En la mitología griega Telemo (en griego antiguo Τήλεμος) era un cíclope hijo de Eurimo con el don de la profecía.[1][2][3]​ Telemo había vaticinado a Polifemo que quedaría ciego por culpa de un humano llamado Odiseo. En este extracto de La Odisea, Polifemo lamenta que el augurio se haya cumplido:

Telemo, grabado en cobre de Johann Theodor de Bry para el Tractatus posthumus de divinatione & magicis præstigiis de Jean-Jacques Boissard, Oppenheim, 1615. Biblioteca Nacional de España.
«Así dije: y él, dando un suspiro, respondió: —¡Oh dioses! Cumpliéronse los antiguos pronósticos. Hubo aquí un adivino excelente y grande, Télemo Eurímida, el cual descollaba en el arte adivinatoria y llegó a la senectud profetizando entre los cíclopes; éste, pues, me vaticinó lo que hoy sucede: que sería privado de la vista por mano de Odiseo. Mas esperaba yo que llegase un varón de gran estatura, gallardo, de mucha fuerza; y es un hombre pequeño, despreciable y menguado quien me cegó el ojo, subyugándome con el vino. Pero, ea, vuelve, Odiseo, para que te ofrezca los dones de la hospitalidad y exhorte al ínclito dios que bate la tierra, a que te conduzca a la patria; que soy su hijo y él se gloria de ser mi padre. Y será él, si te place, quien me curará y no otro alguno de los bienaventurados dioses ni de los mortales hombres.»
Polifemo[4]

Referencias

editar

Bibliografía

editar