Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina

Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina (Salamanca, 12 de abril de 1930), filósofo español, es el creador de la «estromatología» [2]​ fenomenológica. Este sistema filosófico plantea una renovación de la filosofía, frente a la fenomenología estándar de Edmund Husserl y de la tradición fenomenológica idealista.[3]​ El fenomenólogo español se propone, así mismo, una superación del «eidetismo»[4]​ de la filosofía clásica, la que va desde Platón hasta Gustavo Bueno. Junto con Bueno, su maestro[5][6][7]​ Husserl es un referente fundamental[8][9]​ a lo largo de su obra, ya desde su tesis doctoral,[10]​ sin embargo Urbina corrige al filósofo alemán de manera paralela a como hace Marc Richir,[11][12]​ corrección que se presenta en el español como una «fenomenología reformulada».[13]​ De este modo, se propone recuperar lo más esencial del fundador de la fenomenología, pero, a la vez, desde la estromatología, pretende superar las deficiencias que detecta en el proyecto fenomenológico. Cuatro libros son los referentes principales de su sistema estromatológico: Estromatología (2014)[14]​, Orden oculto (2021).[15][16][17]​, Apostillas a ´Orden oculto` (2023)[18]​ y Por amor al Arte (2024)[19]​.

Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina
Información personal
Nacimiento 12 de abril de 1930 (94 años)
Salamanca
Nacionalidad español
Educación
Educación filosofía
Educado en Universidad de Oviedo
Universidad Complutense de Madrid
Posgrado PhD en Filosofía, Universidad Complutense de Madrid
Información profesional
Ocupación filósofo
catedrático
Área filosofía
filosofía fenomenológica
Empleador Universidad de Oviedo
IES Lucía de Medrano
Universidad de Valladolid

Biografía

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Nacido en Salamanca, Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina se licenció en Filosofía y posteriormente obtuvo plaza en distintos institutos de bachillerato, ganando la cátedra de filosofía de enseñanza media. En tal posición a comienzos de los años 1960 trabaja en la psicología de la pedagogía infantil y publica su primer libro, con Raimundo Drudis Baldrich como coautor: Psicología, Pedagogía y Paidología. Con Drudis Baldrich publica su primera exposición en términos de fenomenología y funda la Revista de la Actualidad Filosófica.[20]​ En los años 70 se incorpora activamente en el equipo de Gustavo Bueno, en la Universidad de Oviedo, con quien había coincidido mientras Bueno presidía el Instituto Femenino de Enseñanza Media Lucía de Medrano.[21]

Becado, visita en Lovaina los Archivos Husserl y también prepara en Alemania su tesis doctoral: «La idea de verdad en la fenomenología de Husserl» (331 folios, T-9754).[22]​ Se doctoró en 1976 en la Facultad de Filosofía de Madrid (UCM) y en 1980 obtuvo la plaza de profesor agregado. En 1985 era catedrático de Historia de la Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, donde se jubilaría como profesor emérito en el año 2000.

Sistema filosófico

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Del filósofo alemán Edmund Husserl, Sánchez Ortiz de Urbina extrae múltiples ideas para reutilizarlas en su arquitectónica propia[23]​, al tiempo que se considera deudor de las investigaciones fenomenológicas de Marc Richir[24]​.

Pero la obra de Urbina encara las deficiencias que detecta en Husserl, Bueno y Richir. El principal lastre advertido en Husserl es el idealismo trascendental, como consecuencia de pretender convertir la fenomenología en una ciencia rigurosa, crítica que ya ha sido apuntada por otros autores, Karl Jaspers, por ejemplo. La doctrina de Bueno la ve anclada en la «eidética»: un racionalismo materialista ajeno a la dimensión intencional. Y el pensamiento de Richir queda escorado hacia el «fenomenologismo»: una fenomenología que no halla el modo de intrincarse con el conocimiento científico. Se trata, para el fenomenólogo español, de buscar la articulación equilibrada entre los conocimientos científicos y los «intencionales». En esta tarea de revisión crítica, otras perspectivas, como la «fenomenología material» de Michel Henry, son mucho más rotundamente rechazadas, en la medida en que introducen algún tipo de reduccionismo extremo, en el caso de Henry porque la trascendencia horizontal —la que nos sitúa ante el conocimiento científico y «natural» del mundo— es sustituida por la relevancia de la trascendencia vertical, a través de la donación[25]​.

En contra del idealismo de Husserl y del “materialismo” de Henry, Urbina propone una tercera vía:

Cabe distinguir tres corrientes principales: o bien se subraya la trascendencia vertical, anulando la horizontal; o bien se subraya la trascendencia horizontal, anulando la vertical; o se asumen ambas trascendencias.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 124

RSOU propugna esta tercera vía, la interconexión de las dos trascendencias. Mientras que Henry no necesita la trascendencia horizontal y llega a desaparecer de hecho, Husserl, por su parte, posterga la trascendencia vertical y se centra en la horizontal. Por esta vía, la actividad intencional depende esencialmente del nivel inferior, pues queda el nivel superior como mera modificación del nivel objetivo y de la praxis. Para Husserl, que quiere hacer de la filosofía una ciencia, el nivel directriz y fundamental es, así pues, el de la intencionalidad objetiva.

Estas dos formas de entender la fenomenología —Husserl y Henry junto a todos sus fieles seguidores— es lo que para Sánchez Ortiz de Urbina constituye la fenomenología estándar. Frente a esta fenomenología estándar surge la fenomenología no estándar que arranca sobre todo de Marc Richir. Aquí ve Urbina la vía correcta. Y lo entiende así:

En la tercera opción, la fenomenología no estándar, la tensión entre las dos trascendencias asegura la efectividad de las diversas correlaciones intencionales escalonadas, de manera que aparece una verdadera matriz estromatológica.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 124

Urbina hace hincapié en la función de estas diversas trascendencias: no ha de ir una en detrimento de la otra y han de ser compatibles. La trascendencia vertical es fruto del componente hylético (o sensorial), mientras que la trascendencia horizontal es fruto de las síntesis intencionales. La horizontal nos muestra «aparecencias» (podría decirse también «apariencias», lo que aparece, cuando le retiramos la connotación negativa), síntesis que dan lugar al mundo objetivo tan evidente como el subjetivo. Y la trascendencia vertical no viene necesariamente de ningún supuesto metafísico, sino del hecho fenomenológico de las «aparencias», que no aparecen externa o fenoménicamente sino solo interna e inadvertidamente (y que son el proceso previo necesario para que haya «aparecencias»). Las «aparencias» son la consecuencia de las operaciones dadas en los vectores intencionales en cuanto mediadas por contenidos hyléticos. No basta que haya un polo subjetivo y otro polo objetivo que se relacionen; es precisa la mediación hylética, la mediación de las «aparencias». Así lo expresa RSOU en Estromatología:

El fenómeno puede entenderse de modo doble: como lo que aparece, lo apareciente en procesos de síntesis, o como “que aparece”, la aparencia, lo hylético que atraviesa todos los niveles de experiencia y de realidad.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 118


Diferencia entre «aparencias» y «aparecencias» que toma de Husserl, y del que recupera la siguiente caracterización:

Corresponde a la conciencia empírica […] un complicado sistema de multiplicidades continuas de aparencias, matices y esquicios, en las cuales se matizan o escorzan, en continuidades bien determinadas, todos los factores objetivos que caen dentro del campo de la percepción.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 118

Sin embargo, Urbina corrige la función que  Husserl atribuye a estos fenómenos, porque la hýlê no es inmanente sino trascendente: con la trascendencia vertical propia de las aparencias.

¿Cuál es, en definitiva, la función de estas diversas trascendencias?

