Pobreza de vocabulario

La pobreza de vocabulario es el principal error léxico que se comete a la hora de redactar. Este problema dificulta la expresión adecuada de ideas y la coherencia en la redacción. Así mismo afecta la comprensión y análisis del discurso, debido a que un vocabulario limitado no permite tener en cuenta el conocimiento de un significado a profundidad. [1][2]​. La pobreza de vocabulario se da por:

  1. Repetición de palabras. La repetición de palabras es válida cuando persigue dar una sensación de énfasis o persigue un efecto estético. Básicamente, la repetición se da en tres ámbitos: discursos, literatura, publicidad. La reiteración de una forma léxica debe evitarse cuando esta es innecesaria.[2][3]
  2. Uso de palabras con un significado extensivo. El uso de estos no permite delimitar de forma adecuada lo que se está hablando, debido a que no se profundiza en el significado adecuado que se quiere dar.[2]

Creación, evolución y muerte de términos

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La creación de términos desde una perspectiva lingüística puede realizarse para sustituir a otros debido a que no sean adecuados, ya sea por ser engañosos, ser demasiado largos, tener una mala connotación o no ser lingüísticamente correctos. Debido a esto, las unidades lingüísticas evolucionan y constantemente enfrentan cambios de manera discreta y no continua. La evolución de los términos puede afectar el significado, pues algunos términos que ya existían adquieren una connotación nueva y diferente o adicional, que solo comparte con el anterior el significante. [3]

La creación y evolución de los términos genera la existencia de varios sinónimos a un concepto conlleva a un proceso selección espontáneo y a la inclinación de un término que refleja de forma adecuada a lo que se refiere, por lo que con el tiempo algunos de ellos serán usados con mayor o menor frecuencia. Haciendo así que eventualmente que el concepto anterior pierda validez o vigencia y sea sustituido de forma natural por uno nuevo, generando la muerte del término cuando se deja de usar y solo queda en la memoria de quienes lo llegaron a usar en el pasado.[2][3]

Referencias

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  1. Bárbara Gottheil1, Juan Pablo Barreyro2, Agustina Ponce de León3, Agustín Andrés Ibarra4, María Elena Brenlla5 (2019). «¿Qué palabras conozco? propiedades psicométricas de una prueba de vocabulario para niños y niñas de nivel primario». pp. pp 17-25. Consultado el 4 de diciembre de 2024. 
  2. a b c d Madrigal, Marta y Vargas, Ericka (2016). «ÍNDICE DE RIQUEZA LÉXICA EN REDACCIONES ESCRITAS POR ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS». SciELO. Consultado el 4 de diciembre de 2024. 
  3. a b c Vázquez Laslop, María Eugenia, Zimmermann, Klaus F, Segovia, Francisco (2011). «De la lengua por sólo la extrañeza». Project MUSE.