Judío errante

figura mitológica del folklore judío, símbolo del antisemitismo

El judío errante es un mítico hombre inmortal cuya leyenda empezó a esparcirse en Europa en el siglo XIII.[1]​ Es una figura mitológica del imaginario colectivo de Occidente y figura en el arte y la literatura antisemita cristiana. En el mito original se relata que un personaje judío (su caracterización concreta varía según las versiones) se burló de Jesús durante el camino hacia la crucifixión, por lo que Dios lo condenó a «errar hasta su retorno» (el retorno de Jesucristo a la Tierra). Por tanto, el personaje en cuestión debe andar errante por la Tierra hasta la Parusía. La naturaleza exacta de la indiscreción del errante varía en diferentes versiones de la historia (p. ej., que le negó un poco de agua al sediento Jesús), así como varían aspectos de su carácter; se dice en ocasiones que era un zapatero o comerciante, o, según otras versiones, que era el portero de la casa de Poncio Pilato.

El judío errante, ilustrado por Gustave Doré.

A menudo se ha visto en el judío errante una personificación metafórica de la diáspora judía, interpretando desde el punto de vista cristiano en forma de mofa, que la destrucción de Jerusalén habría sido un castigo divino a todo el pueblo judío por la responsabilidad que habrían tenido en la crucifixión de Jesús algunas autoridades religioso-políticas judías, de acuerdo a lo indicado solo en algunos de los cuatro evangelios del nuevo testamento (no siendo una descripción de un acontecimiento presente realmente en todos estos evangelios); razón por la que se considera una leyenda o mito antisemita.

Los nombres del judío errante

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Se le ha dado una gran cantidad de nombres al judío errante, algunos de los cuales son:

  • Ahasverus
  • Adelqui
  • Larry el Caminante
  • Joseph Cartaphilus
  • Juan Espera en Dios
  • Michob-Ader
  • Samuel Belibeth
  • Juan de los Tiempos

Sin embargo, el nombre más antiguo sea posiblemente el que aparece en una de las Cartas eruditas y curiosas del padre Feijoo. En ella se cita a Mateo de París, obispo e historiador benedictino, indicando que en el año 1229 afirmó que dicho judío existía, se llamaba Cartafilo y se encontraba entonces por Armenia.[2]

Igualmente Jacob Basnage, predicador reformado, en su Historia de los judíos evoca a tres judíos errantes:

  • Samer o Samar: judío errante condenado a vivir siempre y a vagar por haber fundido el becerro de oro en tiempo de Moisés.
  • Cartaphilos o Cartáfilo: portero de Poncio Pilatos, quien, cuando sacaron a Jesús para crucificarlo, le dio un empujón en la espalda, ante lo cual él le dijo: «El Hijo del Hombre se va, pero tú esperarás a que vuelva». Se trata de una profecía del mismo Cristo, por la que este judío no había de morir hasta que Cristo volviese a juzgar vivos y muertos. Cada cien años sufría enfermedad y angustia de muerte, pero luego sanaba y se rejuvenecía hasta los treinta años, edad que tenía cuando Cristo murió.
  • Asuero: zapatero de Jerusalén quien echó de un empujón a Cristo del quicio de su puerta cuando este se detuvo allí a descansar camino del Calvario, diciéndole: «Sal cuanto antes; ¿por qué te detienes?». Cristo le respondió: «Yo descansaré luego, pero tú andarás sin cesar hasta que yo vuelva» (algunos han añadido: «hasta que no nazca niño alguno» o «hasta que la mujer deje de parir»). Desde aquel momento empezó el cumplimiento del vaticinio, siempre andaba peregrinando, sin parar en provincia alguna. Representaba la edad de cincuenta años y prorrumpía en frecuentes gemidos por la tristeza que le causaba la memoria de su delito. De este se dice: "La aparición más resonante y multitudinaria del judío errante se produjo en Hamburgo en 1542, si damos crédito al testimonio de Paul von Eitzen (1521-1598), obispo de Schleswig. En su relato sobre la aparición de 1542, destacó que Asuero fue visto por centenares de personas y comunicó sombríos detalles sobre los padecimientos de Jesús".