Mientras que la trascendencia horizontal se anima significativamente constituyéndose como lenguaje y como espacio-temporalidad vivida, la trascendencia vertical constata el límite —asomándose a él, por así decirlo—, más allá del cual no hay lenguaje y no hay espacio ni tiempo, quedando situados, entonces, ante la trascendencia “absoluta” y ante la indeterminación sin paliativos. Puesto que lo hylético no es inmanente (fenomenológicamente), junto a la trascendencia horizontal objetiva que se basa en las síntesis realizadas, ha de funcionar una trascendencia vertical, cuya función parece que consiste en algo paradójico: pone un límite necesario —que se detiene en un abismo—, pero lo deja abierto, en cierta forma. La indeterminación absoluta es incognoscible, pero sí es cognoscible lo que ello tiene de límite. De este modo, Urbina vendría a sacar aquí una consecuencia similar al diagnóstico de Gustavo Bueno: el ser humano es un ser «abierto» e «infecto» —pues siempre está haciéndose: in fieri— en contraposición con el animal, que sería «cerrado» y «perfecto».

Para el filósofo salmantino, la filosofía —la filosofía fenomenológica— no tiene como función ocupar el territorio de las ciencias, pero sí tendrá que estar en disposición de dar cuenta de sus conocimientos así como de los conocimientos no científicos. La estromatología, de este modo: 1) es crítica con la fenomenología estándar; 2) es una «fenomenología reformulada»; y 3) es una filosofía que se distancia del modo clásico de interpretar la filosofía.

Desde Platón se hizo depender la racionalidad humana del eidos, de la idea. Ahora, con la estromatología, sin ninguna concesión a ningún tipo de irracionalismo ni de misticismo esotérico, la racionalidad humana se constituye primero como intencionalidad y después, y dependiendo del orden oculto de la lógica intencional, se constituye como eidética.

Además, la «intencionalidad» es previa a la «racionalidad» porque el primer proceso constitutivo de lo humano arranca de los «conocimientos impropios» —en los términos de la matemática Emmy Noether— y no de los «conocimientos propios» (regidos por un principio de acción diferente).[26]​ De esta manera, el “eidos” que nace con Platón —la “idea”— no pierde su potencial anterior, pero habrá de ser perennemente revisado a la luz de las estructurales intencionales.

Filosofía de la física cuántica

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El trabajo de RSOU promueve recomponer la relación ciencia/filosofía. Para que la filosofía esté a la altura del siglo XXI, propone un sistema cuyas exigencias se hagan cargo de la revolución de la física cuántica. Y ve en la fenomenología, sobre todo la heredera de la Husserliana —menos la del Husserl clásico— la única filosofía que ha llevado a cabo indagaciones que son, sin ni siquiera habérselo propuesto expresamente, una convalidación de los supuestos cuánticos. Urbina lo explica con detalle en Estromatología, e indica el recorrido en paralelo de la física cuántica y de la fenomenología, que interpreta como una doble skepsis, es decir, una investigación en  profundidad que partiendo de elementos diferentes (cuánticos y fenomenológicos) llega a conclusiones que arrojan una homología estructural entre ambas[27]​.[28]​ En 2021, con Orden oculto, explica detenidamente por qué la organización inicial cuántica de la materia coincide con el nivel originario fenomenológico.[29]​ Y por esta vía, el «materialismo filosófico» queda aún más definitivamente abandonado para confirmar un nuevo «materialismo fenomenológico».

En el terreno científico, son las leyes cuánticas las que explican a la física clásica, y no al revés. Urbina propone, en paralelo, que la filosofía estromatológica explica a la filosofía clásica, y no a la inversa. Se trata de corregir errores de perspectiva: el naturalismo y la eidética han de ser revisados a la luz de la intencionalidad. Así pues,  junto a un nuevo modelo de ciencia se propone una nueva filosofía. El fundamento de esta propuesta es que las leyes que funcionan a escala científica tienen un exacto correlato fenomenológico, en palabras suyas: «una homología estructural».

La matriz cuadrada fenomenológica

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La matriz cuadrada fenomenológica es un modelo teórico que explica por qué hay tres dimensiones elementales en la naturaleza humana y tres niveles fundamentales en donde se despliega su actividad vital y el proceso del conocer.

Con la «matriz cuadrada fenomenológica», Sánchez Ortiz de Urbina establece la estructura que da cuenta del ser humano y, con él, del conjunto de la realidad. Esta estructura contiene tres niveles (horizontales: superior, intermedio e inferior) y tres dimensiones (verticales), las cuales corresponden al polo subjetivo, al polo objetivo y a la hýlê, mediadora esta entre los dos polos.

Dimensiones→

Niveles↓

Polo subjetivo

Operaciones

Hýlê

Contenidos

Polo objetivo

Síntesis

Superior No hay yo egoico.

Comunidad de

singulares

Aparencias Síntesis esquemáticas
Intermedio Ego en interfacticidad Aparencias Síntesis de identidad
Inferior Ego intersubjetivo, constituyente de objetividad Aparencias

(impresiones, esquicios…)

Síntesis objetivas:

Aparecencias objetivas


Los fenómenos intencionales se originan en la interrelación de las tres columnas y dan lugar en cada uno de los tres estratos a tres niveles de realidad que se dan de arriba abajo, desde lo cuántico a lo objetivo práctico por la mediación de lo simbólico. Y que corresponde a las phantasías (fenómenos humanos originales), que se concretan (perdiendo gran parte de su riqueza original) en las percepciones del mundo de objetos, hecho posible por la mediación de las fantasías perceptivas (que se puede traducir, si se matiza debidamente, por los pensamientos y los sentimientos)[30]​.

Dimensiones→

Niveles↓

Polos subjetivo/ Hýlê/ polo objetivo

Realidad y conocimiento resultante

Superior Realidad cuántica. Phantasías
Intermedio Realidad simbólica. Fantasías perceptivas
Inferior Realidad objetiva. Percepciones

Así lo presenta Sánchez Ortiz de Urbina:

Será una matriz cuadrada con tres filas, los niveles: superior, medio e inferior (S, M, I); y tres columnas: las operaciones, los contenidos y las síntesis. Y la organización de esta matriz heterodoxa tiene lugar desde arriba hacia abajo, en la transposición de niveles, pero de tal manera que, al enfrentar la primera columna y la tercera, el lado subjetivo y el objetivo, aparece una incongruencia que, como veremos, es lo que explica la función de intermediación del nivel medio.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 196

La necesidad de construir esta matriz está ligada al proyecto de una filosofía entendida de modo fenomenológico:

La fenomenología trata, como sabemos, de lo que aparece en sus dos variantes de aparecencia y aparencia. Ambas determinan las columnas de la matriz fenomenológica. Aparecen (aparecencia) los sujetos, y aparecen (aparecencia) las síntesis efectuadas, pero el material que intermedia operaciones y síntesis no aparece jamás; aunque sin esa aparencia de la materia, la realidad se desvanecería. La fenomenología trata, pues, de lo que aparece y en forma escalonada.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 341

En contra del espejismo naturalista, el conocimiento humano se despliega por transposición de arriba abajo. Ha dejado (desbordado y reestructurado)  el comportamiento animal basado en la percepción apotética y se ha instalado en la intencionalidad fenomenológica, como su territorio esencial.   Y aquí no hay una página en blanco interior a donde se trasladaría el conocimiento del mundo exterior, sino que hay una estructura funcional (intencional) productiva de síntesis. Y la conexión entre sujeto cognoscente y mundo conocido es posible, fundamentalmente, por el principio de correspondencia entre las estructuras estromatológicas humanas y la escala natural.

No se parte de ningún en-sí ontológico ni de ninguna teoría científica omniexplicativa. Se parte de los descubrimientos fenomenológicos del siglo XX y de asumir las consecuencias que imponen las leyes cuánticas. Se dan niveles intencionales diferentes en la trama de dimensiones de realidad distintas, y se muestra cómo todo ello funciona entrelazadamente en el ser humano.[31]​ Con la estromatología, Sánchez Ortiz de Urbina reconoce las partes, los niveles, las conexiones y el funcionamiento del engranaje humano, como base necesaria para el conocimiento de la realidad.[32]​. Y la relación entre ciencias naturales y humanas cambia totalmente, así como la relación entre la filosofía y las ciencias.

