El artículo destacado actualmente en portada
     A      B      
2024-08-17 (2024-08-21) siguiente →
Artículo destacado

Golpe de Estado de Kornílov

Kornílov y sus seguidores entre los altos oficiales, en su arresto en Býjov tras el fallido golpe de Estado.

El golpe de Estado de Kornílov fue un intento fallido de golpe de Estado contrarrevolucionario llevado a cabo por el comandante en jefe del Ejército ruso, el general Lavr Kornílov, en septiembre de 1917. El Gobierno provisional ruso y los sóviets recibieron el apoyo mayoritario de la población e hicieron fracasar el golpe a los pocos días del alzamiento militar.

Rusia participó desde el principio en la Primera Guerra Mundial, declarando la guerra a los Imperios Centrales el 2 de agosto de 1914. La Revolución de Febrero de 1917 acabó con la monarquía, pero no con la guerra. Convencido de que una victoria militar favorecería sus infructuosos intentos de alcanzar la paz reforzando la posición rusa ante sus aliados de la Triple Entente, el Gobierno organizó una ofensiva a comienzos del verano. Tras el fracaso de la Ofensiva de Kérenski en julio, el nuevo primer ministro, Aleksandr Kérenski, nombró al general Lavr Kornílov nuevo comandante en jefe del Ejército ruso; desde el comienzo surgieron roces entre ambos por los deseos del general de aplicar una serie de reformas conservadoras y opuestas a los consejos que, en su opinión, debían servir para mejorar la situación militar. Pronto Kornílov se convirtió en el candidato de las dispersas organizaciones conservadoras y de los representantes de la Entente para encabezar un nuevo Gobierno.

A mediados de agosto, Kornílov presentó un plan de reforma que equivalía a la implantación de una dictadura militar y que Kérenski rechazó, a pesar del apoyo del viceministro de Defensa, el socialrevolucionario Sávinkov. Kornílov prefería aplicar sus medidas con la colaboración del Gobierno, pero se preparó para hacerlo incluso contra él; Kérenski, por su parte, deseaba tratar con él desde una postura reforzada por la Conferencia Estatal de Moscú, pero fracasó por la creciente polarización política.

A finales de agosto y comienzos de septiembre parecía que Kérenski y Kornílov llegarían a un acuerdo para aplicar las reformas políticas y militares, pero la confusa intervención del antiguo procurador del Santísimo Sínodo Gobernante, Vladímir Lvov, confundió a ambos: Kornílov creyó que Kérenski había aceptado plenamente sus planes y este que Kornílov le presentaba un ultimátum y pretendía apartarlo del poder. El primer ministro forzó entonces la rebelión abierta del general al destituirlo; la marcha de este contra la capital resultó un fracaso, desbaratada por la resistencia no tanto del impotente Gobierno como de los sóviets y, especialmente, de los bolcheviques, que se recuperaron políticamente del revés sufrido en las Jornadas de Julio.