Tucídides

historiador y militar ateniense (c. 460 a. C.-c. 396 a. C.)

Tucídides (en griego ático, Θουκυδίδης Thūkydídēs: antigua Atenas, c. 460 a. C.-Tracia, c. ¿396 a. C.?) fue un historiador y militar ateniense. Su obra Historia de la guerra del Peloponeso recuenta la historia de la guerra del siglo V a. C. entre Esparta y Atenas hasta el año 411 a. C. Ha sido considerado, por algunos autores, como el padre de la historiografía científica, debido a sus estrictos estándares de recopilación de pruebas y de sus análisis en términos de causa-efecto sin referencia a la intervención de dioses, tal y como él mismo subraya en su introducción a su obra.[1]

Tucídides

Tucídides
Información personal
Nombre de nacimiento Θουκυδίδης (Thukydídês)
Nombre en griego antiguo Θουκυδίδης Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento c. 460 a. C.
Antigua Atenas
Fallecimiento c. ¿396 a. C.?
Tracia
Nacionalidad ateniense
Lengua materna griego antiguo
Familia
Padre Olorus Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación historiador, político y estratego ateniense
Cargos ocupados Athenian strategos (desde 424 a. C., hasta 423 a. C.) Ver y modificar los datos en Wikidata
Lengua literaria griego antiguo
Obras notables Historia de la guerra del Peloponeso
Rango militar Estratego Ver y modificar los datos en Wikidata

También ha sido considerado el padre de la escuela del realismo político, que valora las relaciones entre las naciones en función de su poder, y no en razón de la justicia.[2]​ Su texto todavía se estudia en academias militares avanzadas de todo el mundo, y el Diálogo de los melios continúa siendo una importante obra en el estudio de la teoría de las relaciones internacionales.[cita requerida]

El propio Tucídides consideró que el propósito de sus notas era dejar a la posteridad “una posesión para siempre” [3]​. El ejemplo más sorprendente del éxito de este proyecto es la distinción entre las diversas causas a corto plazo de la guerra del Peloponeso y sus causas a largo plazo, que se basaban en la rivalidad entre las grandes potencias griegas de la época entre la potencia marítima Atenas y la poder terrestre Esparta. El Diálogo meliano, que es ejemplar en términos de política de poder, también tiene su propia importancia atemporal.

Biografía

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A pesar de su importancia como historiador, se conoce relativamente poco de la vida del propio Tucídides. De hecho, la información más fiable sobre su vida procede de su propia obra, la Historia de la guerra del Peloponeso, en la que expone su nacionalidad, paternidad y localidad de nacimiento. Tucídides nos informa de que luchó en una guerra, contrajo la plaga (probablemente fiebre tifoidea)[4]​ y fue exiliado por la democracia ateniense. Puede que también se hubiese visto involucrado en la guerra de Samos.[5]

Pertenecía a la familia aristocrática de los Filaidas, que produjo figuras famosas en la historia de Atenas como Cimón o Milcíades, vencedor de la batalla de Maratón. El nombre de su padre, Óloro, hace pensar que procedía de Tracia; declara que poseía allí minas de oro en el monte Pangeo; por tanto, gozaba de una fortuna considerable. Es muy posible que tuviera a Antifonte de Atenas o de Ramonte como maestro, ya que lo alaba en el libro VIII de su Historia de la guerra del Peloponeso.

En el 424 a. C., durante la primera fase de la guerra del Peloponeso, la denominada guerra arquidámica, fue elegido uno de los estrategos de la ciudad de Atenas (cargo no elegido por sorteo) y se le confió el mando de una flota encargada de romper el asedio de Anfípolis, polis de Tracia, conquistada por Atenas trece años antes (437 a. C.). Fracasó en dicho intento, y como la ciudad cayó en manos del general espartano Brásidas, fue condenado al exilio durante veinte años:

Fue mi destino ser un exiliado de mi país durante veinte años tras mi mando en Anfípolis; y, estando presente con ambas partes, y en especial con los peloponesios por causa de mi exilio, tuve tiempo libre para observar los asuntos de manera particular.

Así que este hecho le brindó la oportunidad de obtener una información contrastada y bastante completa, procedente de los dos bandos en conflicto, que utilizó para la composición de la Historia de la guerra del Peloponeso, en la que narra los acontecimientos ocurridos entre el año 431 a. C. y el 411 a. C. Se cree que volvió del exilio al terminar la guerra, aunque algunos investigadores modernos niegan su condición de exiliado,[6]​ incluso viéndolo como una muestra de una intromisión posterior de Jenofonte en el texto de Tucídides que el mismo Jenofonte continuó.[7]