Origen de la leyenda

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Pinturas de 1888, Pinturas de Hungría de 1888, Pinturas de mujeres desnudas del siglo XIX, Asuero, Ángeles en el suelo, Pinturas de Adolf Hirémy-Hirschl, Pinturas con cuervos, Pinturas simbolistas

Fuentes bíblicas

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Los orígenes de la leyenda son inciertos; tal vez un elemento sea la historia de Caín en el Libro del Génesis , a quien se le impone un castigo similar: «Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto. Vagabundo y errante serás en la tierra» (Génesis 4, 12), aunque sin que el castigo sea interminable. Muchos comentaristas han apuntado a Oseas 9:17 («Mi Dios los rechazará porque no le han escuchado, y andarán errantes entre las naciones»), como origen de la idea del «judío errante».[3]​ También se ha sugerido que la leyenda proviene de las palabras de Jesús dadas en Mateo 16:28:

«Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino».[4]

La creencia de que el discípulo amado de Jesús no moriría era, al parecer, lo suficientemente popular en el mundo cristiano primitivo como para ser denunciada en el Evangelio de Juan (Juan 21, 20-23):

Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?» Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?» Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.» Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: « No morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga.»

Otro pasaje del Evangelio de Juan habla de un guardia del sumo sacerdote que abofetea a Jesús (Juan 18:19-23). Anteriormente, el Evangelio de Juan habla de Simón Pedro cortándole la oreja a Malco, un sirviente del sumo sacerdote (Juan 18:10). Aunque este siervo probablemente no sea el mismo guardia que golpeó a Jesús, Malco es, sin embargo, uno de los muchos nombres que se dan al judío errante en la leyenda posterior.[5]

Leyenda

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El primer documento moderno que se conserva sobre esta leyenda es un panfleto de cuatro hojas llamado Kurtze Beschreibung und Erzählung von einem Juden mit Namen Ahasverus ("Breve descripción y relato de un judío de nombre Ahasverus"), impreso en Leiden en 1602 por Christoff Crutzer. Sin embargo, no hay registro de ningún impresor con ese nombre en los archivos de Leiden, por lo que se supone que este nombre es un seudónimo.

La leyenda se extendió rápidamente por Alemania; no menos de ocho ediciones diferentes de la leyenda aparecieron durante ese mismo año, y antes del fin del siglo XVIII había al menos 40 variantes en ediciones diferentes. Se conocen ocho ediciones en neerlandés y la primera versión en francés apareció en Burdeos en 1609. La primera versión inglesa fue una parodia de 1625 (Jacobs and Wolf, Bibliotheca Anglo-Judáica, p. 44, n.º 221). También se conocen versiones en danés, checo y sueco.

Según L. Neubaur, la leyenda se inspiró en las palabras encontradas en el Evangelio de Mateo 16:28:

Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino.

Esta cita figuraba en el panfleto original de 1602. Hay quienes aplican el pasaje citado a San Juan, basándose en un pasaje de su propio evangelio, concretamente 21:20-23:

Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo más unido a Jesús, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?» Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?» Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme». Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: «No morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa?».

Otra versión dice que Malco, el asistente del Sumo Sacerdote, al que San Pedro le cortó la oreja, es el judío errante. Juan 18:10.

Un precedente del relato del judío errante es la leyenda aparecida en el Flores Historiarum de Roger de Wendover, publicado en 1228. Un arzobispo armenio que visitaba Inglaterra relató que se había encontrado con José de Arimatea, bajo el nombre de Cartaphilus; este le contó que había apurado a Jesús durante la crucifixión, y este le respondió «iré más rápido, pero tú deberás esperar hasta que yo regrese».

