Plantilla:Portada Bueno/1308
La Rebelión irlandesa de 1641 comenzó como un intento de golpe de Estado por la aristocracia católica que poblaba la isla de Irlanda, pero se convirtió en un conjunto de actos de violencia entre los nativos del país y los colonos procedentes de Inglaterra y de Escocia, dando lugar al comienzo del conflicto conocido como las Guerras Confederadas. Estalló en la noche del 23 de octubre de 1641 tras una sucesión de situaciones de violencia y caos que continuaron durante varios meses, hasta que las clases terratenientes, junto al clero, formaron la Confederación católica en el verano de 1642.