Historiografía

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Tucídides ha sido expuesto con frecuencia como modelo del historiador ideal, ya que tuvo que escribir desde un destierro. En cierto sentido su modo de escribir la historia, que él mismo expone al principio de su obra, es la antítesis a la credulidad de Heródoto, al que tildó de mero logógrafo. Propone un libro donde todo sea verdad y utiliza el término sygraphein ('acta'), que establece un contrato con el lector en el que garantiza la veracidad de lo narrado. La forma de escribir historia por tanto está basada en la autopsia, es decir, que solo de la visión directa por uno mismo se puede escribir. Y lo que inspeccionará serán dos tipos de elementos:

  • Logoi: discursos. No realmente lo que dijeron los personajes, sino reconstrucciones aproximadas de lo que pudieron decir.
  • Erga: hechos, acciones. Primero se apoya en lo que han visto los testigos, a quienes interroga hasta estar seguro de lo que en realidad ocurrió; luego se apoya en pruebas jurídicas.

En su obra, escrita con gran rigor, destierra todo elemento anecdótico, literario o fantástico, descarta la intervención divina lo máximo posible, aunque la tenga en cuenta en las motivaciones de los hombres, se esfuerza en encontrar testimonios incluso pagando a testigos presenciales, analiza las causas recientes y lejanas de los hechos y busca las motivaciones objetivas de Atenas o Esparta o las personales de los protagonistas de los hechos en esas ciudades-estado, sus ambiciones y temores, sin ocultar sin embargo su admiración por algunas posturas políticas. Intenta que prime la objetividad, y solo ocasionalmente expone una conclusión acerada, racional y pesimista sobre la historia humana, aunque sea para demostrar su sinrazón. Adopta para expresarse un estilo denso y conciso, que luego fue imitado por historiadores romanos como Salustio y Tácito.

Diálogo meliano

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En el diálogo meliano, junto con Sun Tzu, tenemos un documento que nos habla de realpolitik, escuela de pensamiento político que antepone el poder a la ética en las relaciones diplomáticas. Atenas desarrolló una política paternalista, sometiendo además a multitud de pueblos, tras las guerras médicas. Terminará siendo sometida por Esparta.[8]

416 a. C., los embajadores atenienses se dirigen a las autoridades de la isla de Melos. Se trata más bien de alcanzar lo posible de acuerdo con lo que unos y otros verdaderamente sentimos, porque vosotros habéis aprendido, igual que lo sabemos nosotros, que en las cuestiones humanas las razones de derecho intervienen cuando se parte de una igualdad de fuerzas, mientras que, en caso contrario, los más fuertes determinan lo posible y los débiles lo aceptan.
Tucídides (fragmento)[8]

Perspectivas e influencias filosóficas

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El estudioso de clásica norteamericano Paul Shorey llama a Tucídides "un cínico desprovisto de sensibilidad moral". Además, señala que Tucídides concebía la naturaleza humana como estrictamente determinada por el entorno físico y social, junto con los deseos básicos.[9]Francis Cornford fue más matizado: la visión política de Tucídides estaba informada por una visión ética trágica, en la que:

El hombre, aislado y opuesto a la Naturaleza, avanza por un camino estrecho, sin relación con lo que hay más allá e iluminado sólo por unos pocos rayos tenues de la "previsión" humana (γνώμη/gnome), o por los falsos y errantes fuegos de la Esperanza. Lleva dentro de sí, contenido en sí mismo, su destino en su propio carácter: y esto, con los propósitos que de él surgen, moldea su curso. Eso es todo, en opinión de Tucídides, lo que podemos decir: excepto que, de vez en cuando, de la oscuridad circundante surgen los golpes cegadores de la Fortuna, inexplicables e imprevistos.[10]

La obra de Tucídides indica una influencia de las enseñanzas de los sofistas que contribuye sustancialmente al pensamiento y carácter de su Historia.[11]​ Entre las posibles pruebas se incluyen sus ideas escépticas sobre la justicia y la moralidad.[12]​ También hay elementos dentro de la Historia, como sus puntos de vista sobre la naturaleza que giran en torno a lo fáctico, lo empírico y lo no antropomórfico, que sugieren que al menos era consciente de los puntos de vista de filósofos como Anaxágoras y Demócrito. También hay evidencia de su conocimiento sobre algunos de los corpus de escritos médicos hipocráticos.[13]

Tucídides estaba especialmente interesado en la relación entre la inteligencia y el juicio humanos,[14]​ la fortuna y la necesidad,[15]​ y la idea de que la historia es demasiado irracional e incalculable para predecirla.[16]