El monje inglés Mateo de París (Matthaeus Parisiensis), del siglo XIII, recoge esta leyenda en su Chronica Majora, quien otra vez recoge el supuesto relato de un obispo armenio que llega a Inglaterra. Narra este la historia de un ermitaño que sería un criado de Pilatos castigado por Jesús, porque, al verle pasar, cargado con la cruz, le dice que vaya rápido. Jesús replica que él se irá, pero aquel criado le habrá de esperar hasta su retorno. De este modo, el criado rejuvenece cada vez que llega a la edad de cien años, y así hasta el fin de los tiempos. Sin embargo, se ha arrepentido y está haciendo penitencia en Armenia.

Igualmente, cabe mencionar como curiosidad que a menudo se ha señalado que las leyendas del holandés errante presentan similitudes y concordancias con esta leyenda.

El judío errante en la literatura

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El judío errante, caricatura basada en estereotipos sobre los judíos.

La figura de un pecador condenado, forzado a recorrer el mundo sin esperanza de descansar en paz, impresionó de tal manera que el judío errante no tardó en aparecer en la literatura popular. En los países de habla alemana se lo llamó Der Ewige Jude ("el judío eterno" o "el judío inmortal"), mientras que en los países de lenguas romances es conocido como Le Juif Errant y L'Ebreo Errante; la forma inglesa se inspiró en esta última y se lo llamó The Wandering Jew. La tradición española lo bautizó como Juan Espera en Dios.

El Padre Feijoo dedica al personaje la carta 25 del segundo tomo de sus Cartas eruditas y curiosas, publicado en 1745. En ella niega veracidad a la historia, considerándola de invención reciente. Como precedente señala la conservación del profeta Elías sobre la tierra hasta el fin del mundo.

La leyenda es el tema de poemas de Schubart, Schreiber,[6]W. Müller, Lenau, Chamisso, Schlegel,[7]​ Julius Mosen[8]​ y Köhler.[9]​ También inspiró las novelas de Franzhorn, Oeklers y Schücking[10]​ y las tragedias de Klingemann[11]​ (Ahasuerus, de 1827) y Zedlitz (1844).

Hans Christian Andersen hizo a su Ahasuerus el ángel de la Duda, y fue imitado por Heller[12]​ en su poema El viaje de Ahasuerus, desarrollado en tres cantos.[13]​ Robert Hamerling,[14]​ en su Ahasver in Rom (Viena, 1866), identifica a Nerón con el judío errante. Goethe escribió el boceto de un poema al respecto, cuyo esquema está en su obra Dichtung und Wahrheit.

En Francia, Edgar Quinet publicó su versión épica de la leyenda en 1833 y Eugène Sue escribió su Juif Errant en 1844. Esta última cuenta la historia de Ahasuerus como Herodes, una explicación muy popular. El poema de 1857 de Grenier sobre este tema puede haberse inspirado en dibujos de Gustave Doré del año anterior. Guillaume Apollinaire hace del judío errante el personaje principal de su cuento Le Passant de Prague, incluido en su libro de cuentos L'Hérésiarque & Cie. (1910).[15]

En Inglaterra se publicó una balada dedicada al tema, en el libro del obispo Thomas Percy Reliques y English and Scotch Ballads, de Francis James Child. Matthew Gregory Lewis le da un papel secundario de cierta importancia en la novela gótica El Monje (1796). Andrew Franklin escribió el drama The Wandering Jew, or Love's Masquerade, que se representó como opereta en 1797. Percy Bysshe Shelley presentó a Ahasuerus en su Queen Mab. El libro de George Croly[16]Salathiel trató el tema de forma imaginativa en 1828. Rudyard Kipling, por su parte, escribió el cuento The Wandering Jew.