Dice Urbina en Estromatología:

Sin la disociación de eidética e intencionalidad, la filosofía persistirá en la actualidad “imperialista” de la filosofía de la ciencia. Ateniéndose a la escala intencional, la fenomenología establecerá relaciones diplomáticas con las ciencias intercambiando sus hallazgos. Es la tarea de una nueva gnoseología fenomenológica que romperá la separación (a veces, divorcio) entre ciencias humanas y ciencias naturales. […] El mundo vivido (el mundo intencional, que no se reduce a la correlación básica del mundo objetivo, sino que comprende la matriz fenomenológica entera) ejerce una función absorbente con relación al mundo eidético; la filosofía fenomenológica no es una ciencia fundamental, ni es siquiera una ciencia, sino que su misión es gestionar la inconmensurabilidad de lo eidético y lo intencional, y su relación de dependencia.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 459 y 472

En definitiva: 1) El entrelazamiento entre lo que funciona verticalmente y lo que se establece horizontalmente es lo que da lugar a la «matriz cuadrada fenomenológica»: si se cruzan las tres “dimensiones” de la realidad con los tres “niveles” intencionales (3x3 = 9), se obtiene una matriz con nueve casillas. 2) La Naturaleza está presente como hýlê (materia), como eje hylético. Esta columna, frente a las otras dos, no sufre variaciones al recorrer los diferentes niveles o estromas. 3) La Phantasía es el nivel original y superior del ser humano, de igual modo que la física cuántica se halla en el nivel original de lo que el mundo es y en la misma medida que sus leyes científicas han mostrado ser superiores.

Ser humano y realidad

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El principio de correspondencia rige las relaciones entre lo humano y lo real natural. Urbina parte de la teoría de la evolución de Gilbert Simondon. Toma de ella el entramado fundamental del despliegue de las fases del ser (scala naturae), aunque el filósofo español rectifica aspectos esenciales y, sobre todo, entiende la novedad del animal humano de manera radicalmente diferente a la del autor francés.

La eidética aparece como algo diferenciado del campo intencional. De manera que acaban constituyéndose dos campos, hasta cierto punto autónomos. Pero la autonomía eidética, aunque recorre amplios tramos por su cuenta, no puede independizarse de la intencionalidad. Sin embargo, todo ello ha sido posible en virtud de la estructura antropológica profunda —de escala fenomenológica— contenida en el animal estromatológico.

En el trabajo acometido de arriba abajo pueden ir constituyéndose los conocimientos de la física cuántica, de la físico-química, de la biología y de la etología. Así como también van constituyéndose las diferentes ciencias humanas. La matemática —entendido el concepto de manera amplia— se constituye lateralmente en el movimiento de arriba abajo, pero cobra, una vez desplegada, una autonomía específica, que es precisamente la autonomía de la eidética. En el trabajo acometido a la inversa, de abajo arriba, pueden ir constituyéndose los conocimientos que resultan del arte, de la estética y de la religión, entendida esta no como religión mitológica sino como la toma de contacto fenomenológica con la transcendencia vertical. La religión trabaja por desimbolización, mientras el arte trabajaría por desobjetivación.

El campo intencional no es un campo unificado, sino un sistema dual circular, constituido en dos planos (según explica en Orden oculto). Es el plano de los conocimientos impropios el que envuelve al plano de los conocimientos propios, en el sentido de Emmy Noether y de David Hilbert. En Por amor al Arte Urbina mostrará que no solo las síntesis eidéticas están posibilitadas por los vectores de intencionalidad, sino que la zona intencional del Arte (conocimientos impropios) incluye a la zona intencional del Lenguaje (conocimientos propios), y este, a su vez, posibilita la Eidética.

La epistemología estromatológica: Orden oculto

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La epistemología de Urbina establece un primer enfoque en su libro Estromatología para finalmente resolverse en Orden oculto, como epistemología, y en Por amor al Arte, como gnoseología. Epistemológicamente vemos que en los tres niveles se despliegan las ciencias naturales (lo cuántico, lo físico-químico, lo biológico y las ciencias etológicas), las ciencias humanas y el resto de conocimientos. El planteamiento que rige todo ese despliegue obedece al principio de correspondencia.

Y tras el animal, el ser humano, pero este no es un escalón más y en continuidad en la escala natural, sino que lleva a cabo un movimiento de inversión —una especie de torcedura o de desvío óntico, al aparecer un funcionamiento invertido—, y es en ese punto cuando el animal añade a sus capacidades apotéticas naturales, una nueva dimensión de lo real, la intencionalidad, que al constituirse como un «campo funcional» dará lugar a una especie de desdoblamiento, la eidética, el lugar donde son posibles síntesis universales y no sometidas al tiempo, esto es, dará lugar a la verdad matemática.

Este nuevo ser intencional, de constitución cuántica, no menos que química y biológica, superará los límites de la apotecia animal y se convertirá en un animal «pensante», con estratos conscientes y con otros inconscientes y profundos. Sus nuevas capacidades «reflexivas» harán posible que lo real —la realidad de la que está constituido—sea conocido.

La matemática, las ciencias naturales y las ciencias humanas son las tres áreas científicas que la estromatología del orden oculto admite, coincidiendo en esto con la interpretación convencional de la filosofía de la ciencia. Pero hay algo nuevo, los conocimientos ya no nacen de una racionalidad «pura» e independiente sino que se despliegan desde las estructuras intencionales.

La matemática se va constituyendo:

como autoorganización del campo eidético, a partir de un difícil Vorbild intencional.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 463-464 y Orden oculto, p. 53, 57, 60, 61 y 318

El Vorbild es un caso ejemplar que sirve de pauta. A los Vorbilder, Richir los llama idealidades esquemáticas.

Y según podemos leer en Orden oculto:

Las ciencias naturales son una reorganización de la scala naturæ y las ciencias humanas se constituyen por autoorganización del campo intencional, con una mínima aportación eidética.
[Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina ], Orden oculto, paráfrasis, cap. 2

Las ciencias humanas hunden sus raíces en los tres niveles estromatológicos. La sociología es la única que encontramos en todos los estromas, en el superior como Sociología-1, en el intermedio como Sociología-2 y en el inferior como Sociología-3. Y es la Sociología-2 la que se encarga de estructurar el conjunto de los conocimientos sociológicos.

En el nivel intermedio encuentran su anclaje las ciencias culturales, lingüísticas, morales y mitológicas.

Y en el nivel inferior, las ciencias políticas, jurídicas y económicas.

Y relacionado con las ciencias humanas y con la reflexión filosófica que media en todo ello, la ética desde el nivel original, y la moral desde el nivel intermedio, muestran que nacen en distinto anclaje estromatológico y que, por tanto, han de ser claramente diferenciadas entre sí y en las relaciones que establecen ambas con la política (situada en el nivel inferior).

Y si en lugar de descender, como en las ciencias, ascendemos a través de la estructura cognoscitiva estromatológica, estaremos en el territorio de la experiencia artística (por desobjetivación y resonancia estética) y de la experiencia religiosa (por desimbolización y asunción de la trascendencia vertical).

Urbina retoma a Dios como una indagación estrictamente fenomenológica y en crítica abierta con las distintas ideas mitológicas sobre lo divino. El autor mantiene en este punto una distancia difícil de definir, y apunta hacia lo que podría ser la verdadera experiencia fenomenológica sobre lo religioso: la experiencia «mistagógica». La mistagogía se distancia completamente de las mitologías y se diferencia de la mística. Mientras que la mística pretende recibir algo divino procedente del afuera, la mistagogía tendría que ver con la condición humana de dirigirse hacia el misterio. De este modo, la experiencia religiosa tendría que ver con el esfuerzo por moverse en la zona de lo misterioso.

