Heliografía
La heliografía es un procedimiento fotográfico creado por Joseph-Nicéphore Niépce, eran fotografía de positivo directo. Niépce distinguía entre las imágenes que habiendo sido obtenidas con este método suponían reproducciones de grabados ya existentes, llamadas «heliograbados», y las imágenes captadas directamente del natural por la cámara, a las que llamaba «puntos de vista».[1]
El procedimiento suponía la utilización de la cámara oscura y el empleo de diferentes materiales como soporte sensibilizado, entre ellos el papel, el cristal o diversos metales como el estaño, el cobre, el peltre, entre otros. Para la obtención de las imágenes se precisaba un tiempo de exposición de la placa a la luz durante ocho horas.
Según el contrato de asociación suscrito con Daguerre, el día 14 de diciembre de 1829, para el desarrollo y comercialización del invento, el método se encontraba compuesto de los siguientes pasos: «en una piedra, un papel o una placa de metal —de cobre plateado, por ejemplo— se extendía un barniz realizado con betún de Judea disuelto en aceite esencial de lavanda, posteriormente se exponía la placa a la luz en la cámara oscura, para pasar después a bañar la misma en un disolvente compuesto de aceite de lavanda y de aceite de petróleo blanco y, posteriormente, lavarlo con agua templada, pudiéndose entonces apreciar la imagen obtenida».
Este método no resolvió del todo la cuestión de la fijación de las imágenes, motivo por el cual se acababan perdiendo.
Estuvo vigente durante algún tiempo y se conoce la introducción en España en 1840 a cargo de Francisco de Leygonier y Haubert.[2]
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ Sougez, Marie-Loup (1994). Historia de la fotografia. Catedra. p. 307.
- ↑ Holgado Brenes, J.M. y Ramos Regífe, J. (1986). Historia de la fotografía española (1839-1950). Sevilla: Monte de Piedad y Caja de Ahorros. p. 7 (Yáñez Polo, M.A.). ISBN 9788439866718.