Posteriormente, Heinrich Heine y Jean d'Ormesson escribieron novelas sobre la leyenda. Stefan Heym escribió Ahasver y Charles Maturin se inspiró en él para el protagonista de la novela Melmoth el Errabundo.

La figura del judío errante aparece asimismo en la novela de Jan Potocki El manuscrito encontrado en Zaragoza, donde se intercalan las diferentes historias a modo de muñecas rusas. La historia del judío errante es una de las más largas del libro y abarca muchas jornadas (capítulos) del mismo.

En el tercer tomo de Los Sonámbulos, de Hermann Broch, se hace una analogía entre Ahasverus camino a Sion y la desesperada humanidad actual en búsqueda de un sistema de valores que dé respuesta a su existencia y los resguarde de la muerte.

En el cuento El inmortal, Jorge Luis Borges le da al narrador el nombre de Joseph Cartaphilus, inspirado en uno de los alias del judío errante. Igualmente otro escritor argentino que utilizó la figura del judío errante en varias novelas es Manuel Mujica Láinez (El unicornio, Bomarzo y Misteriosa Buenos Aires).

El libro Mis primeros dos mil años,[17]​ de George Sylvester Viereck y Paul Eldrige,[18]​ se centra en las aventuras del judío errante Isaac Cartaphilus, que era un capitán romano de origen judío en la época de Poncio Pilato y que fue maldecido por Jesús por burlase de él cuando iba cargando la cruz camino del Calvario. En este libro, Cartaphilus es un hombre de 30 años de edad y que nunca envejece.

Igualmente aparece en Cien años de soledad y Los funerales de la Mamá Grande, de Gabriel García Márquez. En la primera, se describe al personaje "como un híbrido de macho cabrío cruzado con hembra hereje, una bestia infernal cuyo aliento calcinaba el aire y cuya visita determinaría la concepción de engendros por las recién casadas", y se atribuyen a su paso por el pueblo de Macondo las irregularidades naturales que ocurrían en ese entonces, definiéndolo como "la mala influencia del judío errante"; aunque al matarlo "pesaba como un buey, a pesar de que su estatura no era mayor que la de un adolescente, y de sus heridas manaba una sangre verde y untuosa. Tenía el cuerpo cubierto de una pelambre áspera, plagada de garrapatas menudas, y el pellejo petrificado por una costra de rémora, pero al contrario de la descripción del párroco, sus partes humanas eran más de ángel valetudinario que de hombre, porque las manos eran tersas y hábiles, los ojos grandes y crepusculares, y tenía en los omoplatos los muñones cicatrizados y callosos de unas alas potentes, que debieron ser desbastadas con hachas de labrador".

El Judío Errante es un personaje importante en la novela Los Pecados de Inés de Hinojosa,[19]​ del periodista y escritor colombiano Próspero Morales Pradilla, publicada en 1986, pues representa la desgracia para el pueblo de Tunja, que en 1570 presenció el escándalo y el crimen por la pasión y el pecado de sus más prestantes habitantes. Si bien el Judío Errante no era un personaje físico (salvo por la estatua cuidada celosamente por los religiosos), su presencia cumplía el papel de chivo expiatorio de encomenderos, hombres ilustres y sus esposas. En 1988 la productora colombiana de televisión RTI llevó a las pantallas la historia de las Hinojosa en una miniserie de diez capítulos[20]​ dirigida por Jorge Alí Triana y con Amparo Grisales, Margarita Rosa de Francisco y Diego Álvarez como actores principales.[21][22]

El rumano Mircea Eliade emplea el personaje del Judío Errante en el cuento Dayan, haciéndole aparecer e interaccionar con el protagonista, hablar en español, y poniendo en su boca el anhelo del fin del mundo (la vuelta de Cristo a juzgar a los hombres). Se puede decir que dicho cuento gira alrededor de su figura.

El judío errante también aparece en la novela de ciencia ficción Cántico por Leibowitz, de Walter M. Miller Jr.

