El Edificio Chrysler, diseñado por el arquitecto William van Alen, es un ejemplo clásico de la arquitectura art déco y muchos arquitectos contemporáneos lo consideran uno de los mejores edificios de Nueva York. Fue la sede de la empresa Chrysler desde 1930 hasta mediados de los años cincuenta. Aunque el edificio se construyó y diseñó específicamente para el fabricante de coches, la empresa no pagó su construcción y nunca fue su propietaria, debido a que Walter P. Chrysler decidió pagarlo él mismo para que fuera un proyecto personal. Su construcción estuvo marcada por la competición para ser el edificio más alto del mundo, en la que su principal rival era el Bank of Manhattan Building (actualmente The Trump Building), con una altura final de 282,5 m, mientras que el Edificio Chrysler se iba a quedar en 281,9 m. Sin embargo, a los pocos meses de que se completara el Bank of Manhattan Building, se construyó en secreto una aguja piramidal en el interior del Edificio Chrysler y se instaló en su cima, alcanzando así una altura total de 319 m.
El Edificio Chrysler aparece en varias películas ambientadas en Nueva York y es considerado con frecuencia uno de los mejores edificios de la ciudad. En 1997, una encuesta de arquitectos de Nueva York mostró que el Chrysler era de lejos su edificio favorito. En 2001, una encuesta entre críticos lo clasificó como el tercer mejor edificio del país.