Historia maya
La historia de la antigua civilización maya se divide en tres períodos principales: Preclásico, Clásico y Posclásico.[1] Estos fueron precedidos por el Período Arcaico, que vio los primeros asentamientos y el desarrollo temprano de la agricultura.[2] Los estudios modernos consideran estos períodos como divisiones arbitrarias de la cronología de la civilización maya, en lugar de indicar su evolución cultural o su decadencia.[3] Las definiciones de las fechas de inicio y fin de los periodos pueden variar hasta un siglo, según el autor.[4] El Preclásico duró desde aproximadamente 2000 a. C. hasta aproximadamente el 250 d. C.; fue seguido por el Clásico, entre 250 d. C. y 950 d. C. aproximadamente, y luego por el Posclásico, desde 950 d. C. hasta la mitad del siglo XVI.[5] Cada período principal tiene subdivisiones:
Período | División | Fechas | |
---|---|---|---|
Arcaico | 10000
-2000 a. C.[6] | ||
Preclásico | Preclásico Temprano | 2000-1000 a. C. | |
Preclásico Medio | Preclásico Medio Temprano | 1000-600 a. C. | |
Preclásico Medio Tardío | 600-350 a. C. | ||
Preclásico Tardío | Preclásico Tardío Temprano | 350-1 a. C. | |
Preclásico Tardío Tardío | 1 a. C. - 159 d. C. | ||
Preclásico Terminal | 159-250 d. C. | ||
Clásico | Clásico Temprano | 250-550 d. C. | |
Clásico Tardío | 550-830 d. C. | ||
Clásico Terminal | 830-950 d. C. | ||
Posclásico | Posclásico Temprano | 950-1200 d. C. | |
Posclásico Tardío | 1200-1539 d. C. | ||
Periodo de contacto/Conquista española | 1511-1697 d. C.[7] |
Período Preclásico (2000 a. C.-250 d. C.)
editarEl desarrollo de la civilización maya se inició en el período Preclásico.[9] Los estudiosos continúan discutiendo cuando comenzó esta era de la civilización maya. Descubrimientos de ocupación maya en Cuello, Belice han sido datados por carbono hacia 2600 a. C.[10] Los asentamientos del periodo se establecieron alrededor de 1800 a. C. en la región del Soconusco en la costa del Pacífico, y ya estaban cultivando los alimentos básicos de la dieta maya, incluyendo el maíz, frijol, calabaza y chile.[11] Este período, conocido como el Preclásico Temprano,[11] se caracterizó por las comunidades sedentarias y la introducción de la cerámica y figurillas de barro cocido.[12]
Durante el Período del Preclásico Medio, pequeños pueblos comenzaron a crecer para formar ciudades.[13] Para el año 500 a. C., estas ciudades poseían grandes templos decorados con máscaras de estuco representando a los dioses.[14] Nakbé en el departamento de Petén, Guatemala fue la primera ciudad bien documentada en las tierras bajas mayas,[15] donde las grandes estructuras se han fechado hacia 750 a. C.[13] Nakbé ya contó con una arquitectura monumental, monumentos esculpidos y calzadas que caracterizaron a las posteriores ciudades en las tierras bajas mayas.[15] Las tierras bajas del norte de Yucatán fueron ampliamente colonizadas en el Preclásico Medio.[16] Aproximadamente por el 400 a. C., cerca del final del período Preclásico Medio, los gobernantes mayas tempranos fueron levantando estelas que celebraban sus logros y validaban su derecho a gobernar.[17]
Murales excavados en 2005 han hecho retroceder el origen de la escritura maya por varios siglos, y una escritura desarrollada ya estaba siendo utilizada en San Bartolo, en Petén hacia el siglo III a. C., y ahora es evidente que los mayas participaron en el desarrollo más amplio de la escritura mesoamericana en el Preclásico.[18] En el Período Preclásico Tardío, la enorme ciudad de El Mirador creció hasta cubrir aproximadamente 16 km².[19] Poseía avenidas pavimentadas, complejos de pirámides triádicas masivas datadas cerca de 150 a. C., y estelas y altares que se levantaron en sus plazas.[19] El Mirador es considerado como una de las primeras capitales de la civilización maya.[19] Los pantanos de la cuenca del Mirador parecen haber sido la atracción principal para los primeros habitantes de la zona, como lo demuestra la inusual agrupación de grandes ciudades alrededor de ellos.[20] La ciudad de Tikal, que más tarde sería una de las ciudades más importantes del período Clásico, ya era una ciudad importante en torno al 350 a. C., aunque no se comparaba con en El Mirador.[21] El florecimiento cultural del Preclásico Tardío se derrumbó en el siglo I d. C. y muchas de las grandes ciudades mayas de la época fueron abandonadas; la causa de este colapso es aún desconocido.[14]
En las tierras altas, Kaminaljuyú surgió como un centro principal en el Preclásico Tardío, conectando las rutas comerciales de la costa del Pacífico con la ruta del río Motagua y aumentando el contacto con otros sitios a lo largo de la costa del Pacífico.[22] Kaminaljuyú estaba situado en un cruce de caminos y controlaba las rutas comerciales hacia el oeste a la costa del Golfo, al norte en las tierras altas, y a lo largo de la llanura costera del Pacífico hasta el Istmo de Tehuantepec y El Salvador. Esto le dio el control de las redes de distribución de bienes importantes, como el jade, la obsidiana y el cinabrio.[23] Dentro de esta ruta comercial extendida, Takalik Abaj y Kaminaljuyú parecen haber sido los dos focos principales.[24] El estilo de escultura maya temprano se extendió por toda esta red.[25] Takalik Abaj y Chocolá fueron dos de las ciudades más importantes de la llanura costera del Pacífico durante el Preclásico Tardío,[26] y Komchen creció hasta convertirse en un centro importante en el norte de Yucatán durante el Preclásico.[27]
Periodo Clásico (250-900 d. C.)