En este punto, el filósofo español, tras repasar las posturas del budismo, del cristianismo y del islam, se ve impelido a volver sobre la propuesta kantiana, como modo racional de superar los componentes mitológicos de aquellas religiones. Lo que Kant propone es una religión natural o racional. Y dice Urbina:

La clave del problema es la idea de “universalidad”. Lo universal en el hombre, según Kant, es la razón. La humanidad se define por la Razón que consiste en un orden moral / […] Dios no es más que la posición de un “ideal moral” que suscita una fe. La inmortalidad no es más que la idea que asegura la realización plena de ese ideal moral en la experiencia
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Orden oculto, p. 299

De esta manera, el enfoque del filósofo estromatólogo sobre este controvertido problema de la idea de Dios es, por una parte, el de la justificación de la experiencia religiosa por lo que tiene de «moral universal» y, por otra parte, el de que el ser humano fenomenológico está abierto ineludiblemente a moverse en el límite de lo conocido y, ahí en ese límite que es un abismo, a concebir el misterio, el «Afuera».

Y si el elemento fundamental y original donde se constituye el conocimiento es la intencionalidad, no han de olvidarse los otros modos de conocimiento que se desencadenan posteriores: el “eîdos”, el “mýthos” y la “aísthésis” (eidética, mito y estética), que son:

recursos no intencionales de recuperación de sentido por reduplicación
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Estromatología, p. 469

Sincronía y diacronía del sujeto epistemológico

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El sujeto aislado totalmente (el de la Cogitatio cartesiana), como tal, no es posible, puesto que se constituye originalmente siendo una comunidad de singulares, tanto sincrónica como diacrónicamente, tanto ontogenética como filogenéticamente.

Desde un punto de vista diacrónico, la comunicación etológica del primate prehumano se vuelve cultura en un momento evolutivo. Entre tanto, el lenguaje solidifica y con él la información se intensifica y se afina. Y cuando la información llega a institucionalizarse como enseñanza, el proceso se cierra en firme. Ahora bien, los signos lingüísticos culturales no son posibles, si a la vez no están funcionando los esquemas de lenguaje del nivel de la phantasía y el engranaje que de ahí deriva: las fantasías perceptivas han de trabajar con «síntesis sin identidad» tomadas de las phantasías para conjugarlas con las «síntesis con identidad objetiva» que operan en la percepción. Las fantasías perceptivas son responsables de la intermediación entre el nivel original y el nivel básico, por su capacidad de conjugar (en síntesis de identidad estables) las síntesis sin identidad (esquemas haciéndose) y el nivel objetivo. De esta manera, la lengua como institución social se constituye en paralelo al potencial de sentidos que aparecen en las fantasías perceptivas del lenguaje transfundiéndose en lengua. El sujeto humano no puede funcionar aislado (por su estructura estromatológica), pero este sujeto no es meramente un producto determinado desde su cultura o desde sus moldeamientos sociales.

La deriva diacrónica desemboca en la sincrónica, y viceversa. Los dos procesos se dan entrelazados y se apoyan el uno en el otro: la formación del sujeto humano individual (desde el homínido) se apoya en su sociedad cultural en transformación, pero una cultura social humanizada no sería posible sin los constitutivos esenciales fenomenológicos de sus individuos.

El nivel de intermediación

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Es en el nivel de intermediación donde se produce el pensamiento interior y la subjetividad con ego, cuya función no es operar como lo hace la praxis sino transoperar, es decir, buscar conectar el sentido original haciéndose con los imperativos prácticos y objetivos del mundo percibido. Se produce lo que pensamos, pero también lo que sentimos y lo que vivimos.

El «animal cultural» ha necesitado, así pues, para constituirse, la confluencia de al menos tres factores: 1º) los mecanismos evolutivos de la serie natural, 2º) ciertos componente institucionales nuevos (ceremonias, normas, lenguaje oral…) hasta un grado tal que pudieran ser repetibles grupalmente —en el interior de prácticas de enseñanza-aprendizaje institucionalizadas—, y 3º), un animal desgajado de la serie natural al encarar el mundo circundante a través de fantasías perceptivas, con capacidad de cuajar cultural e históricamente.

En este animal cultural se han abierto dos vertientes nuevas: las fantasías perceptivas (de bajada) y las fantasías perceptivas (de subida). Las de bajada son, por ejemplo, las fantasías perceptivas de lenguaje y las de subida serían, por ejemplo, las fantasías perceptivas del arte. El ser humano contiene la virtualidad de volverse matemático y artista, merced a la tarea simbólica del nivel intermedio y, claro está, por el proceso de institucionalización cultural.

Frente a los niveles originario y básico —que funcionan ambos de manera lineal aunque en régimen diferente—, el nivel de intermediación es no lineal, es caótico. Y es en medio de este caos donde se constituyen atractores (en el sentido de René Thom) a través de los cuales las mediaciones necesarias se harán posibles. En este contexto, Fernando Miguel Pérez Herranz ha establecido en su Ambiguus Proteus[20] claros nexos entre el trabajo de su morfologismo filosófico —basado en Thom— y el nivel de intermediación estromatológico.

La teoría estética y del arte

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Sánchez Ortiz de Urbina ha ido gestando a lo largo de toda su vida una teoría artístico-estética. Junto a artículos específicos dedicados a la estética[33]​, es en sus dos obras magnas primeras, Estromatología y Orden oculto, donde esta teoría quedaba anclada fenomenológicamente. Ahora bien, tras la publicación de Apostillas a “Orden oculto” (2023) y, sobre todo, con Por amor al Arte (2024) —con su última obra magna—, la teoría del Arte y de la estética se reconfigura con mayor precisión.

En Por amor al Arte,  música, artes plásticas, poesía, teatro, novela, fotografía, cine, danza... se analizan en su singularidad[34]​, pero no solo, porque esta obra procede a definir qué se entiende por Arte y qué por estética en el interior del sistema estromatológico[35]​. Hasta este momento, la estromatología se estructuraba en la matriz cuadrada donde se cruzan las tres columnas y los tres niveles ya conocidos. Y en ese contexto se producía una escisión entre la intencionalidad y la eidética. Y, por otra parte, el trabajo llevado a cabo tanto por la eidética como, sobre todo, por la intencionalidad, hacía posible que la naturaleza fuera conocida y estructurada en sus niveles, los de la scala naturae. Niveles naturales que se corresponden con los niveles estromatológicos. Se trata del principio de correspondencia: hay un encaje entre la naturaleza y la naturaleza humana, y la que gobierna este encaje es lo humano, lo estromatológico. No es la naturaleza la que viene a imponernos sus estructuras sobre nuestras capacidades receptivas, sino que es el modo de funcionar el campo intencional el que es capaz de conocimiento. ¿Qué se añade en Por amor al Arte?