En las novelas de Russell Griffin, el Judío Errante es un robot destinado a espiar a los humanos.

La figura del judío errante aparece asimismo como personaje de un cuento del escritor inglés J. G. Ballard: The Lost Leonardo (1964). En esta obra se lo representa en un intento eterno de mostrar su arrepentimiento por haberse mofado de Jesús.

Aparece asimismo en el cuento La tarde, del escritor ecuatoriano Carlos Vásconez, en el cual el judío tiene como objetivo redimirse, para lo cual se dispone a criar a un ser humano con las cualidades de Jesucristo y convencerle de que lo es. Al final, su destino es inaplazable y crucifican a su hijo, a quien él no puede dar de beber agua, por mayores que fueran sus intentos.

Otra aparición del judío errante se halla en el libro El Mártir del Gólgota,[23]​ de Enrique Pérez Escrich, donde se narra que cuando Jesús en su camino al Calvario pasa por la casa de él y le pide agua de su pozo, éste se la niega contestándole: "¡Anda, anda...!", y entonces es condenado a ser él errante hasta la segunda venida del hijo de Dios.

En la novela del escritor argentino Néstor Barron Váyanse todos a la mierda, dijo Clint Eastwood,[24]​ de 2007, el Judío Errante, con el nombre de Ahasvero, interviene en el último tercio de la historia, andando por las calles de la ciudad de Buenos Aires junto al protagonista de la novela, intentando lograr un encuentro con otro personaje muy especial que podría liberarlo de su condena eterna, y mostrando de una manera muy original el cansancio metafísico de su condena a la espera.

También se alude a él en la novela de Torcuato Luca de Tena Brunet Edad prohibida (1958), donde un mozalbete se ufana de haber dado vida, mediante una escultura en la arena, al Judío Errante.

Un episodio de la serie de cómics de Astérix el Galo, El adivino, hace referencia directa a este tema literario.

En el universo de DC Comics, el personaje del Fantasma errante tendría como uno de sus posibles orígenes al Judío Errante.

El escritor de origen judío Joseph Roth (nacido en Brody, en la región de Galitzia, por entonces en el Imperio austrohúngaro) escribió en 1927 Los judíos errantes (Juden auf Wanderschaft). En este ensayo, Roth analiza la diáspora y la asimilación de entreguerras de los judíos del este de Europa, que llegaban a la Europa Occidental desde Rusia, Ucrania o Polonia. Se refleja asimismo la añoranza de un mundo, de una estructura religiosa perdida y de una imagen de Europa que desapareció con la caída de los Habsburgo.

En el año 2008, el escritor español César Vidal Manzanares le dedicó su novela El Judío Errante,[25]​ narrando la angustiosa espera del Judío, hasta la parusía, el día del retorno de Jesús para juzgar al mundo.

Desde el año 1998 hasta la fecha, el semanario Noticias y Protagonistas de la ciudad de Mar del Plata, Argentina, publica una columna titulada "Cartas de un judío a la Nada", donde se publican historias supuestamente escritas por el judío errante en sus viajes a través de los años.

En Misteriosa Buenos Aires, de Manuel Mujica Lainez, de 1950, aparece la figura del judío errante en el relato "El vagamundo".

En el manga Mahou Tsukai no Yome, de Yamazaki Kore, el antagonista principal es un mago inmortal llamado Cartaphilus, y al explicar su historia desvelan que los magos le llaman "El Judío Errante", condenado por el hijo de Dios a la inmortalidad.

Películas sobre el judío errante

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Valentina Cortese y Vittorio Gassman
en la película de 1948
  • The Wandering Jew (El judío errante), película estadounidense de 1933, con Conrad Veidt en el papel principal.
  • Der Vanderner Yid (El judío errante), película en yiddish de 1933, sobre la vida de los judíos en la Alemania nazi.
  • Der ewige Jude (El judío eterno), película antisemita nazi alemana de 1940.
  • L'ebreo errante (El judío errante), película italiana de 1948 basada en la novela de Eugène Sue, y con Vittorio Gassman y Valentina Cortese como actores principales.
  • La séptima profecía (1988), en la que el "Judío" Errante es un centurión romano en vez de un paisano hebreo.