Traducciones al español

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  • Diego Gracián hizo la primera traducción al castellano (Salamanca, 1564), aunque no es directa, sino a través de una versión francesa.[17]​ Esta traducción se reimprimió en 1889, en 1924 y 1968.
  • Agustín Blánquez publicó una nueva traducción, editada en Barcelona: Iberia, 1963, dos vols.
  • Francisco Rodríguez Adrados publicó otra traducción, en tres volúmenes, publicada entre 1952 y 1955, que revisó y corrigió en una segunda edición (1967-1973).
  • Valentín Conejero Ciriza, publicada en Barcelona (PPU, 1988, dos vols.), con un importante estudio introductorio de José Alsina Clota.
  • Francisco Romero Cruz, publicada en Madrid (Cátedra, 1988).
  • Luis M. Macía Aparicio, publicada en Madrid (Akal, 1989).
  • Antonio Guzmán Guerra, publicada en Madrid (Alianza Editorial, 1989).
  • Juan José Torres Esbarranch, publicada en Madrid (Gredos, 1990-1992), con estudio preliminar de Julio Calonge Ruiz.[18]

Véase también

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  1. Cochrane, p. 179; Meyer, p. 67; de Sainte Croix.
  2. Strauss, p. 139.
  3. Tucídides 1,22: κτῆμα εἰς ἀεί ktḗma eis aeí
  4. Papagrigorakis, M. J., Yapijakis, C., Synodinos, P. N., & Baziotopoulou-Valavani, E. (2006). «DNA examination of ancient dental pulp incriminates typhoid fever as a probable cause of the Plague of Athens». International Journal of Infectious Diseases, 10(3), 206-214.
  5. Tucídides, Historia de la guerra del Peloponeso, I, 117.
  6. No se tiene constancia exacta de dónde pasó su destierro, ni si finalmente volvió a Atenas tras la amnistía general concedida en el 404 a. C a iniciativa de Enobio. Su muerte, al igual que todo lo que rodea su vida, está envuelta en la confusión. Dado que su obra está incompleta, parte de la historiografía considera que murió antes de que terminase el conflicto, esto es, antes del año 404 a. C.
  7. Canfora, «L'historien Thucydude n'a jamais été exilé», DHA, VI 1980, 287-289.
  8. a b Rivera, Antonio (2016). Antología de discurso político (Primera edición). Madrid: Catarata. p. 20. ISBN 978-84-9097-117-8. 
  9. Zagorin, Perez. Thucydides. (Princeton University Press, 2015), p. 144.
  10. Benjamin Earley, The Thucydidean Turn: (Re)Interpreting Thucydides' Political Thought Before, During and After the Great War, Bloomsbury Publishing, 2020 ISBN 978-1-350-12372-4 pp. 40–43 [41], citando a Francis Macdonald Cornford, Thucidides Mythistoricus, (1907) Routledge 2014 ISBN 978-1-317-68751-1 pp. 69–70.
  11. Zagorin, Perez. Thucydides. (Princeton University Press, 2015), p. 22
    La página en sí hace referencia a una nota al final que detalla que esta conclusión está inspirada en múltiples trabajos, que incluyen, entre otros: Athens as A Cultural Center by Martin Ostwald; Thucydides by John H. Finley; Intellectual Experiments of Greek Enlightenment by Friedrich Solmsen
  12. Zagorin, Perez. Thucydides. (Princeton University Press, 2015), p. 152.
  13. Zagorin, Perez. Thucydides. (Princeton University Press, 2015), p. 147.
  14. Zagorin, Perez. Thucydides. (Princeton University Press, 2015), p. 156.
  15. Zagorin, Perez. Thucydides. (Princeton University Press, 2015), p. 157.
  16. Zagorin, Perez. Thucydides. (Princeton University Press, 2015), p. 160.
  17. Según han demostrado José S. Lasso de la Vega y Francisco Rodríguez Adrados.
  18. Véase, para las traducciones recientes: Pino Campos, Luis Miguel (1991). «Nota acerca de las traducciones castellanas de Tucídides recientemente publicadas». 

Bibliografía

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  • Tucídides (1990/1992). Historia de la guerra del Peloponeso. Obra completa. Madrid: Editorial Gredos. 
  1. Libros I-II. Trad. y notas de J. J. Torres Esbarranch. Intr. general de J. Calonge. Rev.: E. Rodríguez Monescillo. 1990. ISBN 84-249-1443-0. 
  2. Libros III-IV. Traducción y notas de J. J. Torres Esbarranch. Rev.: E. Rodríguez Monescillo. 1991. ISBN 84-249-1444-9. 
  3. Libros V-VI. Trad. y notas de Juan José Torres Esbarranch. Rev.: A. Guzmán Guerra. 1992. ISBN 84-249-1484-8. 
  4. Libros VII-VIII. Trad. y notas de J. J. Torres Esbarranch. Rev.: H. Ramos. 1992. ISBN 84-249-1604-2. 
  • — (2007). El discurso fúnebre de Pericles. Edición bilingüe. Introducción y traducción de Patricia Varona Codeso. Ediciones Sequitur. ISBN 978-84-95363-31-2. 

Enlaces externos

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Obras de Tucídides

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Obras sobre Tucídides

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Otros enlaces

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