En Por amor al Arte se descubre un nuevo plano con el que tiene que relacionarse el plano de la matriz estromatológica (3x3). Y es un nuevo plano que es previo, que se necesita para que la matriz pueda constituirse y funcionar:

Resulta así que el campo intencional (que va desde la intencionalidad objetiva a la intencionalidad de phantasía, unidas por unas fantasías perceptivas centrales), queda escindido en dos zonas, queda partido verticalmente en una zona de conocimientos propios, que recorren ese campo desde arriba hacia abajo por transposición, y otra zona de conocimientos impropios que recorren el campo intencional desde abajo hacia arriba, sin transposición alguna, por mecanismo nuevo de desobjetivación. Ahí vamos a encontrar esa razón profunda de la efectividad de los niveles fenomenológicos. Es la división profunda vertical del campo intencional en conocimientos propios e impropios la que impone la división horizontal en niveles.[36]

Esa antelación funciona más como dos planos que se exigen uno a otro desde el principio (un haz y un envés, por así decir) y no como dos planos separados que acabaran uniéndose. Lo que tenemos es un campo intencional en formación donde primero se despliega en un plano original un campo intencional (protocampo) que se halla escindido en dos, con una zona a la izquierda y otra a la derecha (según el modo de hablar Urbina). A la izquierda, y en un recorrido de abajo arriba se constituye de golpe (hypérbasis) el espacio de los conocimientos impropios, aquel que invirtiendo los procesos naturales se conforma ahora como función estetizante. La experiencia estética —podemos decir una experiencia interior más que exterior— contiene la virtualidad de potenciar el sentido, así que, el registro superior de la estética se conecta con la zona derecha, con el registro de las phantasías, donde van a generarse los conocimientos propios, las síntesis propias —«propio/impropio», hay que recordar, con el significado que le dieron Hilbert y Edith Stein—.  Estas síntesis se dan en tres momentos —en forma de esquemas de phantasía, después (por transposición) significados simbólicos y finalmente significaciones en el mundo objetivo—, que no es otra cosa que la puesta en funcionamiento de los tres niveles estromatológicos (propios):

El campo intencional se constituye por hypérbasis tras la suspensión del proceso natural (epokhê). Se despliega después ese campo, por transposición de niveles, desde arriba hacia abajo, movimiento que hace pasar de lo transposible sin identidad a lo transposible con identidad y a lo posible con identidad (intencionalidad objetiva).[37]

El arte se hace mediante un proceso de desobjetivación, que parte de un objeto ordinario a la búsqueda de un desobjeto («fantasía perceptiva artística»), cuya cualidad esencial reside en su capacidad de hacer resonar sentidos pertenecientes al nivel superior de la phantasía. Y es de este modo como el artista percibe su experiencia artística, que la halla al construirse un cierre estético materializado en el objeto desobjetivado.

Una vez que el campo intencional (en formación) contiene ya objetos, estos objetos pasan desde la zona derecha a la izquierda (desde los conocimientos propios a los impropios) y pueden ya recorrer de abajo arriba (en la anábasis) los tres estratos que ya han quedado configurados en el proceso anterior de bajada de niveles (estratos en la catábasis). Y en la autopista (por así decir) formada por la hypérbasis estetizante, se conforma en tres niveles (de subida: anábasis) la zona del Arte. El Arte, con mayúscula, para diferenciarlo de las artes: música, pintura, danza, cine, etc., que están incluidas en el Arte.  En esta zona primero se desobjetiva el mundo objetivo a través del diseño (en el nivel básico impropio del Arte), y después se puede continuar la desobjetivación a través del intento de creación de una obra de arte, en el nivel intermedio (mediante phantasías perceptivas de subida), y, si se consigue (en el momento en que la experiencia de intento de obra artística genere una experiencia estética), entonces, en el nivel superior se estará dando un conocimiento estético impropio (al final de este despliegue de creatividad), que pasará a  reforzar los sentidos de la zona derecha, los del Lenguaje.

De tal manera que no solo los conocimientos propios se incluyen en los impropios sino que es también (y por el mismo motivo) el Lenguaje el que queda incluido en el Arte. La razón de fondo tiene que ver con que el Arte es un conocimiento impropio mientras el Lenguaje es un conocimiento propio:

Pero [el Arte: territorio de lo impropio] sigue manteniendo la propiedad de inclusión explicada satisfactoriamente por Noether. El Arte (objetos diseñados, des-objetos  artísticos, obras estetizadas), recorre todo el campo intencional desde abajo hasta arriba, desde el límite de la epokhê al límite de la humanidad; y es incluyente de todo nuestro comportamiento.[38]

Y es esta la primera escisión con la que cuenta la naturaleza humana: Impropio/Propio o Arte/Lenguaje. Se trata de un primer plano que viene a relacionarse con el segundo plano (en su envés, por así decir), que no es otro que la ya conocida matriz fenomenológica (3x3). El funcionamiento de toda la estructura estromatológica une estos dos planos (que nunca estuvieron separados, sino por el proceso de anterioridad- posterioridad), el plano escindido y el de la matriz (3x3), y deja de este modo constituida la naturaleza humana en toda su integridad y en todo su funcionamiento en un campo intencional que está claramente escindido (ci/2) pero a la vez fuertemente reconciliado entre sí, merced al funcionamiento integral en el que la matriz (3x3) contribuye a la estabilidad y solidez del campo intencional. Y se extraen tres grandes consecuencias, que es preciso recordar: 1º) es el Arte el que incluye al Lenguaje, y 2º) es el Lenguaje el que conforma los tres niveles estromatológicos que por conversión se recorrerán de abajo arriba en la zona del Arte. 3º) Son los conocimientos impropios los que incluyen a los propios y son los conocimientos intencionales los que incluyen tanto a los eidéticos como a los naturales, y son las ciencias humanas las que incluyen a las ciencias naturales: la anterioridad de la inclusión funciona en el sentido de que no son posibles los segundos sin los primeros. Pero aún hay que añadir un proceso más, fundamental para que el campo intencional funcione en plenitud. Hasta ahora se ha descrito el funcionamiento en el sentido de las agujas del reloj. Pero se dan también continuamente procesos estromatológicos en el sentido contrario. ¿Cómo es esto? Se trata de la diferencia entre la producción de arte y la recepción. La creación artística no funciona plenamente hasta que se produce la recepción y por tanto se comparte la experiencia estética:

En la recepción de la obra de arte, el procedimiento es distinto. En la recepción, hay un efecto estético en el inconsciente fenomenológico del receptor, en el nivel superior originario donde se cocina el sentido.[39]

Es verdad que para Sánchez Ortiz de Urbina el receptor puede ser ciego  y ver solo lo que tiene de objeto, incapaz de experimentar el efecto estético que le reconcilie con lo que la obra tiene de arte. También es verdad que sin una acumulación de experiencias, el receptor puede no llegar a apreciar el arte, cuando este encierra cierta complejidad. Por otra parte, está claro que no todo lo que se llama arte lo es, porque puede ser un mero diseño o simplemente pseudoarte. Pero situados ante una obra de arte ya estabilizada, es el receptor quien se pone a prueba. Pone a prueba su competencia para experimentar el arte. Dada la complejidad que se abre, quien más quien menos tendrá limitaciones de recepción (e incluso cegueras), entre otras cosas porque las inclinaciones y experiencias anteriores estarán influyendo fuertemente.

En definitiva, tenemos ya conformado al ser humano íntegro: Artista y con Lenguaje, con niveles de construcción de la realidad objetiva y con niveles de creación artística. Y como sujeto activo, productivo y creador a la vez que como sujeto comprensivo y receptor, un sujeto que por más interioridad individual que contenga nunca llega a ser nada sin su estatuto social. Y ahora —con esta teoría estética—, las tres dimensiones de la realidad —Naturaleza, Intencionalidad y Eidética— de las que se sabe que era la Intencionalidad la que gobernaba a la otras dos, se comprueba con mayor detalle por qué antes que «animales racionales» (y con conocimientos eidéticos) somos «animales intencionales» y por qué para que la intencionalidad lingüística funcione con buen rendimiento es preciso que la intencionalidad estética la envuelva y la refuerce.

Para RSOU la estética (el Arte) comporta el análisis de la serie de disciplinas artísticas, pero conlleva también enfrentar el origen de la naturaleza humana. La naturaleza humana es «campo intencional». Este campo intencional habría que rastrearlo filogenéticamente en el origen de la humanidad; y en el origen de cada vida humana (en la ontogenia). El campo intencional es la dimensión central de la realidad junto a las otras dos dimensiones (Naturaleza y Eidética). Este campo rompe con el despliegue natural anterior (el de la dimensión óntica natural) a través de un proceso de abertura (hypérbasis) de una «zona estetizante». La zona estetizante abre un proceso que exige inmediatamente una segunda parte, la zona del sentido (del Lenguaje), donde el registro de las fantasías, en el mismo nivel superior de la estética (pero funcionando como conocimiento propio), es capaz de sintetizar esquemas de sentido. Y será el registro de la estética el que potencie la formación de sentidos, aquellos que son necesarios para que las cosas (incógnitas: ciegas) del mundo sean aprendidas como objetos (conocidos, percibidos, con significación práctica). La humanidad nace merced a los sentidos que se instituyen como Lenguaje, pero el reforzamiento de todo este proceso de significaciones viene empujado por la estética, y no solo reforzado sino envuelto en ella, incluido en ella: o sea, es la inclusión del Lenguaje en el Arte, del mismo modo que la relatividad general incluye a la relatividad especial y a la física cuántica, y estas, a su vez, incluyen a la física newtoniana.

