Argentina había clasificado directamente al mundial debido a su condición de organizador, mientras que los tres equipos restantes lo hicieron mediante las eliminatorias de la UEFA. Francia había accedido tras ganar el Grupo 5, imponiéndose a Bulgaria e Irlanda. Hungría había clasificado tras liderar el Grupo 9, sobre la Unión Soviética y Grecia; mientras que Italia obtuvo el primer puesto del Grupo 2 en el que competían Inglaterra, Finlandia y Luxemburgo.
Italia y Argentina eran 2 de los 5 cabezas de serie, y este fue el único Grupo que tenía dos de ellos. El equipo italiano había sido campeón en las ediciones de 1934 y 1938, y había obtenido el subcampeonato; mientras que Argentina sólo había alcanzado el podio en 1930. Francia y Hungría no habían participado de la Copa del Mundo anterior, y sus últimas buenas actuaciones habían sido en la segunda mitad de la década de 1950: un tercer puesto en 1958 en el caso del primero, y una segunda posición en 1954 para el otro.
El primer partido enfrentó en Mar del Plata a Italia y Francia. Italia era el favorito y superó a Francia 2:1, que contaba con un joven Michel Platini. Argentina también hizo valer su condición de cabeza de serie y venció a Hungría 2:1 en el Monumental, con goles de Leopoldo Jacinto Luque y Daniel Bertoni. El resto de los partidos también terminaron según lo esperado: Argentina derrotó a Francia 2:1 e Italia 3:1 a Hungría.
Francia y Hungría, ya sin posibilidades de clasificar, disputaron su partido en Mar del Plata. Por error ambos equipos pretendieron utilizar sus camisetas suplentes, la cual en los dos casos era blanca.[1] Para solucionar el error, ya que los dos equipos no podían jugar con el mismo color de camiseta, un club local, el Club Atlético Kimberley, prestó las suyas para que sean utilizadas por Francia. De esta forma, los galos jugaron con una camiseta blanca con bastones verdes, y se impusieron 3:1 a los húngaros.[1]
El primer puesto del grupo se definió en la última fecha, ya que Italia y Argentina se encontraban empatadas en puntos y el partido que los enfrentaba determinaba el grupo de la segunda fase que les correspondía. Ambas selecciones habían vencido a Francia y Hungría, pero Italia tenía mayor diferencia de gol por lo que sólo una derrota podía desplazarla al segundo puesto. Finalmente el partido tuvo como ganador a Italia por 1:0, con gol de Roberto Bettega, y de esta forma se clasificó al Grupo A de la segunda fase, junto a Alemania Federal, Austria y los Países Bajos. Argentina clasificó al Grupo B, junto a Brasil, Perú y Polonia. Los goleadores de este grupo fueron Roberto Bettega y Paolo Rossi, quien en el próximo mundial sería el goleador.