Yuyu (magia)
Yuyu es un término empleado para designar algunas prácticas mágico-religiosas de la religión tradicional del África Occidental.[1] El término yuyu se refiere también al uso de objetos para realizar actos mágicos o de brujería.[2] Proviene de la palabra jùujúu de la lengua hausa —magia, brujería o amuleto— y ha llegado al español a través del inglés[3].
Un objeto de cualquier clase venerado por superstición por etnias nativas de África occidental, usadas para encantamientos, como amuletos o como medio de protección o fetiche. También el poder mágico o sobrenatural, o el sistema de ritos conectados con ellos, también una prohibición o evitación efectuada por medio de dicho objeto (similar al tabú de los polinesios).[4]
El término yuyu y las prácticas asociadas con él fueron llevadas a América desde África por los esclavos. Estas prácticas siguen vivas en algunas zonas del continente americano, principalmente en la costa pacífica de Colombia, Las costas centrales y occidentales de Venezuela, y en el norte de Ecuador.
En el léxico del español el vocablo yuyu es un afronegrismo que, desde el inglés a partir del hausa, se incorporó al habla coloquial de España para indicar miedo, respeto supersticioso[5]y, por derivación, malestar (que se pudiera entender causado por yuyu) y como así se incorporó al diccionario de la RAE en diciembre de 2024[6].
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ Imperial Africa: the rise, progress and future of the British possessions in Africa, Volume 1 — Google Books.
- ↑ Para una discusión bien documentada de los significados principales del término.
- ↑ «Yuyu».
- ↑ Oxford English Dictionary (1971). Oxford University Press.
- ↑ http://coloquialmente.com/es/yuyu
- ↑ Lorenci, Miguel (10 de diciembre de 2024). «Dana, espóiler, sérum, yuyu, umami o teletrabajar entran al Diccionario de la RAE». El Correo (Madrid). Consultado el 25 de diciembre de 2024.
La extensión del término yuyu proviene de las películas de Tarzán de Johnny Weissmüller. En los años 70s eran habituales estás películas los sábados por la tarde, cuando debían de ir a la montaña en busca del hombre-mono, los porteadores temían acercarse y cuándo escuchaban su peculiar grito salían despavoridos gritando algo que fonéticamente sonaba como "ancagüa, yuyu, pachi, pachi". Unos muchachos de Terrassa observaron este detalle y empezaron a decir yuyu a cada situación que les producía cierto temor, como conocer al padre de la chica que le gustaba o que el portero de turno no le dejara entrar con los pantalones por lo tobillos tal como era la moda entonces. Eso se fue extendiendo entre los amigos y con el tiempo se ha ido incorporado al vocabulario popular.