Flora de la Comunidad Valenciana

La flora de la Comunidad Valenciana se caracteriza por ser un bioma de bosques y matorrales mediterráneos, desarrollados en un clima caracterizado por inviernos templados, veranos secos, otoños y primaveras con abundantes precipitaciones, es decir, el clima mediterráneo. Además de esto, la vegetación valenciana está adaptada a otro evento usual en la región, los incendios forestales.

Clasificación

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Clasificación biogeográfica Juan Paskia

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La flora de la Comunidad Valenciana pertenece biogeográficamente al Reino Holártico, y más concretamente a la región mediterránea. En la tabla siguiente puede observarse más detalladamente a que subzonas biogeográficas pertenece concretmente cada área de la Comunidad Valencianaː

Zonas biogeográficas de la Comunidad Valenciana
Reino Región Subegión Provincia Subprovincia Sector
Holártico Mediterránea Mediterránea Occidental Valenciano-Catalano-Provenzal Catalano-Valenciana 1.1 Valenciano-Tarraconense  
1.2 Setabense
Castellano-Maestrazgo-Manchega Castellana 2.2 Manchego
Oroibérica 2.3 Maestracense
Murciano–Almeriense 3 Alicantino-Murciano
Fuente: Rivas Martínez, et al (2002)[1][2][3]

Clasificación bioclimática

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Desde el punto de vista bioclimático la vegetación se dispone en estratos en función altitudinal, que se corresponden con los termoclimas o pisos bioclimáticos. En la Comunidad Valenciana están representados los pisos termomediterráneo, mesomediterráneo, supramediterráneo y oromediterráneo, mientras que la presencia de los pisos crioromediterráneo e inframediterráneo se presentan puntualmente.[4]

Formaciones vegetales típicas

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Bosque mediterráneo

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De este modo, la vegetación típica de la Comunidad Valenciana es el bosque mediterráneo, caracterizado por vegetación de hoja perenne y xerófila, adaptada a lo largo del período estival de sequía. La especie climácica y dominante es la carrasca, si bien la especie más abundante es el pino carrasco. Otras especies que se encuentran en tierras valencianas son las encinas, los quejigos, y los alcornoques, estos últimos en zonas de sustrato ácido, así como también el olivo, el almendro, el algarrobo, el naranjo y el árbol del caqui como especies cultivadas. El sotobosque dominante está compuesto por especies leñosas de tipo espinoso y aromático, como el romero, el tomillo, la coscoja, el lentisco, el mirto, el hinojo, la aliaga y la jara. En torno a los cauces y a las zonas húmedas son abundantes los bosques de ribera y la vegetación palustre, formada por árboles como los álamos, los olmos y los sauce llorón, y por especies herbáceas como las cañas, los carrizos y la mansiega, entre otras muchas especies.

Máquia

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Por lo general el bosque valenciano está muy alterado por la acción del ser humano a lo largo de la historia, fundamentalmente por la urbanización, la agricultura y por los incendios forestales. La maquia, formación secundaria de carácter arbustivo, es la vegetación típica en las zonas de bosques degradados. Ante ésta problemática se ha recurrido a la repoblación de extensas zonas con especies no climácicas como el pino, motivo por el cual en la actualidad es la especie más abundante en los bosques valencianos.

Referencias

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  1. «Biogeografía y Vegetación. Biogeografía. Península Ibérica». www.plantasyhongos.es. 17 de diciembre de 2012. Consultado el 20 de diciembre de 2013. 
  2. Montesinos Navarro, Alicia. «SITUACIÓN DE LA PERDIZ ROJA (Alectoris rufa) EN PETRER (ALICANTE)». www.club-caza.com. Consultado el 20 de diciembre de 2013. 
  3. Rivas Martínez, et al (2002). «Vascular plant communities of Spain and Portugal.». Itinera geobotanica (en inglés) (Asociación Española de Fitosociología). 15 (1-2). ISSN 0213-8530. Archivado desde el original el 27 de abril de 2016. Consultado el 14 de diciembre de 2013. 
  4. Sanchis Duato, Enrique; Fos Causera, Mariano; Bordón Ferré, Yolanda (2003). Ecosistemas mediterráneos. Valencia: Universitat Politècnica de València. pp. 87-88. ISBN 84-9705-444-X.