editarEl período Clásico se define en gran medida como el período durante el cual en las tierras bajas mayas se levantaron monumentos fechadas, utilizando el calendario de la cuenta larga.[28] Este período marcó el auge de la construcción a gran escala y el urbanismo, el registro de inscripciones monumentales, y demostró un significativo desarrollo intelectual y artístico, sobre todo en las regiones de las tierras bajas del sur.[28] El panorama político del período Clásico ha sido comparado con el de la Italia del Renacimiento o de la Grecia clásica, con múltiples ciudades-estado involucrados en una compleja red de alianzas y enemistades.[29]
En su apogeo, durante el Clásico Tardío, Tikal se había expandido hasta alcanzar una población de más de 100.000 habitantes.[31] El gran rival de Tikal era Calakmul, otra ciudad poderosa en la cuenca del Petén.[32] Tikal y Calakmul desarrollaron extensos sistemas de aliados y vasallos; ciudades menores que entraban en estas redes ganaron prestigio por su asociación con la ciudad de primer nivel, y mantenían relaciones pacíficas con otros miembros de la misma red.[33] Tikal y Calakmul dirigieron sus redes de alianzas en contra de su rival; en varios momentos durante el periodo Clásico, uno u otro de estos poderes ganaría una victoria estratégica sobre su gran rival, lo que resultó en los respectivos períodos de florecimiento y decadencia.[34]
En 629, B'alaj Chan K'awiil, un hijo del rey de Tikal K'inich Tikal Muwaan Jol II, fue enviado a fundar una nueva ciudad en Dos Pilas, 120 km al oeste en la región de Petexbatún, al parecer como un puesto de avanzada para extender el poder de Tikal fuera del alcance de Calakmul. El joven príncipe tenía sólo cuatro años de edad en el momento.[35] Con el establecimiento del nuevo reino, Dos Pilas proclamó su origen mediante la adopción del emblema de Tikal como propio.[36] Durante las siguientes dos décadas luchó lealmente para su hermano y señor de Tikal. En el año 648, el rey Yuknoom Ch'een II ("Yuknoom el Grande") de Calakmul atacó y derrotó a Dos Pilas, capturando B'alaj Chan K'awiil. Casi al mismo tiempo, el rey de Tikal fue asesinado. Yuknoom Ch'een II luego reinstaló a B'alaj Chan K'awiil en el trono de Dos Pilas como su vasallo.[37] En un extraordinario acto de traición de parte de un miembro de la familia real de Tikal, sirvió posteriormente como un aliado leal de Calakmul, el enemigo jurado de Tikal.[38]
En el sureste, Copán fue la ciudad más importante.[32] Su dinastía del período clásico fue fundada en el 426 por K'inich Yax K'uk' Mo'. El nuevo rey tenía fuertes lazos con el centro de Petén y Teotihuacán, y es probable que él fuera originario de Tikal.[39] Copán alcanzó el apogeo de su desarrollo cultural y artístico durante el gobierno de Uaxaclajuun Ub'aah K'awiil, que reinó de 695 a 738.[40] Su reinado terminó catastróficamente en abril de 738, cuando fue capturado por su vasallo, el rey K'ak' Tiliw Chan Yopaat de Quiriguá.[41] El señor capturado de Copán fue llevado a Quiriguá y fue decapitado en un ritual público a principios de mayo de 738.[42] Es probable que este golpe de Estado fuera respaldado por Calakmul, con el fin de debilitar a un poderoso aliado de Tikal.[43] Palenque y Yaxchilán fueron las ciudades más poderosas de la región Usumacinta.[32] En las tierras altas, Kaminaljuyú en el valle de Guatemala ya era una gran ciudad para el 300 d. C.[44] En el norte del área maya, Coba fue la capital más importante.[45]
Las ciudades capitales de los reinos mayas podrían variar considerablemente en tamaño, lo que parece ser relacionado con el número de ciudades vasallo que estaban vinculados con la capital.[46] Los dirigentes de ciudades-estados que gobernaban sobre un mayor número de señores subordinados podrían obtener mayores cantidades de tributo en la forma de bienes y mano de obra.[47] Las formas más notables de tributo representadas en la cerámica maya eran cacao, textiles y plumas decorativas.[47] La base social de la civilización maya clásica se conformaba de una extensa red política y económica que abarcaba toda el área maya, y más allá dentro de la gran región mesoamericana.[48] Las entidades políticas dominantes del periodo Clásico se encontraban en las tierras bajas centrales; durante este período las tierras altas del sur y las tierras bajas del norte pueden ser considerados culturalmente, económicamente y políticamente periféricas a esta área. Las ciudades que se encontraban entre el núcleo y la periferia actuaban como centros de comercio.[49]
Los monumentos más notables del Clásico son las pirámides-templos y los palacios que construyeron en los centros de las ciudades más grandes.[50] En esta época se generalizó el uso de la escritura glífica en los monumentos y se dejó una gran cantidad de información, incluyendo registros dinásticos fechados, alianzas y otras interacciones entre las entidades políticas mayas.[51] La escultura de estelas de piedra se extendió por todo el territorio maya durante el periodo Clásico,[52] y los emparejamientos de estelas esculpidas y altares circulares bajos se consideran una característica distintiva de la civilización maya clásica.[53] Durante el periodo Clásico casi todos los reinos mayas en las tierras bajas del sur levantaron estelas en sus respectivos centros ceremoniales.[54] El epigrafista David Stuart sugirió inicialmente que los mayas consideraron sus estelas como te tun, "árboles de piedra", aunque posteriormente revisó su lectura en lakamtun, que significa "piedra bandera".[55] De acuerdo con Stuart, esto puede referirse a las estelas como versiones de piedra de los estandartes verticales que se colocaron en lugares prominentes en los centros de las ciudades mayas, como se muestra en los antiguos murales mayas.[56] El principal propósito de una estela era de glorificar al rey.[57]
