Sicilia (hay variantes de estas armas). Más tarde, ya viudo, cuartela simplemente Aragón y el terciado de Hungría, Anjou y Jerusalén, timbrándolo a veces con el yelmo coronado y la cimera aragonesa. Las anexiones de Nápoles y de Navarra habían aportado la última modificación en las armas del Rey Católico. Manteniendo los cuarteles 1, 3 y 4 y el entado en punta de Granada, el 2 se cambia por un partido: 1, Aragón cortado de Navarra; 2, Jerusalén partido de Hungría. Así aparece, sostenido por dos grifos, soporte aragonés, y timbrado por una corona en un tímpano del castillo de la Aljafería.
    Menéndez Pidal de Navascués, art. cit., 2005, página 123.
  19. a b García-Mercadal, Fernando: Los títulos y la Heráldica de los Reyes de España: Estudios de derecho dinástico, Editorial Bosch, 1995.
  20. Colmeiro, Manuel (1883). Cortes de los antiguos Reinos de León y de Castilla.
  21. Fernando el Católico. Ernest Belenguer. Península, 1999. ISBN 978-84-8307-183-0.
  22. Gargantilla Madera, Pedro: Enfermedades de los Reyes de España, Editorial La esfera de los libros, 2005. ISBN 84-9734-338-7, 9788497343381.
  23. García, Azahara; Quirós, Paloma G. (28 de octubre de 2013). «Más Isabel - ¿Tuvo gemelos Isabel 'La católica'?». RTVE. 
  24. Breve historia de Isabel la Católica. Sandra Ferrer Valero. 2017. ISBN: 9788499678382
  25. Biografía Histórico-Médica de Isabel la Católica. Julio Cruz Y Hermida. Pag 127.
  26. Ricardo del Arco, «El monasterio de Montearagón», Argensola: Revista de Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Altoaragoneses, n.º 53-54, 1963, págs. 1-50. Cfr. pág. 10. ISSN 0518-4088.
  27. Cadiñanos Bradeci, Inocencio. Arquitectura de Medina de Pomar (Burgos). CORE. Consultado el 30 de abril de 2018.
  28. «Se vende castillo donde vivió Juana 'la Loca' por 15 millones de euros». El Norte de Castilla. 14 de agost de 2018. 
  29. José Fernández de Velasco y Sforza, duque de Frías, el condestable don Íñigo Fernández de Velasco, gobernador de los reinos, y su mujer María de Tovar. Discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia, Madrid 1975, p. 17, ISBN 84-85133-04-8. Cuenta el autor que después de enviudar de Juana de Aragón, Bernardino pensaba casar con una hija de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. La reina Germana de Foix, la segunda mujer del rey Fernando le afeó que habiendo sido marido de una señora de sangre real, pensara de nuevo casar con particular, a lo que Bernardino contestó que en ello no hacía más que imitar a su rey que había hecho lo mismo. Murió poco después y algunos atribuyeron su fallecimiento a veneno administrado por las damas de la enojada reina.
  30. Sesma Muñoz, J.A. (1992). Gobierno de Aragón, ed. Fernando de Aragon Hispaniarum Rex. Zaragoza. p. 260-263. 
  31. Jesús Miguel Benítez, «Agustinas de Madrigal de las Altas Torres del siglo XIV al XVII», La clausura femenina en España: actas del simposium, 1 al 4 de septiembre de 2004, Real Centro Universitario Escorial-María Cristina, vol. 1, pp. 374 y 376-384.
  32. Jaime de Salazar y Acha. «Consideraciones sobre algunos aspectos genealógicos y heráldicos del Almirantazgo de Castilla» (Conferencia). pp. 90-91. Consultado el 11 de abril de 2010. 

Bibliografía

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Bibliografía adicional

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  • Egido, Aurora; Laplana, José Enrique (2014). La imagen de Fernando el Católico en la Historia, la Literatura y el Arte. Zaragoza: Institución Fernando el Católico. ISBN 978-84-9911-309-8. 
  • Grimaldo, Polo de (1999). Elegía sobre la muerte del muy alto et muy Catholico príncipe et rey nuestro señor Don Fernando (1516). Edición, introducción y notas de G. Mazzochi. Zaragoza: Institución Fernando el Católico. ISBN 84-7820-480-6. 
  • Pardo Canalís, Enrique (1963). Iconografía de Fernando el Católico. Zaragoza: Institución Fernando el Católico. 
  • Vicens Vives, Jaime (2006). Historia crítica de la vida y reinado de Fernando II de Aragón. Zaragoza: Institución Fernando el Católico. ISBN 84-7820-882-8. 
  • Zurita, Jerónimo (2005). Historia del rey Don Fernando el Católico. De las empresas, y ligas de Italia. Zaragoza: Institución Fernando el Católico. 

Enlaces externos

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