Aportaciones a la Historia de la filosofía

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Una dimensión importante de la producción ensayística de Sánchez Ortiz de Urbina tiene que ver con sus libros de texto y sus reflexiones sobre historia de la filosofía, sus traducciones y sus estudios sobre algunos autores, entre los que cabe citar: Safo, Kant, Hegel, Sartre, Merleau-Ponty, Theodor Adorno, Einstein y Gilbert Simondon… Además de Marc Richir, Gustavo Bueno y Edmund Husserl.

Recepción de su filosofía

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Cuando en 2008 Urbina publica «Para qué el Ego Transcendental»[22], no solo muestra una de las claves de su sistema, sino que rectifica esencialmente a Kant y a Husserl, y también a su maestro Gustavo Bueno. Esta crítica lleva a Bueno a escribir «El puesto del Ego trascendental en el materialismo filosófico» (2009), artículo que reformulará definitivamente en El Ego trascendental (2016) publicado poco antes de su fallecimiento. Posteriormente, algunos seguidores del Materialismo Filosófico se han posicionado a favor de Bueno y en contra de Urbina, en diversos artículos aparecidos en El Catoblepas, El Basilisco o en conferencias organizadas por la Fundación Gustavo Bueno.

En contraste con esta reacción negativa, el sistema de ideas de Urbina ha tenido una acogida positiva en la revista española Eikasia, en la francesa Annales de Phénoménologie y en la Universidad de Coimbra. En este contexto cabe mencionar, en España, a Luis Álvarez Falcón, Pelayo Pérez García, Fernando Miguel Pérez Herranz, Alberto Hidalgo Tuñón y Silverio Sánchez Corredera[40]​, entre otros.

En Portugal, se ha llevado a cabo una temprana recepción de la estromatología de Urbina, a través de la Revista Filosófica de Coimbra, entre cuyos miembros cabe destacar a Luís António Umbelino[41]​.

En Francia y Alemania, seguidores de Marc Richir que han estado atentos a los puntos de convergencia con Urbina, entre ellos, Pablo Posada Varela y Sacha Carlson, además de otros integrantes del movimiento fenomenológico que gira en torno a Annales de Phénoménologie, a cuyo frente se halla Alexander Schnell.

En América Latina, desde que una larga tradición fenomenológica bebió de los influjos de José Gaos, Ortega y Gasset o Xavier Zubiri hasta hoy, la fenomenología ha tenido un desarrollo considerable. El profesor Falcón, de la Universidad de Zaragoza, defiende la existencia de una “Fenomenología del Sur”[23]. Además de los desarrollos en Francia, Italia, Portugal y España, múltiples países latinoamericanos —México, Perú, Chile, Argentina, Colombia, Bolivia, República Dominicana, Costa Rica, Brasil…— desarrollarían en la actualidad un modo de hacer fenomenología específico, frente a lo que sería una «Fenomenología del Norte». Y, según postula el profesor zaragozano, bajo la inspiración de su maestro Urbina, la influencia de la estromatología ha empezado a ocupar un lugar en la gran mayoría de los países americanos.

El rótulo Fenomenología del Sur tiene su origen en la «Conferencia de Coimbra» de 6 de marzo de 2020, pronunciada por Sánchez Ortiz de Urbina, en la que decía:

¿Cuál es pues la situación actual de la fenomenología? Me atrevería a formular el siguiente diagnóstico. Si la consigna básica de la fenomenología es la de atenerse a las cosas mismas ("zu den Sachen selbst"), nunca se debe acudir a ningún texto como si fuera sagrado. No se trata nunca de hacer historia de la filosofía, sino de hacer, sin más, filosofía fenomenológica. Hay seguramente una cierta fenomenología que distingue la filosofía académica de la filosofía mundana. Pero la filosofía fenomenológica debe exponer la Vida como Sistema sin anular la vida.
Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, «Conferencia de Coimbra», citado en Álvarez Falcón, «América Latina y la Fenomenología del Sur», Eikasía, julio-agosto, 2020, p. 27

Y añade Urbina que parece que la fenomenología que se hace en Sur está acertando a fundir mejor lo académico y lo mundano. Queda apuntada, así pues, la necesidad de no caer en el academicismo, junto al rechazo del naturalismo y del eidetismo.

Bibliografía general de Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina

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La bibliografía que sigue es representativa de su trabajo estromatológico, sobre todo, pero no es exhaustiva, por ello han de tenerse en cuenta algunos enlaces a páginas que son más completas.[42]