La civilización maya participó en el comercio a larga distancia, e importantes rutas comerciales corrían desde el río Motagua hasta el Mar Caribe, luego hacia el norte hasta la costa de Yucatán. Otra ruta iba desde Verapaz a lo largo del río La Pasión al puerto comercial en Cancuén; desde allí rutas comerciales corrieron hacia el este hasta Belice, hacia el norte hasta el centro y norte de Petén, y más allá hasta el Golfo de México y la costa oeste de la península de Yucatán.[58] El jade, la cerámica fina y las plumas de quetzal eran importantes productos comerciales de la élite.[59] Los productos comerciales más básicos pueden haber incluido la obsidiana, la sal, y el cacao.[60]
Colapso maya del periodo Clásico
editarDurante el siglo IX, la región central maya sufrió un gran colapso político, marcado por el abandono de las ciudades, el final de las dinastías y un desplazamiento del foco de actividad hacia el norte.[61] Este descenso coincidió con el cese de las inscripciones monumentales y de la construcción arquitectónica a gran escala. Ninguna teoría universalmente aceptada explica este colapso, pero es probable que fuese el resultado de una combinación de factores, incluyendo la guerra endémica interna, la sobrepoblación que resultó en una degradación ambiental grave, y la sequía.[62] Durante este período, conocido como el Clásico Terminal, las ciudades septentrionales de Chichén Itzá y Uxmal mostraron un aumento de actividad.[61] Las principales ciudades en el norte de la península de Yucatán continuaron siendo habitadas mucho tiempo después de que las ciudades de las tierras bajas del sur dejaran de levantar monumentos.[63]
Hay evidencia de que la población maya sobrepasó la capacidad de carga del medio ambiente, dando lugar al agotamiento de los recursos agrícolas como la degradación del suelo, la deforestación y la caza excesiva de la megafauna. Una larga sequía de 200 años parece haber ocurrido en la misma época.[64] La organización social maya del periodo Clásico se basaba en la autoridad ritual del gobernante, en lugar de un control central del comercio y distribución de alimentos. Este modelo de gobierno no estaba bien estructurado para responder a cambios fundamentales, ya que la libertad de acción del gobernante se limitaba a respuestas tradicionales. Los gobernantes respondieron en una forma culturalmente delimitada, mediante la intensificación de actividades tales como la construcción, los rituales y la guerra. Esto fue contraproducente y sólo sirvió para exacerbar los problemas sistémicos.[65]
Para los siglos IX y X, esto se tradujo en el colapso del sistema de gobernación basado en torno al poder divino del señor gobernante. En el norte de Yucatán, el reinado individual fue reemplazado por un consejo de gobierno formado a partir de linajes de la élite. En el sur de Yucatán y el centro de Petén, hubo un declive general de los reinos; en Petén occidental y algunas otras áreas, los cambios fueron catastróficos y dieron lugar a la rápida despoblación de las ciudades.[66] Dentro de un par de generaciones, grandes extensiones de la zona central maya fueron casi totalmente abandonadas.[67] Un colapso relativamente rápido afectó a porciones de la zona sur maya que incluía el sur de la península de Yucatán, el norte de Chiapas y Guatemala, y el área alrededor de Copán en Honduras. Las ciudades más grandes tenían poblaciones que sumaban 50.000 a 120.000 habitantes y estaban vinculados a las redes de ciudades subsidiarias. Tanto las capitales y sus centros secundarios fueron generalmente abandonados en un plazo de 50 a 100 años.[68]
A finales del siglo VIII, la guerra endémica había envuelto a la región de Petexbatún, Petén, lo que resultó en el abandono de Dos Pilas y Aguateca.[69] Uno por uno, muchas otras grandes ciudades dejaron de esculpir monumentos fechados y fueron abandonados; los últimos monumentos de Palenque, Piedras Negras y Yaxchilán fueron fechados entre 795 y 810, y en las décadas siguientes, Calakmul, Naranjo, Copán, Caracol y Tikal cayeron todos en el olvido. La última fecha de cuenta larga fue inscrita en Toniná en 909 d. C.. Las estelas ya no fueron levantadas, y ocupantes ilegales se instalaron en los palacios reales abandonados. Las rutas comerciales de Mesoamérica cambiaron y excluyeron a Petén.[70]
Periodo Posclásico (950-1539 d. C.)
editarHacia el comienzo del siglo X, con el inicio del colapso del periodo Clásico Terminal, las grandes ciudades que dominaban Petén habían caído en la ruina.[72] A pesar de ser mucho más reducida, una significativa presencia maya permaneció durante el periodo Posclásico, después del abandono de las ciudades durante el Clásico Terminal; la población se concentró principalmente cerca de las fuentes de agua permanentes.[73] A diferencia de los ciclos de contracción anteriores en la región maya, las tierras abandonadas no fueron rápidamente reasentadas durante el Posclásico.[68] El centro de actividad se trasladó a las tierras bajas del norte y las tierras altas mayas; es posible que esto haya coincidido con la migración desde las tierras bajas del sur, ya que muchos grupos del Posclásico maya tenían mitos sobre migraciones.[74] Chichén Itzá surgió como una prominente ciudad en el norte durante el siglo VIII, coincidente con los abandonos que se produjeron en el sur, lo que sugiere el involucramiento de factores económicos y políticos en el colapso.[68] Chichén Itzá se convirtió en lo que fue probablemente la más grande, potente y cosmopolita de todas las ciudades mayas.[75] Chichén Itzá y sus vecinos Puuc declinaron drásticamente en el siglo XI, y esto puede representar el episodio final del colapso del período Clásico. Después de la caída de Chichén Itzá, la región maya carecía de un poder dominante hasta el surgimiento de la ciudad de Mayapán en el siglo XII. Nuevas ciudades surgieron cerca de las costas del Caribe y del golfo de México, y se formaron nuevas redes de comercio.[76]
