Luis de la Cadena

teólogo, profesor de universidad y poeta español del siglo XVI

Luis de la Cadena (Burgos, 1500-París, segunda mitad del siglo XVI) fue un clérigo, teólogo, catedrático y poeta laureado español[1]​, ocupó los cargos de abad-canciller de la Universidad de Alcalá de Henares, obispo auxiliar de Almería y catedrático de la Universidad de La Sorbona.

Luis de la Cadena
Información personal
Nacimiento 1500 Ver y modificar los datos en Wikidata
Burgos (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento Siglo XVI Ver y modificar los datos en Wikidata
París (Reino de Francia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia Burgos, Alcalá de Henares y París Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en
Alumno de Pedro de Lerma Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Teólogo, profesor universitario, poeta y sacerdote católico Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados
Empleador

Biografía

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Natural de Burgos, pertenecía a una familia noble, entroncada con las más ilustres de la población.[2]​ Era hijo del licenciado don Pedro de Maluenda, corregidor de Zamora y juez de alzadas en Sevilla, y de doña Catalina de la Cadena. Fue nieto paterno de don Hernando de Maluenda, tesorero de la Casa de Moneda en Burgos, y materno de don García Martínez de Lerma, embajador de los Reyes Católicos y alcalde mayor de Burgos. Sus hermanos fueron Antonio de la Cadena fue alcalde mayor y ordinario de la Ciudad de México, y Catalina de la Cadena, mujer de don Gonzalo de Salazar, cogobernador de la Nueva España y caballero XXIV de Granada.

Siendo joven, recibió una educación esmerada, dirigida por su tío, el abad-canciller Pedro de Lerma y, tal vez, estudió en la Sorbona como él.[2]

Fundada la Universidad de Alcalá, fue uno de sus primeros profesores.[2]Martínez Añíbarro y Rives, en su Intento de un diccionario biográfico y bibliográfico de autores de la provincia de Burgos, asegura que fue muy querido por el cardenal Cisneros y Arias Montano y dice de él:[2]

Esto fue debido a su ilustración, pues era teólogo profundo, entendido orientalista, elegante humanista, culto poeta y decidido protector de los buenos ingenios y amante de la cultura literaria, por lo que perseguía al mal gusto y a los que de él hacían alarde en las escuelas, en cuya empresa sucumbió a causa de los rencores que se creó hasta verse delatado a la Inquisición.

Tuvo el honor de ser el primer poeta laureado de la Universidad de Alcalá[3]​.

Cuando Pedro de Lerma cesó en el cargo de canciller de la Universidad Complutense, en 1535, su sobrino lo sucedió hasta 1558.[2]​ Fue después obispo auxiliar en Almería y en ella hubiese sucedido al obispo titular, ya anciano, de no haber faltado los cardenales Cisneros y Fonseca.[2]​ En su ausencia, Siliceo dio malos informes y la delación a la Inquisición de Toledo, formulada en enero de 1551, prosperaba.[2]​ En estas circunstancias, hubo de salir de España y acudió a París; siendo doctor de la Sorbona, regentó allí una cátedra, en cuyo cargo falleció.[2]

Compuso oraciones y poesías; de hecho, según Martínez Añíbarro y Rives, varios autores lo citan como «elegante poeta».[2]

Referencias

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Bibliografía

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