  • (1984), La Fenomenología de la verdad: Husserl, Prólogo de G. Bueno, Pentalfa, Oviedo.
  • (1989), «La estética de la recepción desde la teoría platónica del arte», El Basilisco, nº 1, 2º época, 33-40.
  • (1990), «El lugar de la crítica de arte», El Basilisco, nº 4, 3-11.
  • (1996), «La recepción de la obra de arte», en Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas, coord. por Valeriano Bozal, vol. II, Editores Visor, 170-185.
  • (2001), «Interpretación y escucha a la luz de la fenomenología», en El tiempo en las músicas del siglo XX, Editores Universidad de Valladolid, 149- 158.
  • (2001), «Ciencia y arte», en Racionalidad científica y racionalidad humana: tendiendo puentes entre ciencia y sociedad, Editores Universidad de Valladolid, 181-202.
  • (2004), «Kant y Husserl», El Basilisco, nº 34, 3-12.
  • (2005), «Cuerpo y Materia», en Filosofía y Cuerpo. Debates en torno al pensamiento de Gustavo Bueno, Edición a cargo de Patricio Peñalver, Francisco Giménez y Enrique Ujaldón, Ediciones Libertarias, Madrid, 21-34.
  • (2007), «La fenomenología del espíritu como "Bildungsroman"», Eikasia Revista de Filosofía, nº 15, noviembre, 99-112.
  • (2008), «Para qué el Ego Transcendental», Eikasia Revista de Filosofía, nº 18, mayo, 13-32.
  • (2008), «Post-scriptum al artículo ´Para qué el Ego Transcendental´», Eikasia Revista de Filosofía, nº 19, julio, 236-242.
  • (2008), «Merleau-Ponty desde el materialismo fenomenológico», Eikasia Revista de Filosofía, nº 21, noviembre, 107-134.
  • (2009), «Estudio preliminar», en Safo y sus discípulas. Poemas, (Editor RSOU), Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 7-16.
  • (2009), «Safo y sus discípulas. (Cuestiones de estética que suscita la lírica de Safo). Eikasia Revista de Filosofía, nº 25, 171-182.
  • (2009), «La “realidad” de la realidad virtual: el pliegue», Eikasia Revista de Filosofía, nº 24, abril, 1-16.
  • (2009), «Prólogo», en Realidad, arte y conocimiento. La deriva estética tras el pensamiento contemporáneo, de Luis Álvarez Falcón, Horsori Editorial, Barcelona, 710.
  • (2010), «Niveles de la globalización, Ritmia y disritmia», Eikasia Revista de Filosofía, nº 31, 5-26.
  • (2010), «Filosofía en verano», Eikasia Revista de Filosofía, nº 34, septiembre, 5-17.
  • (2011), «Introducción a la Estromatología», Eikasia Revista de Filosofía, septiembre, 147-181.
  • (2011), «L’obscurité de l’expérience esthétique», Annales de Phénoménologie, nº 10.
  • (2011), «Merleau-Ponty desde el materialismo fenomenológico», en La sombra de lo invisible. Merleau-Ponty 1961-2011 (Siete lecciones), Luis Álvarez Falcón (editor), Eutelequia, Madrid, págs. 73-104.
  • (2012), «Presentación sobre El nacimiento de las ciencias filológicas, de Carlos Iglesias Fueyo», Eikasia Revista de Filosofía, nº 44, mayo, 251- 256.
  • (2012), «La actualidad de Merleau‐Ponty», Eikasia Revista de Filosofía, noviembre, 303-309.
  • (2013), «La oscuridad de la experiencia estética», Eikasia Revista de Filosofía, enero, 25-48.
  • (2014), «La contingencia del Déspota de Marc Richir», Eikasia Revista de Filosofía, marzo, 9-22.
  • (2014), Estromatología. Teoría de los niveles fenomenológicos. Brumaria A. C. y Eikasia Ediciones, Madrid y Oviedo.
  • (2014), «Presentación del libro Estromatología. Teoría de los niveles fenomenológicos.», Eikasia Revista de Filosofía, julio, 9-18.
  • (2015), «Campo intencional y campo kinestésico como campo dual», Eikasia Revista de Filosofía, nº 64, 9-22.
  • (2015), «QUE DIEZ AÑOS ES MUCHO…», Eikasia Revista de Filosofía, Nº. Extra 65, 2015 (Ejemplar dedicado a: La filosofía en España. La filosofía en español), págs. 25-36.
  • (2015), «Sur l’intermédiation», Annales de Phénoménologie, nº 14.
  • (2016), «Abyssus Abyssum invocat: la matemática entre la intentio y el eidos», Eikasia Revista de Filosofía, Nº. Extra 72, (Ejemplar dedicado a: Filosofía y matemáticas. Entre intuición y construcción / Pablo Posada Varela (ed. lit.), Fernando García Mendívil (ed. lit.)), págs. 19-35.
  • (2017), «Arte, estética y fenomenología», Boletín de estudios de filosofía y cultura Manuel Mindán: Revista de cultura y ciencias sociales, nº 12, 11-30.
  • (2017), «Esquisse d’une épistémologie phénoménologique», Annales de Phénoménologie, nº 16.
  • (2017), «El cierre del materialismo filosófico», Ábaco: Revista de cultura y ciencias sociales, nº 93, diciembre, 24-35.
  • (2018), «¿Renovación, Refundación o Reformulación de la Fenomenología?», en el IV Congreso de Pensamiento Filosófico Contemporáneo: «Fenomenología Contemporánea: de la Epistemología a la Estética», organizado por la Sociedad Asturiana de Filosofía en la Universidad de Oviedo, los días 8, 9 y 10 de noviembre de 2018.
  • (2020), «Ambiguus Proteus: Valor, Exceso y Morfología de Fernando Miguel Pérez Herranz», Eikasia, Revista de Filosofía, nº 91, enero-febrero, 2020, págs. 227-238.
  • (2020), «¿Fenomenología del sur?», Eikasia, Revista de Filosofía, nº 95, 2020, págs. 7-15.
  • (2020), «La conferencia de Coimbra», Jornada de Estudos Fenomenológicos. Em redor do Pensamento de Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina. La Facultad de Letras de la Universidad de Coimbra. Coimbra, 6 de marzo de 2020.
  • (2021), «La identidad del arte», Eikasia, Revista de Filosofía, nº 101, julio-agosto, págs. 7-21.
  • (2021), «La universalidad de los Derechos Humanos (desde la fenomenología)», en Derechos Humanos. De los objetivos de desarrollo del milenio a los objetivos de desarrollo sostenible y la agenda 2030. Congreso internacional 2020: Actas, Eikasia ediciones, págs. 25-39.
  • (2021), «Abyssus Abyssum invocat: les mathématiques entre l’intentio et l’eidos», Eikasia, Revista de Filosofía, Nº. 100, 2021 (Ejemplar dedicado a: Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina), págs. 303-322.
  • (2021), Orden oculto. Ensayo de una epistemología fenomenológica, Eikasia Ediciones, Oviedo, octubre de 2021.
  • (2021), «De la façon dont les savoirs "impropres" incluent les savoirs "propres"», Annales de Phénoménologie, nº 20.
  • (2022), «Einstein y el dios Jano», Eikasia, Revista de Filosofía, nº 104, enero-febrero, 2022, págs. 247-260.
  • (2022), «La constitución del campo intencional y su vulnerabilidad entre abismos», Eikasia, Revista de Filosofía, Nº. 105, págs. 7-18.