El Período Posclásico estuvo marcado por una serie de cambios que distinguían a sus ciudades de las de la época clásica anterior.[77] La gran ciudad de Kaminaljuyú en el Valle de Guatemala fue abandonada después de un periodo de ocupación continua que se extendió por casi dos mil años.[78]Esto fue sintomático de los cambios que estaban barriendo a través de las tierras altas y la llanura de la costa del Pacífico, en los cuales las ciudades situadas en terrenos expuestos fueron reubicadas, al parecer debido a una proliferación de la guerra. Las ciudades pasaron a ocupar lugares ubicados en cumbres, rodeados de profundos barrancos que facilitaron su defensa, y a veces con defensas compuestas de zanjas y paredes para complementar la protección proporcionada por el terreno.[78] Defensas amuralladas han sido identificadas en un gran número de sitios en el norte, incluyendo Chacchob, Chichén Itzá, Cuca, Ek Balam, Mayapán, Muna, Tulum, Uxmal y Yaxuná.[79] Una de las ciudades más importantes de las tierras altas de Guatemala en este momento era Q'umarkaj, la capital del beligerante reino quiché.[77] Por lo general los Estados mayas del Posclásico, desde Yucatán hasta las tierras altas de Guatemala, fueron organizados bajo una forma de gobierno conjunto o consejo de gobierno. Sin embargo, en la práctica uno de los miembros del consejo podría actuar como gobernante supremo, con los demás miembros sirviéndole como asesores.[80]
Mayapán fue abandonado alrededor de 1448, después de un período de turbulencia política, social, y ambiental, que en muchos aspectos hizo eco del colapso del periodo Clásico en la región sur. El abandono de la ciudad fue seguido por un período de guerra prolongada en la península de Yucatán, que sólo terminó poco antes del contacto con los españoles en 1511. Incluso sin una capital regional dominante, los primeros exploradores españoles informaron sobre ciudades costeras ricas y mercados florecientes.[76]
Durante el Posclásico Tardío, la península de Yucatán estaba dividida en varias provincias independientes que compartían una cultura común, pero variaban en su organización sociopolítica interna.[81] Dos de las provincias más importantes eran Maní y Sotuta, que eran mutuamente hostiles.[82] En el momento del contacto con los españoles, las entidades políticas en el norte de la península de Yucatán incluyeron Maní, Cehpech, Chakan, Ah Kin Chel, Cupul, Chikinchel, Ecab, Uaymil, Chetumal, Cochuah, Tases, Hocabá, Sotuta, Chanputun (Champotón moderna), y Acalan.[83] Un número de entidades políticas y grupos habitaban la parte sur de la península abarcando la cuenca del Petén, Belice, y las zonas circundantes,[84] incluyendo los quejaches, itzaes,[85] couohes,[86] yalain,[87] chinamitas e icaichés, choles del Manché y mopán.[88] Los lacandones de habla cholano (no confundirse con los habitantes modernos de Chiapas con ese nombre) controlaban el territorio a lo largo de los afluentes del río Usumacinta, que abarca el este de Chiapas y el suroeste de Petén.[85]
En vísperas de la conquista española, las tierras altas de Guatemala fueron dominadas por varios poderosos estados mayas.[89] En los siglos anteriores a la llegada de los españoles, los quichés (k'iche') habían construido un pequeño imperio que cubría una gran parte del altiplano occidental de Guatemala y la llanura costera del Pacífico. Sin embargo, a finales del siglo XV los kaqchikeles se rebelaron contra sus antiguos aliados quichés y fundaron un nuevo reino hacia el sureste, con Iximche como su capital. En las décadas anteriores a la invasión española, el reino kaqchikel estaba erosionando constantemente al reino de los quichés.[90] Otros grupos del altiplano incluyeron a los zutuhil (tz'utujil) alrededor del lago de Atitlán, los mam en el altiplano occidental, y los poqomam en las tierras altas orientales.[91] Las tierras altas centrales de Chiapas estaban ocupadas por un gran número de pueblos mayas,[92] incluyendo los tzotziles, que fueron divididos en varias provincias,[93] y los tojolabales.[94]
Periodo de contacto y conquista española (1511-1697 d. C.)
editarEn 1511, una carabela española naufragó en el Caribe, y alrededor de una docena de sobrevivientes tocó tierra en la costa de Yucatán. Ellos fueron capturados por un señor maya, y la mayoría fueron sacrificados, aunque dos lograron escapar. De 1517 a 1519, tres expediciones españolas separadas exploraron la costa de Yucatán, y participaron en una serie de batallas con los habitantes mayas.[95] Después de que la capital azteca Tenochtitlan cayó bajo el dominio español en 1521, Hernán Cortés envió a Pedro de Alvarado a Guatemala con una caballería de 180 hombres montados, 300 soldados, 4 cañones y miles de guerreros aliados del centro de México;[96] los cuales llegaron a Soconusco en 1523.[97] La capital quiché, Q'umarkaj, cayó ante Alvarado en 1524.[98] Poco después, los españoles fueron invitados como aliados en Iximché, la capital kaqchikel.[99] Las buenas relaciones no duraron, debido a las demandas excesivas españolas para el oro como tributo, y la ciudad fue abandonada unos meses más tarde.[100] Esto fue seguido por la caída de Zaculeu, la capital mam, en 1525.[101] Francisco de Montejo y su hijo, Francisco de Montejo el Mozo, lanzaron una larga serie de campañas en contra de las entidades políticas mayas de la península de Yucatán en 1527, y finalmente completaron la conquista de la parte norte de la península en 1546.[102] Sólo los reinos mayas de la cuenca del Petén se mantuvieron independientes.[103] En 1697, Martín de Urzúa lanzó un asalto contra Nojpetén, la capital itzá, que culminó en la caída de la última ciudad maya independiente.[104]
Persistencia de la cultura maya
editarLa conquista española eliminó la mayor parte de los rasgos definitorios de la civilización maya. Sin embargo, muchas aldeas mayas se mantuvieron alejados de la autoridad colonial española, y en gran medida continuaron manejando sus propios asuntos. Las comunidades rurales mayas, y la familia nuclear, mantuvieron su vida diaria tradicional.[105] El cultivo de alimentos básicos, como el maíz y frijoles, continuó, aunque la producción agrícola se mejoró con la introducción de herramientas de acero. También se mantuvo la producción de la artesanía tradicional, como el tejido, la cerámica y la cestería.