Botánica

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Hay una planta con ese nombre común, entre otros: el científico es Tradescantia pendula.

Véase también

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Referencias

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  1. Tal y como se describe en el primer capítulo de Curious Myths of the Middle Ages (Mitos curiosos de la Edad Media), en donde Sabine Baring-Gould atribuye la primera mención existente del mito del judío errante a Mateo de París. El capítulo empezaba con una referencia a la serie de doce ilustraciones de Gustave Doré alrededor de la leyenda, y terminaba con una frase en la que se señalaba que, mientras que la leyenda original era tan "noble en su severa simplicidad" que pocos podían desarrollarla con éxito en la poesía o de otra manera, Doré había producido en esta serie "a la vez un poema, un romance y una obra de arte". Publicada por primera vez en dos partes en 1866 y 1868, la obra fue reeditada en 1877 y en muchas otras ediciones.[1]
  2. Benito Jerónimo Feijoo, «Del judío errante», carta 25, en Cartas eruditas y curiosas.
  3. Sweeney, Marvin Alan; Cotter, David W.; Walsh, Jerome T.; Franke, Chris (October 2000). The Twelve Prophets: Micah, Nahum, Habakkuk, Zephaniah, Haggai, Zechariah, Malachi. Liturgical Press. p. 102. ISBN 978-0-8146-5095-0. Consultado el 13 de diciembre de 2011. 
  4. Este versículo es citado en panfleto en alemán Kurtze Beschreibung und Erzählung von einem Juden mit Namen Ahasverus, 1602.
  5. Aloys Schreiber (1761 - 1841): escritor, profesor e historiador alemán.
  6. V. "August Wilhelm Schlegel" y "Friedrich Schlegel".
  7. Julius Mosen (Julius Moses, 1803 - 1867): escritor y poeta alemán, autor de la letra del himno del Tirol. Con empleo del tema del Judío Errante, escribió el poema épico Ahasver, publicado en Leipzig en 1838.
  8. Ludwig Köhler (1819 - 1864): escritor alemán.
  9. Levin Schücking (Christoph Bernard Levin Matthias Schücking, 1814 - 1883): escritor y periodista alemán.
  10. August Klingemann (Ernst August Friedrich Klingemann, 1777 - 1831): artista alemán, escritor y director teatral.
  11. Seligmann Heller (1831 - 1890): periodista y poeta austríaco.
  12. Las dos primeras ediciones se hicieron en Leipzig, en 1866 y en 1888.
  13. Robert Hamerling (1830 - 1889): poeta austríaco.
  14. Guillaume Apollinaire, "L'Hérésiarque & Cie"
  15. George Croly (1780 - 1860): sacerdote anglicano, artista y estudioso irlandés, poeta, novelista e historiador.
  16. My First Two Thousand Years: An Autobiography of the Wandering Jew, novela de 1928.
  17. Paul Eldrige (1888 - 1982): maestro y artista estadounidense, poeta, novelista y cuentista; con Viereck, escribió la trilogía de novelas compuesta por la del Judío Errante más Salome: the Wandering Jewess y The Invincible Adam.
  18. V. "Inés de Hinojosa".
  19. V. "Los pecados de Inés de Hinojosa".
  20. Morales Pradilla, Próspero (2003). Los Pecados de Inés de Hinojosa. El Tiempo. ISBN 958-706-024-5. 
  21. «Los Pecados de Amparo y la Mencha». 
  22. V. "Mártir" y "Calvario".
  23. V. "Clint Eastwood".
  24. Publicada por Grijalbo.

Enlaces externos

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