Referencias

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  1. Cuando en los años 1970 Sánchez Ortiz ejercía de profesor en la Facultad de Filosofía de Oviedo, sus alumnos se referían a él con el nombre de "Urbina", y recientemente él mismo ha confesado encontrarse cómodo con esta forma de ser nombrado.
  2. Véase en Wikipedia: «Estroma»: https://es.wiki.x.io/wiki/Estroma_(filosof%C3%ADa)#. Consultado el 17 de julio de 2022.
  3. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (septiembre de 2011). «Introducción a la estromatología». Eikasia: Revista de Filosofía (40): 147-182. ISSN 1885-5679. Consultado el 10 de febrero de 2022. 
  4. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (2016), https://revistadefilosofia.org/72-01.pdf, Eikasia, Revista de Filosofía, (72): 21-36.], Eikasia, Revista de Filosofía, (72): 21-36. ISSN 1885-5679. Accesado 20 de julio de 2022.
  5. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (2005), «Cuerpo y Materia». Edición a cargo de Patricio Peñalver, Francisco Giménez y Enrique Ujaldón, Madrid: Ediciones Libertarias, 21-34. https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=7414],
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  8. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (1978): https://fgbueno.es/bas/pdf/bas10507.pdf, El Basilisco, (5): 48-56. Accesado el 22 de julio de 2022.
  9. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (2004): https://fgbueno.es/bas/bas234.htm, El Basilisco, (34): 3-12. Y continuas referencias a Husserl en sus escritos.
  10. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (1984). La Fenomenología de la verdad: Husserl. Prólogo de Gustavo Bueno. Oviedo: Pentalfa. ISBN 84-85422-51-1. 
  11. Richir, Marc (2008): https://annales.eu/wp-content/uploads/sites/6/2017/02/annales_2008.pdf, (7): 199-212. Accesado 20 de julio de 2022.
  12. Posada Varela, Pablo (2016): https://docplayer.es/65207315-Fenomeno-phantasia-afectividad-la-refundicion-de-la-fenomenologia.html. Revista de Investigación Filosófica y Científica. (1): 91-114. Accesado 20 julio de 2022.
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  14. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (2014). Estromatología. Teoría de los niveles fenomenológicos. Madrid: Brumaria. ISBN 978-84-939935-5-9. https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=629833
  15. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (2021), Orden oculto. Ensayo de una epistemología fenomenológica, Oviedo: Eikasia Ediciones. ISBN 978-84-15203-57-5. https://www.eikasia.es/index.php/producto/orden-oculto-ensayo-de-una-epistemologia-fenomenologica/
  16. Sánchez Corredera, Silverio (2014). https://www.revistadefilosofia.org/60-03.pdf. Eikasia: Revista de Filosofía, (60), 101-124. Accesado 11 de febrero de 2022.
  17. Sánchez Corredera, Silverio (2022). https://revistadefilosofia.org/104/104-01.pdf, Eikasía: Revista de Filosofía, (104), 7-80. Accesado 20 de julio de 2022
  18. Ricardo SÁNCHEZ ORTIZ DE URBINA, Apostillas a “Orden oculto”. Eikasia Ediciones, Oviedo, 2023, 98 páginas. ISBN 978-84-15203-69-8, D.L.: AS 00653-2023, https://www.eikasia.es/index.php/producto/2346/
  19. Ricardo SÁNCHEZ ORTIZ DE URBINA, Por amor al Arte. Ensayo de una gnoseología fenomenológica, Eikasia Ediciones, Oviedo, 2024, 276 páginas. ISBN 978-84-15203-77-3, D.L.: AS 00694-2024, https://redfilosofia.es/blog/2024/05/05/por-amor-al-arte/
  20. Falcón, Luis Álvarez (29 de octubre de 2021). «Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina. Bibliografía». Revista Filosófica de Coimbra 30 (60): 381-398. ISSN 2184-7584. doi:10.14195/0872-0851_60_10. Consultado el 10 de febrero de 2022. 
  21. Arriba, P. L. (2016). Gustavo Bueno: in memoriam. Archivado el 1 de noviembre de 2020 en Wayback Machine. El Catoblepas, (174), 51.
  22. Luis Álvarez Falcón. ««Biografía esencial de un filósofo desde su discípulo»». p. 1. 
  23. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (2002). «Cien años de fenomenología: actualidad de las Investigaciones lógicas de Edmund Husserl». Boletín de la Sociedad Asturiana de Filosofía, (I): 9-10. Reseña de Manuel Gereduz. Consultado el 23 de julio de 2022. 
  24. Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina. ««La contingencia del Déspota de Marc Richir»». Archivado desde el original el 20 de enero de 2022. Consultado el 10 de febrero de 2022. 
  25. Ferrer, Urbano (2019). «La donación del cuerpo en la cuarta dimensión del abandono del límite. En diálogo con Michel Henry». Studia Polliana (21): 55-71. Consultado el 22 de julio de 2022. 
  26. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo (2021). ««De la façon dont les savoirs impropres incluent les savoirs propes»». Annales de Phénoménologie, nº 20. 
  27. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo: Estromatología. Véase por ejemplo este texto de síntesis: «Ocurre que podemos considerar la filosofía fenomenológica y la física cuántica como las dos grandes “sképsis” producidas en el siglo XX; y esos dos grandes movimientos han funcionado en paralelo. / La palabra “sképsis” del verbo “skopéô”, “sképtomai”, significa investigación a fondo […] La física cuántica ha explorado (reduccionismo) el nivel originario de la serie natural, y la filosofía fenomenológica ha trabajado (reducción) ascendiendo al nivel, también originario, de la serie intencional. Y entre ambos se ha desvelado una extraña homología estructural.» (págs. 309-310).
  28. Falcón, L. Á. (2021). El jardín de Guadarrama. Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina. Materialismo y fenomenología. Archivado el 11 de febrero de 2022 en Wayback Machine. Eikasia: revista de filosofía, (100), 113-136.
  29. Sánchez Ortiz de Urbina, Ricardo: Orden oculto. Véase por ejemplo: «Donde primero apareció esta correspondencia fue en la física cuántica, y, por eso, se plantearon en ella cuestiones de índole filosófica, que desbordaban los planteamientos puramente científicos. Hablar, en la física, de discontinuidad, superposición, incertidumbre o entrelazamiento, equivalía a hablar, en la filosofía, de esquematismo, transprobabilidad y transposibilidad. De nuevo tras un divorcio de siglos, ciencia y filosofía se necesitaban y se conciliaban. / […] Lo que tanto físicos como fenomenólogos han descubierto es que hay un nivel de realidad, un nivel originario, que es radicalmente diferente de la realidad objetiva de la praxis cotidiana, la realidad acostumbrada.» (págs. 94 y 96).
  30. El nivel de intermediación es el lugar del pensamiento silencioso y el laboratorio de los sentimientos. (Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina: Estromatología, pág. 441)
  31. Carlson, S. (2014). Reducción monadológica y reducción fenomenológica: el problema de la reducción en Husserl y en Richir. Archivado el 12 de febrero de 2022 en Wayback Machine. Eikasia, 241-246.
  32. Sánchez Corredera, S. (2021). Filósofo y primer estromatólogo. Homenaje a Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina. Archivado el 11 de febrero de 2022 en Wayback Machine. Eikasia: revista de filosofía, (100), 151-214. Accesado 23 de julio de 2022
  33. -(1989), «La estética de la recepción desde la teoría platónica del arte», El Basilisco, nº 1, 2º época, 33-40. -(1990), «El lugar de la crítica de arte», El Basilisco, nº 4, 3-11. -(1996), «La recepción de la obra de arte», en Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas, coord. por Valeriano Bozal, vol. II, Editores Visor, 170-185. -(2001), -«Interpretación y escucha a la luz de la fenomenología», en El tiempo en las músicas del siglo XX, Editores Universidad de Valladolid, 149-158. -(2009), «Estudio preliminar», en Safo y sus discípulas. Poemas (Editor RSOU), Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 7-16. -(2013), -(2013), «La oscuridad de la experiencia estética», Eikasia Revista de Filosofía, enero, 25-48. -(2017), «Arte, estética y fenomenología», Boletín de estudios de filosofía y cultura Manuel Mindán: Revista de cultura y ciencias sociales, nº 12, 11-30.
  34. Por amor al Arte, capítulos XII a XVI, pp. 145-213.
  35. Por amor al Arte, capítulos I-XI y capítulos XVII-XIX y Epílogo, pp. 13-144 y 215-271.
  36. Ricardo SÁNCHEZ ORTIZ DE URBINA, Por amor al Arte. Ensayo de una gnoseología fenomenológica, p. 9
  37. Ricardo SÁNCHEZ ORTIZ DE URBINA, Por amor al Arte, p. 38
  38. Ricardo, SÁNCHEZ ORTIZ DE URBINA, Por amor al Arte, pp. 44-45
  39. Ricardo SÁNCHEZ ORTIZ DE URBINA, Por amor al Arte.  p. 41
  40. Sánchez Corredera ha publicado múltiples estudios sobre RSOU. Véase: -«Consideraciones sobre el Ego Transcendental de Urbina», Eikasía Revista de Filosofía, nº 19, julio, 2008, 227-234. -«¿Qué se filosofa hoy en España? El “Materialismo fenomenológico”. Sobre la filosofía de Urbina», Eikasía Revista de Filosofía, nº 25, mayo 2009, 1-8. -«El acceso a una “realidad” más profunda. Urbina: una nueva filosofía», La Nueva España, Cultura nº 1055, jueves, 5 de junio de 2014, p. 7. -«Los niveles de acceso a la “realidad”. Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina ante una nueva filosofía», Eikasía Revista de Filosofía, noviembre 2014, 101-124. -«Jovellanos y el Universalismo», Eikasía Revista de Filosofía, nº 81, mayo-junio 2018, pp. 79-134. [Especialmente el primer apartado: «Universalismo»]. -«Filósofo y primer estromatólogo. Homenaje a Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina», Eikasía Revista de Filosofía, nº 100, mayo-junio 2021, pp.  149-211. -«Ante un nuevo sistema filosófico. Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina (2021)», Eikasía Revista de Filosofía, nº 103, noviembre-diciembre 2021, pp.  259-266. -«El orden oculto estromatológico en la obra de Urbina», Eikasía Revista de Filosofía, nº 104, enero-febrero 2022, pp.  7-80. -«Aproximación a la filosofía de Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina»,  en Tentativas y localizaciones en el pensamiento filosófico contemporáneo, Francisco Javier Gil Martín et al. (compiladores), Ediciones Eikasia, Oviedo, 2024, pp. 63-70.
  41. Umbelino, Luis Antonio (2022). «Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Orden oculto: ensayo de una epistemologia fenomenológica». Eikasia, Revista de Filosofía, (108): 317-320. Archivado desde el original el 8 de agosto de 2022. Consultado el 25 de julio de 2022. 
  42. VV.AA. (mayo-junio 2021). «Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina. Bibliografía» (PDF). EIKASIA, Revista de Filosofía (100): 377-392. ISSN 1885-5679. Archivado desde el original el 9 de noviembre de 2021. Consultado el 22 de agosto de 2022. 

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