Los mercados comunitarios y el comercio de productos locales continuaron mucho tiempo después de la conquista. Ocasionalmente, la administración colonial fomentó la economía tradicional con el fin de extraer tributo en la forma de cerámica o textiles de algodón, aunque, por lo general, estos fueron elaborados a las especificaciones europeas. Las creencias y los idiomas mayas persistieron, a pesar de los grandes esfuerzos de cambiarlas por parte de los misioneros católicos.[106] El tzolk'in, el calendario ritual de 260 días, sigue en uso en las comunidades mayas modernas en las tierras altas de Guatemala y Chiapas,[107] y millones de hablantes de idiomas mayas habitan en el territorio en el que sus antepasados desarrollaron su civilización.[108]
Investigación de la civilización maya
editarDesde el siglo XVI en adelante, los soldados españoles, el clero y administradores estaban familiarizados con la historia y las creencias de los mayas precolombinos. Los agentes de la Iglesia católica escribieron relatos detallados de los mayas para apoyar sus esfuerzos de evangelización y de absorción en el Imperio español.[109] Incluso los escritos del obispo Diego de Landa del siglo XVI, que había quemado una gran cantidad de libros mayas, contienen muchos detalles de la cultura maya, incluyendo sus creencias y prácticas religiosas, el calendario maya, aspectos de su escritura glífica, y la historia oral.[110] Esto fue seguido por varios sacerdotes españoles y funcionarios coloniales que dejaron descripciones de las ruinas que visitaron en Yucatán y América Central. Estos primeros visitantes eran muy conscientes de la asociación entre las ruinas y los habitantes mayas de la región.[111]
En 1839, el viajero y escritor estadounidense John Lloyd Stephens, familiarizado con las investigaciones españolas anteriores, visitó a Uxmal, Copán, Palenque, y otros sitios, con el arquitecto y dibujante inglés Frederick Catherwood.[112] Sus relatos ilustrados de las ruinas provocaron gran interés popular para la región y el pueblo maya, y trajeron la civilización maya a la atención del mundo.[109] Sus relatos fueron recogidos por anticuarios del siglo XIX, como Augustus Le Plongeon y Désiré Charnay, quien atribuyó las ruinas a las civilizaciones del Viejo Mundo, o continentes hundidos.[113] A finales del siglo XIX se vio el registro y la recuperación de los cuentos etnohistóricos de los mayas, y los primeros pasos en el desciframiento de los glifos mayas.[114]
Durante las dos últimas décadas del siglo xix se inició la arqueología científica moderna en la región maya, con el trabajo minucioso de Alfred Maudslay y Teoberto Maler.[115] Sitios como Altar de Sacrificios, Coba, Ceibal, y Tikal, fueron desmontados y sus ruinas dibujadas y fotográfiadas.[116] A principios del siglo XX, el Museo Peabody decidió patrocinar excavaciones en Copán y en la península de Yucatán,[116] y los artefactos fueron llevados fuera de la región para ser incluidos en la colección del museo. En las dos primeras décadas del siglo XX, se lograron avances en el desciframiento del calendario maya, así como en la identificación de las deidades, fechas, y conceptos religiosos.[117] Sylvanus Morley inició un proyecto para documentar cada monumento maya e inscripción glífica conocida, registrando los textos de monumentos que, en algunos casos, han sido destruidos posteriormente.[118] El Instituto Carnegie patrocinó excavaciones en Copán, Chichén Itzá, y Uaxactún, y sentó la base de los estudios mayas modernos.[119] A partir de la década de 1930 en adelante, el ritmo de exploración arqueológica aumentó considerablemente, y se llevaron a cabo excavaciones a gran escala en toda la región maya.[120]
Sin embargo, en muchos lugares, las ruinas mayas fueron cubiertas por la selva, llegando a ser lo suficientemente densa como para ocultar de un observador las estructuras arquitectónicas, incluso a pocos metros de distancia. Para encontrar las ruinas no identificadas, los investigadores han recurrido a imágenes de satélite, con el fin de observar el espectro visible y la región espectral del infrarrojo cercano. Debido a su construcción de piedra caliza, los monumentos afectaron la composición química del suelo mientras se deterioraban; algunas plantas amantes de la humedad son totalmente ausentes, mientras que otras fueron exterminadas o descoloradas.[121]
En la década de 1960, el distinguido mayista J. Eric S. Thompson promovió la idea que las ciudades mayas serían centros ceremoniales esencialmente vacantes que servían a una población dispersa en la selva, y que la civilización maya hubiera sido regida por sacerdotes-astrónomos pacíficos.[122] Estas ideas surgieron de la limitada comprensión de la escritura maya en el momento;[122] y comenzaron a derrumbarse con los importantes avances en el desciframiento de la escritura en el siglo XX, iniciados por Heinrich Berlin, Tatiana Proskouriakoff, y Yuri Knorozov.[123] Con los avances en la comprensión de la escritura maya que se lograron desde la década de 1950 en adelante, los textos revelaron las actividades bélicas de los reyes mayas clásicos, y ya no podía sostenerse la idea de que los mayas fuesen pacíficos.[124] Investigaciones detalladas del patrón de asentamiento de las ciudades mayas revelaron evidencia de grandes poblaciones urbanas, poniendo fin al modelo del centro ceremonial vacante.[125]
Notas
editar- ↑ Estrada-Belli 2011, pp. 1, 3.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 98. Estrada-Belli 2011, p. 38.
- ↑ Estrada-Belli 2011, p. 1.
- ↑ Demarest 2004, p. 17.
- ↑ a b Estrada-Belli 2011, p. 3.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 98.
- ↑ Masson 2012, p. 18238. Pugh y Cecil 2012, p. 315.
- ↑ Schieber de Lavarreda y Orrego Corzo 2010, p. 1.
- ↑ Estrada-Belli 2011, p. 28.
- ↑ Hammond et al 1976, pp. 579–581.
- ↑ a b Drew 1999, p.6.
- ↑ Coe 1999, p. 47.
- ↑ a b Olmedo Vera 1997, p.26.
- ↑ a b Martin y Grube 2000, p.8.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 276.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 182, 197.
- ↑ Saturno, Stuart y Beltrán 2006, pp. 1281–1283.
- ↑ a b c Olmedo Vera 1997, p.28.
- ↑ Hansen et al 2006, p.740.
- ↑ Martin y Grube 2000, pp. 25–26.
- ↑ Love 2007, pp. 293, 297. Popenoe de Hatch y Schieber de Lavarreda 2001, p. 991.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 232.
- ↑ Popenoe de Hatch y Schieber de Lavarreda 2001, p. 991.
- ↑ Orrego Corzo y Schieber de Lavarreda 2001, p. 788.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 236.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 275.
- ↑ a b Coe 1999, p. 81.
- ↑ Martin y Grube 2000, p. 21.
- ↑ Schele y Mathews 1999, pp. 179, 182–183.
- ↑ a b c Olmedo Vera 1997, p.36.
- ↑ Foster 2002, p. 133.
- ↑ Demarest 2004, pp. 224–226.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 383, 387.
- ↑ Salisbury, Koumenalis & Barbara Moffett 2002. Martin & Grube 2000, p. 108. Sharer & Traxler 2006, p.387.
- ↑ Martin y Grube 2000, pp. 54–55.
- ↑ Martin y Grube 2000, pp 192–193. Sharer y Traxler 2006, p. 342.
- ↑ Martin y Grube 2000, pp. 200, 203.
- ↑ Martin y Grube 2000, pp. 203, 205.
- ↑ Miller 1999, pp. 134–135. Looper 2003, p. 76.
- ↑ Looper 1999, pp. 81, 271.
- ↑ Demarest 2004, p. 75.
- ↑ Martin y Grube 2000, p.19.
- ↑ a b Martin y Grube 2000, p.21.
- ↑ Carmack 2003, p. 76.
- ↑ Carmack 2003, pp. 76–77.
- ↑ Demarest 2004, p. 89.
- ↑ Demarest 2004, pp. 89–90.
- ↑ Miller 1999, p. 9.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 235. Miller 1999, p. 9.
- ↑ Stuart 1996, p. 149.
- ↑ Miller 1999, pp. 78, 80.
- ↑ Stuart 1996, p. 154.
- ↑ Borowicz 2003, p. 217.
- ↑ Demarest 2004, p. 163.
- ↑ Demarest 2004, p. 148.
- ↑ Demarest 2004, p. 149.
- ↑ a b Martin y Grube 2000, p.9.
- ↑ Coe 1999, pp. 151–155.
- ↑ Becker 2004, p.134.
- ↑ Beeland 2007.
- ↑ Demarest 2004, p. 246.
- ↑ Demarest 2004, p. 248.
- ↑ Martin y Grube 2000, p. 226.
- ↑ a b c Masson 2012, p. 18237.
- ↑ Coe 1999, p. 152.
- ↑ Foster 2002, p. 60.
- ↑ Sharer 2000, p. 490.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 499–500.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 613, 616.
- ↑ Foias 2014, p. 15.
- ↑ a b Masson 2012, p. 18238.
- ↑ a b Arroyo 2001, p.38.
- ↑ Foias 2014, p. 17.
- ↑ Foias 2014, pp. 100–102.
- ↑ Andrews 1984, p. 589.
- ↑ Caso Barrera 2002, p. 17.
- ↑ Andrews 1984, pp. 589, 591.
- ↑ Estrada-Belli 2011, p. 52. Rice y Rice 2009, p. 17. Feldman 2000, p. xxi.
- ↑ a b Jones 2000, p. 353.
- ↑ Rice y Rice 2009, p. 10. Rice 2009, p. 17.
- ↑ Cecil, Rice y Rice 1999, p. 788.
- ↑ Rice 2009, p. 17. Feldman 2000, p. xxi.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 717.
- ↑ Restall y Asselbergs 2007, p. 5.
- ↑ Restall y Asselbergs 2007, p. 6.
- ↑ Lovell 2000, p. 398.
- ↑ Lenkersdorf 2004, p. 72.
- ↑ Lenkersdorf 2004, p. 78.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 759–760.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 763. Lovell 2005, p. 58. Matthew 2012, pp. 78–79.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 763.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 764–765. Recinos 1986, pp. 68, 74.
- ↑ Schele y Mathews 1999, p.297. Guillemín 1965, p.9.
- ↑ Schele y Mathews 1999, p.298.
- ↑ Recinos 1986, p.110. del Águila Flores 2007, p.38.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 766–772.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, pp. 772–773.
- ↑ Jones 1998, p. xix.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 9.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 10.
- ↑ Zorich 2012, p. 29. Thompson 1932, p. 449.
- ↑ Sharer y Traxler 2006, p. 11.
- ↑ a b Demarest 2004, p. 31.
- ↑ Demarest 2004, p. 32.
- ↑ Demarest 2004, pp. 32–33.
- ↑ Koch 2013, pp. 1, 105.
- ↑ Demarest 2004, p. 34.
- ↑ Demarest 2004, pp. 33–34.
- ↑ Demarest 2004, pp. 37–38.
- ↑ a b Demarest 2004, p. 38.
- ↑ Demarest 2004, p. 39.
- ↑ Demarest 2004, pp. 39–40.
- ↑ Demarest 2004, p. 41.
- ↑ Demarest 2004, p. 42.
- ↑ NASA Earth Observatory.
- ↑ a b Demarest 2004, p. 44.
- ↑ Demarest 2004, p. 45.
- ↑ Foster 2002, p. 8.
- ↑ Demarest 2004, pp. 49–51.
Referencias
editar- Acemoglu, Daron; James A. Robinson (2012). Why Nations Fail. London, UK: Random House. ISBN 978-0-307-71921-8. OCLC 805356561.
- Andrews, Anthony P. (Winter 1984). «The Political Geography of the Sixteenth Century Yucatan Maya: Comments and Revisions». Journal of Anthropological Research (Albuquerque, New Mexico, US: University of New Mexico) 40 (4): 589-596. ISSN 0091-7710. JSTOR 3629799. OCLC 1787802. Consultado el 19 de diciembre de 2013. (requiere suscripción).
- Arroyo, Bárbara (July–August 2001). «El Poslclásico Tardío en los Altos de Guatemala» [The Late Postclassic in the Guatemalan Highlands]. En Enrique Vela, ed. Arqueología Mexicana (Mexico City, Mexico: Editorial Raíces) IX (50): 38-43. ISSN 0188-8218. OCLC 40772247.
- Becker, Marshall Joseph (2004). «Maya Heterarchy as Inferred from Classic-Period Plaza Plans». Ancient Mesoamerica (Cambridge University Press) 15: 127-138. ISSN 0956-5361. OCLC 43698811. doi:10.1017/S0956536104151079. (requiere suscripción).
- Beeland, DeLene (8 de noviembre de 2007). «UF study: Maya politics likely played role in ancient large-game decline». Gainesville, Florida, US: University of Florida News. Archivado desde el original el 12 de noviembre de 2014. Consultado el 1 de agosto de 2010.
- Borowicz, James (2003). «Images of Power and the Power of Images: Early Classic Iconographic Programs of the Carved Monuments of Tikal». En Geoffrey E. Braswell (ed.), ed. The Maya and Teotihuacan: Reinterpreting Early Classic Interaction. Austin, Texas, US: University of Texas Press. pp. 217-234. ISBN 0-292-70587-5. OCLC 49936017.
- Carmack, Robert M. А. (March 2003). «Historical Antropological Perspective on the Maya Civilization». Social Evolution & History (Moscow, Russia: Uchitel) 2 (1): 71-115. ISSN 1681-4363. OCLC 50573883.
- Caso Barrera, Laura (2002). Caminos en la selva: migración, comercio y resistencia: Mayas yucatecos e itzaes, siglos XVII–XIX [Roads in the Forest: Migration, Commerce and Resistance: Yucatec and Itza Maya, 17th–19th Centuries]. Mexico City, Mexico: El Colegio de México, Fondo de Cultura Económica. ISBN 978-968-16-6714-6. OCLC 835645038.
- Cecil, Leslie; Prudence M. Rice; Don S. Rice (1999). «Los estilos tecnológicos de la cerámica Postclásica con engobe de la región de los lagos de Petén» [The Technological Styles of Postclassic Slipped Ceramics in the Petén Lakes Region] (PDF). En J. P. Laporte and H. L. Escobedo, ed. Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala (Guatemala City, Guatemala: Museo Nacional de Arqueología y Etnología). XII (1998): 788-795. OCLC 42674202. Archivado desde el original el 2 de noviembre de 2013. Consultado el 26 de noviembre de 2012.
- Coe, Michael D. (1999). The Maya (Sixth edición). New York: Thames & Hudson. ISBN 0-500-28066-5. OCLC 40771862.
- del Águila Flores, Patricia (2007). «Zaculeu: Ciudad Postclásica en las Tierras Altas Mayas de Guatemala» [Zaculeu: Postclassic City in the Maya Highlands of Guatemala] (PDF). Guatemala City, Guatemala: Ministerio de Cultura y Deportes. OCLC 277021068. Archivado desde el original el 21 de julio de 2011. Consultado el 6 de agosto de 2011.
- Demarest, Arthur (2004). Ancient Maya: The Rise and Fall of a Forest Civilization. Cambridge, UK: Cambridge University Press. ISBN 978-0-521-53390-4. OCLC 51438896.
- Drew, David (1999). The Lost Chronicles of the Maya Kings. London, UK: Phoenix Press. ISBN 0-7538-0989-3. OCLC 59565970.
- Estrada-Belli, Francisco (2011). The First Maya Civilization: Ritual and Power Before the Classic Period. Abingdon, UK and New York, US: Routledge. ISBN 978-0-415-42994-8. OCLC 614990197.
- Foias, Antonia E. (2014) [2013]. Ancient Maya Political Dynamics. Gainesville, Florida, US: University Press of Florida. ISBN 978-0-8130-6089-7. OCLC 878111565.
- Foster, Lynn (2002). Handbook to Life in the Ancient Maya World. New York, US: Oxford University Press. ISBN 978-0-19-518363-4. OCLC 57319740.
- Guillemín, Jorge F. (1965). Iximché: Capital del Antiguo Reino Cakchiquel [Iximche: Capital of the Ancient Kaqchikel Kingdom]. Guatemala City, Guatemala: Tipografía Nacional de Guatemala. OCLC 1498320.
- Hammond, Norman; Duncan Pring; Rainer Berger; V. R. Switsur; A. P. Ward (15 de abril de 1976). «Radiocarbon chronology for early Maya occupation at Cuello, Belize». Nature (Nature.com) (260). ISSN 0028-0836. doi:10.1038/260579a0. Consultado el 1 de agosto de 2010.
- Hansen, Richard D.; Beatriz Balcárcel; Edgar Suyuc; Héctor E. Mejía; Enrique Hernández; Gendry Valle; Stanley P. Guenter; Shannon Novak (2006). «Investigaciones arqueológicas en el sitio Tintal, Petén» [Archaeological investigations at the site of Tintal, Peten] (PDF). En J.P. Laporte, B. Arroyo and H. Mejía, ed. Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala (Guatemala City, Guatemala: Museo Nacional de Arqueología y Etnología). XIX (2005): 739-751. OCLC 71050804. Archivado desde el original el 13 de agosto de 2011. Consultado el 19 de agosto de 2011.
- Feldman, Lawrence H. (2000). Lost Shores, Forgotten Peoples: Spanish Explorations of the South East Maya Lowlands. Durham, North Carolina, US: Duke University Press. ISBN 0-8223-2624-8. OCLC 254438823.
- Jones, Grant D. (1998). The Conquest of the Last Maya Kingdom. Stanford, California, US: Stanford University Press. ISBN 978-0-8047-3522-3. OCLC 9780804735223.
- Jones, Grant D. (2000). «The Lowland Maya, from the Conquest to the Present». En Richard E.W. Adams and Murdo J. Macleod (eds.), ed. The Cambridge History of the Native Peoples of the Americas, Vol. II: Mesoamerica, part 2. Cambridge, UK: Cambridge University Press. pp. 346-391. ISBN 0-521-65204-9. OCLC 33359444.
- Koch, Peter O. (2013). John Lloyd Stephens and Frederick Catherwood: Pioneers of Mayan Archaeology. Jefferson, North Carolina, US: McFarland. ISBN 9780786471072. OCLC 824359844.
- Lenkersdorf, Gudrun (2004) [1995]. «La resistencia a la conquista española en Los Altos de Chiapas». En Juan Pedro Viqueira and Mario Humberto Ruz (eds.), ed. Chiapas: los rumbos de otra historia [Resistance to the Spanish Conquest in the Chiapas Highlands]. Mexico City, Mexico: Centro de Investigaciones Filológicas with Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). pp. 71-85. ISBN 968-36-4836-3. OCLC 36759921. Archivado desde el original el 13 de noviembre de 2014.
- Looper, Matthew G. (1999). «New Perspectives on the Late Classic Political History of Quirigua, Guatemala». Ancient Mesoamerica (Cambridge and New York: Cambridge University Press) 10 (2): pp.263-280. ISSN 0956-5361. OCLC 86542758. doi:10.1017/S0956536199101135.
- Love, Michael (December 2007). «Recent Research in the Southern Highlands and Pacific Coast of Mesoamerica». Journal of Archaeological Research (Springer Netherlands) 15 (4): 275-328. ISSN 1573-7756. doi:10.1007/s10814-007-9014-y.
- Lovell, W. George (2000). «The Highland Maya». En Richard E.W. Adams and Murdo J. Macleod (eds.), ed. The Cambridge History of the Native Peoples of the Americas, Vol. II: Mesoamerica, part 2. Cambridge, UK: Cambridge University Press. pp. 392-444. ISBN 0-521-65204-9. OCLC 33359444.
- Lovell, W. George (2005). Conquest and Survival in Colonial Guatemala: A Historical Geography of the Cuchumatán Highlands, 1500–1821 (3rd edición). Montreal, Canada: McGill-Queen's University Press. ISBN 0-7735-2741-9. OCLC 58051691.
- Martin, Simon; Nikolai Grube (2000). Chronicle of the Maya Kings and Queens: Deciphering the Dynasties of the Ancient Maya. London and New York: Thames & Hudson. ISBN 0-500-05103-8. OCLC 47358325.
- Masson, Marilyn A. (6 de noviembre de 2012). «Maya collapse cycles». Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (Washington, DC, US: National Academy of Sciences) 109 (45): 18237-18238. ISSN 1091-6490. JSTOR 41829886. (requiere suscripción).
- Matthew, Laura E. (2012). Memories of Conquest: Becoming Mexicano in Colonial Guatemala (hardback). First Peoples. Chapel Hill, North Carolina, US: University of North Carolina Press. ISBN 978-0-8078-3537-1. OCLC 752286995.
- Miller, Mary (1999). Maya Art and Architecture. London, UK and New York, US: Thames & Hudson. ISBN 0-500-20327-X. OCLC 41659173.
- NASA Earth Observatory. «Maya Ruins». Greenbelt, Maryland, US: Goddard Space Flight Center. Archivado desde el original el 3 de diciembre de 2012. Consultado el 28 de abril de 2006.
- Olmedo Vera, Bertina (1997). «The Mayas of the Classic Period». En A. Arellano Hernández et al, ed. The Mayas of the Classic Period. Mexico City, Mexico: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). pp. 9-99. ISBN 970-18-3005-9. OCLC 42213077.
- Popenoe de Hatch, Marion; Christa Schieber de Lavarreda (2001). «Una revisión preliminar de la historia de Tak'alik Ab'aj, departamento de Retalhuleu» [A Preliminary Revision of the History of Takalik Abaj, Retalhuleu Department] (PDF). En J.P. Laporte, A.C. Suasnávar and B. Arroyo, ed. Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala (Guatemala City, Guatemala: Museo Nacional de Arqueología y Etnología). XIV (2000): 990-1005. OCLC 49563126. Archivado desde el original el 11 de diciembre de 2009. Consultado el 1 de febrero de 2009.
- Pugh, Timothy W.; Leslie G. Cecil (2012). «The contact period of central Petén, Guatemala in color». Social and Cultural Analysis, Department of. Faculty Publications (Nacogdoches, Texas, US: Stephen F. Austin State University). Paper 6.
- Recinos, Adrian (1986) [1952]. Pedro de Alvarado: Conquistador de México y Guatemala [Pedro de Alvarado: Conqueror of Mexico and Guatemala] (2nd edición). Antigua Guatemala, Guatemala: CENALTEX Centro Nacional de Libros de Texto y Material Didáctico "José de Pineda Ibarra". OCLC 243309954.
- Restall, Matthew; Florine Asselbergs (2007). Invading Guatemala: Spanish, Nahua, and Maya Accounts of the Conquest Wars. University Park, Pennsylvania, US: Pennsylvania State University Press. ISBN 978-0-271-02758-6. OCLC 165478850.
- Rice, Prudence M. (2009). «Who were the Kowoj?». En Prudence M. Rice and Don S. Rice (eds.), ed. The Kowoj: identity, migration, and geopolitics in late postclassic Petén, Guatemala. Boulder, Colorado, US: University Press of Colorado. pp. 17–19. ISBN 978-0-87081-930-8. OCLC 225875268.
- Rice, Prudence M.; Don S. Rice (2009). «Introduction to the Kowoj and their Petén Neighbors». En Prudence M. Rice and Don S. Rice (eds.), ed. The Kowoj: identity, migration, and geopolitics in late postclassic Petén, Guatemala. Boulder, Colorado, US: University Press of Colorado. pp. 3–15. ISBN 978-0-87081-930-8. OCLC 225875268.
- Salisbury, David; Mimi Koumenalis; Barbara Moffett (19 de septiembre de 2002). «Newly revealed hieroglyphs tell story of superpower conflict in the Maya world». Exploration: the online research journal of Vanderbilt University (Nashville, TN: Vanderbilt University Office of Science and Research Communications). OCLC 50324967. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2015. Consultado el 20 de mayo de 2015.
- Saturno, William A.; David Stuart; Boris Beltrán (3 de marzo de 2006). «Early Maya Writing at San Bartolo, Guatemala». Science. New Series (American Association for the Advancement of Science) 311 (5765): 1281-1283. ISSN 1095-9203. JSTOR 3845835. OCLC 863047799. (requiere suscripción).
- Schele, Linda; Peter Mathews (1999). The Code of Kings: The language of seven Maya temples and tombs. New York, US: Simon & Schuster. ISBN 978-0-684-85209-6. OCLC 41423034.
- Schieber de Lavarreda, Christa; Miguel Orrego Corzo (2010). «La Escultura "El Cargador del Ancestro" y su contexto. Mesa Redonda: Pozole de signos y significados. Juntándonos en torno a la epigrafía e iconografía de la escultura preclásica. Proyecto Nacional Tak'alik Ab'aj, Ministerio de Cultura y Deportes, Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural/IDAEH» [The "Ancestor Carrier" and its context. Round Table: A hotpot of signs and meanings. Linking us in turn to the epigraphy and iconography of Preclassic sculpture. Takalik Abaj National Project, Ministry of Culture and Sports, General Directorate of Cultural and Natural Heritage/IDAEH]. Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala (Guatemala City, Guatemala: Museo Nacional de Arqueología y Etnología). XXIII (2009). ISBN 9789929400375. OCLC 662509369.
- Stuart, David (Spring–Autumn 1996). «Kings of Stone: A Consideration of Stelae in Ancient Maya Ritual and Representation». RES: Anthropology and Aesthetics (Cambridge, Massachusetts, US: President and Fellows of Harvard College acting through the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology) (29/30 The Pre-Columbian): 148-171. ISSN 0277-1322. Consultado el 19 de septiembre de 2010.
- Thompson, J. Eric S. (July–September 1932). «A Maya Calendar from the Alta Vera Paz, Guatemala». American Anthropologist. New Series (Wiley on behalf of the American Anthropological Association) 34 (3): 449-454. ISSN 0002-7294. JSTOR 661903. OCLC 1479294. (requiere suscripción).
- Zorich, Zach (November–December 2012). «The Maya Sense of Time». Archaeology (New York, US: Archaeological Institute of America) 65 (6): 25-29. ISSN 0003-8113. JSTOR 41804605. OCLC 1481828.